En
otro impecable discurso desde el punto de vista democrático y desde la
sensatez, moderación y mesura más exquisita, nuestro Jefe de Estado (porque así
lo hemos querido los españoles, incluidos los catalanes), el Rey Felipe VI, reclama
una “España de brazos abiertos y manos tendidas”, lanza un mensaje más social y
subraya que no es tiempo “para divisiones internas, sino para poner el acento
en aquello que nos une” ya que “vulnerar las normas democráticas sólo lleva al
empobrecimiento moral y material” por lo que anima a “trabajar todos juntos
para la mejor España” desde la familia, el diálogo, la convivencia, el respeto
a la Ley y la Educación. ¿Qué se puede criticar a este conjunto de principios e
intenciones que defiende nuestro Rey? Obviamente el monarca advierte de las
“tensiones estériles” del independentismo y, como es lógico, arremete contra
aquellos que “vulneran las normas que garantizan la democracia”, instando al
“entendimiento entre todos los políticos para impulsar los consensos básicos”
ya que saltarse las normas que garantizan nada menos que la democracia lleva a
la pobreza moral, por lo que reclama “impulsar” el consenso político para
consolidar la recuperación económica, pues son tiempos para profundizar en una
España abierta “donde nadie abra heridas cerradas” y, finalmente, reconoce
especialmente a la familia, institución básica de nuestra civilización, por su
papel solidario en los peores momentos de la crisis. ¿Algo que alegar a tan
sensata intervención? ¿Algún pero o discrepancia razonada y razonable a su
discurso de Navidad? Me temo que nadie, medianamente sensato, que ningún
demócrata convencido, apostaría por lo contrario en todas y cada una de las
afirmaciones del Monarca al margen de la ideología democrática que cada uno
tenga ya que supondría avalar la discordia, las tensiones, el egoísmo, los
disensos y, en definitiva, el totalitarismo antidemocrático, haciendo imposible
la convivencia, la paz y el progreso entre todos los españoles. Pues bien, a
pesar de todo, TV3, una televisión pública y plural, censura el discurso del
Jefe de Estado en el que habló del desafío intolerable e ilegal del
independentismo.
En
efecto, valga como contraste a lo expuesto por el Rey el proyecto
antidemocrático soberanista, cuyo frente por el ilegal referéndum catalán,
usurpando derechos básicos de soberanía a todos los españoles, se divide justo
al día siguiente de celebrar su insolente cumbre, presidida por Puigdemont, en
la víspera del discurso navideño del Jefe del Estado, al extremo de que la CUP
asegura que activará la ilegal autodeterminación unilateral en “dos o tres
meses” mientras Colau amaga con descolgarse y Junts pel Sí (es decir ERC, CDC y
compañía) sigue gobernando como si nada, cuando la citada cumbre soberanista de
Puigdemont acogió incluso a un ex terrorista de Terra Lliure, concretamente a
Carles Sastre, condenado por el asesinato del empresario Jose María Bultó en
1977, que participó como representante del sindicato de izquierda
independentista Itersindical-CSC, donde es Secretario General. En fin, como
ven, una confluencia siniestra del ilegal independentismo en la que diferentes
grupos, que ni se pueden ver entre ellos, pugnan por imponer su propio criterio
mediante el chantaje de unos a otros y al margen de cualquier principio
democrático, todo lo contrario de la apuesta que hace nuestro Jefe de Estado en
su discurso navideño.
Y
entretanto dimite el impresentable empresario que acosó a la líder de Podemos
en Andalucía, dejando por ello Manuel Muñoz, que así se llama el sujeto, su
vocalía en la Cámara de Comercio de Sevilla. Por su parte partidarios de Iglesias,
especialmente su núcleo duro, lanzan una campaña en las redes sociales e
impulsan el “ÍñigoAsíNo” para desactivar a Errejón tras quejarse éste por la
purga en Madrid que han hecho los pablistas.
Y,
mientras la Navidad regresa de nuevo a las Iglesias de Mosul y la UE sólo
deporta a un tercio de los migrantes con orden de expulsión, en Alemania
continúa la caza de cómplices de Anis Amri, el asesino de Berlín, quien, por
cierto, pagó incluso a un sobrino suyo para que fuera yihadista y, al parecer,
tenía contactos incluso en España, donde se investiga a algún sujeto como
presunto cómplice del tunecino.
Jorge Cremades Sena
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