En
estos días de celebración independentista del primer aniversario del golpe de
Estado del 1-O, obviamente fracasado, se pone en evidencia el desmadre caótico
secesionista al extremo de que ni entre los totalitarios independentistas se
ponen de acuerdo entre ellos para hilvanar un mínimo de coherencia en su forma
de proceder para proseguir avanzando hacia su objetivo con un mínimo de
credibilidad democrática. Por un lado el totalitario Torra, tras verse obligado
a enviar a los mossos a contener la violencia de los radicales CDR (apoyados
por el Govern), quienes no obedecen a nadie y piden por ello su dimisión, y al
no tener alternativa frenar a los mossos después, responde a la fractura del
secesionismo amenazando unilateralmente (ni siquiera lo consultó con ERC y la
CUP) a Sánchez con un ultimátum de que retiraría su apoyo al Gobierno español
si no hay oferta en un mes para la autodeterminación; por otro lado el
Gobierno, como no puede ser de otra manera (carece de competencia y legitimidad
democrática para autorizar un referéndum de autodeterminación), rechaza el
ultimátum de Torra, aunque, para evitar llegar al límite de la ruptura (que
obligaría a la caída del Gobierno y a la convocatoria de elecciones generales),
ofrece retóricamente más “autogobierno, pero no independencia” (¿mayor
autogobierno a una Comunidad Autónoma que supera en competencias a muchos
estados federales, incluso sabiendo que los totalitarios secesionistas sólo
quieren independencia y nada más?) y descarta aplicar el 155, tal como piden el
PP y Ciudadanos, ante estos evidentes desafíos totalitarios al Estado de
Derecho. Entretanto, los mandos de la policía autonómica, hartos de que los
utilicen, acusan al Govern de jalear a los CDR por miedo a los radicales,
mientras profesores universitarios catalanes piden despolitizar las aulas. Así
el chantaje de Torra asfixia a Sánchez por momentos amenazando al Gobierno con
no apoyarle para aprobar los Presupuestos y, por tanto, obligarle a un adelanto
electoral, si no se autoriza un referéndum de autodeterminación antes de
noviembre, mientras el Ejecutivo, enredado en semejante maraña, responde con un
“ni independencia, ni 155 perpetuo”, sino con diálogo que los secesionistas no
quieren. Y ante el último órdago independentista de Torra de poner fecha a la
Legislatura si el Gobierno no traga, se produce una evidente división en el
secesionismo (ERC desconocía el ultimátum), en tanto que Moncloa lo ve como una
“amenaza retórica”, que para nada requiere aplicar el 155 al igual que se hizo
hace un año con el apoyo del PSOE. Por su parte el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos da un serio revés al ilegal “procés” independentista, desestimando
Estrasburgo la primera demanda contra España por el ilegal 1-O, mientras Torra
dice “voy a por todas, si fracaso me voy al exilio”, los partidos
constitucionalistas avalan prohibir los partidos que incitan a la violencia y
el Parlament se dispone para reprobar al Jefe de Estado, el rey Felipe VI, por
el ejemplar discurso que pronunciara el 3-O del año pasado tras los graves
acontecimientos provocados por el fallido golpe de Estado de Puigdemont y
compañía.
Pero
Torra se queda solo y, tras sus chulerías iniciales, recula en su ultimátum al
Gobierno y a la Democracia, por lo que, sin apoyo de ERC (al no contar
previamente con ellos) y con un PDeCat dividido (no todos están dispuestos a
autoinmolarse, como pide Puigdemont), pide ahora una cita al Jefe del Ejecutivo
sin imponer ningún plazo, mientras los separatistas más radicales y
descerebrados insisten en la desobediencia en otra bochornosa sesión (la
énesima) en el Parlament que, tras meses de paralización absoluta, se disponía
a debatir sobre política general (y a reprobar al Jefe del Estado). Pero es
obvio que el independentismo prefiere a Sánchez (y al PSC) que a otro
Presidente de España más contundente contra sus antidemocráticas pretensiones,
y los socios de Torra se desmarcan de su ultimátum, agravando la fractura entre
los separatistas, obligándole a pedir la citada reunión a La Moncloa… ¿para qué?...no
se lo piensen, para hablar de autodeterminación (la paciencia de Sánchez es
infinita). Por su parte, Inés Arrimadas, exhibiendo una bandera de España, dice
en el Parlament a Torra que “nadie hará desaparecer esta bandera de Cataluña” y
le acusa de “jalear” a los violentos e “insultar a millones de catalanes”,
cuando permite que los radicales descuelguen insignias españolas de los
edificios oficiales, advirtiéndole de que “ni usted ni sus comandos van a hacer
desaparecer esta bandera”. Y es que Torra había facilitado a los violentos
llegar hasta las puertas del Parlament, pues tanto él como el Consejero de
Interior desoyeron las advertencias de la Cámara y de miembros del Govern para
impedir el acceso de los radicales, replicando el conseller Buch que “no pasará
nada”, mientras el Supremo ignoraba al Gobierno (muchos de sus miembros
sostienen su preferencia de no mantener en prisión preventiva a los golpistas
del 1-O) y mantenía en la cárcel a los presos del “procés”. Y en este
putrefacto ambiente de retóricas calculadas el Parlament, una vez más, suspende
la sesión y, por tanto, el debate de política general a causa del bloqueo por
la división del soberanismo, incapaz de sacar sus propias propuestas adelante.
Torrent, que había desoído incluso el informe de los letrados sobre el voto de
los diputados procesados, ante el caos llevado al Parlament por Puigdemont para
que no acate lo dictado por el Tribunal Supremo, se ve obligado a suspender la
sesión….ERC y JxCat, habían pactado, en contra de los letrados, delegar el voto
de los huidos y presos, con lo que toda acción de la Cámara podrá ser
ilegalizada si tamaña barbaridad se materializa. Así, un acuerdo “in extremis”
(Torra rebaja el ultimátum tras la bronca con ERC, mientras la CUP le amenaza)
salva de la ruptura al equipo de Torra, pero el Parlament vuelve, una vez más,
a estar bloqueado. Y mientras Jordi Sánchez, ex líder de la ANC, manifiesta que
“nadie va a estar diez años en prisión”, Pedro Sánchez rompe el diálogo de
Estado (suscrito por PSOE, Ciudadanos y PP, con Rajoy el año pasado) con PP y
Ciudadanos, al extremo de que, tal como se publica, Rivera ni siquiera ha sido
citado en Moncloa a la reunión protocolaria de líderes políticos, prescindiendo
el Presidente incluso de la “vía discreta” para temas como Cataluña, que sí
respetaron anteriormente tanto Rajoy como Zapatero.
Y
en pleno de este desmadre secesionista, al que no se le ve solución democrática
alguna basada en el imperio de la ley, los españoles estamos abocados, sí o sí,
a un verdadero maratón electoral, pues de diciembre de 2018 a diciembre de 2019,
podrían coincidir hasta seis citas en las urnas, que nos costarían cerca de 400
millones de euros, por lo que los partidos se preparan para celebrar las
andaluzas, catalanas, generales, autonómicas, municipales y europeas……si, al
menos, los ciudadanos fuéramos capaces de despejar el desmadre político en el
que estamos inmersos, bienvenido sea este record electoral (y luego van los
secesionistas y dicen que quieren votar y que no se les deja……obviamente con lo
ajustado a la legalidad democrática vigente).
Por
lo que respecta a otros asuntos cabe citar que el Gobierno socialista deja 333
parados más cada día tras la subida del desempleo en septiembre; que Hacienda
prevé gravar más a las empresas por sus beneficios en el extranjero; que el
Gobierno se desmarca del acuerdo del Pacto de Toledo para vincular las
pensiones al IPC (Sánchez lo asumió hace unos días pero la titular de Economía
cambia la versión en la UE) y el FMI avisa de los riesgos de ligarlas y rebaja
las previsiones de crecimiento; que Calvo obligará a las empresas a tener “cuotas
de mujeres” en sus cúpulas; que inversores extranjeros avisan a Sánchez de que “la
incertidumbre asusta” (fondos y tecnológicas creen que los bandazos
gubernamentales pueden ahuyentar capitales del país) y el FMI exige al Gobierno
“medidas creíbles”; que Hacienda gravará con un 3% cada operación de los
gigantes digitales; que los alcaldes de seis ciudades (Madrid, Barcelona,
Bilbao, Valencia, Vitoria y San Sebastián) cobran de sueldo más que el
Presidente del Gobierno (y si hablamos de presidentes autonómicos….¡apaga y
vámonos!); que más de 45.000 personas tienen vedado trabajar con menores (en
2018 el registro de delincuentes sexuales ha frenado unos 300 contratos); que
la autoridad nuclear admite radiación en siete zonas de España; que un “tiziano”
cae al suelo en el Monasterio de El Escorial y se desgarra; y que el Supremo
aboca a Rato a ir a prisión por las tarjetas black al ratificar la condena de
cuatro años y medio de cárcel por el expolio de Caja Madrid (Rato y otros 63
directivos han sido condenados, con lo que 14 de ellos están a un paso de
ingresar en la cárcel).
Y
del exterior, destacar que Macron atraviesa su peor momento tras la renuncia
del Ministro de Interior; que Johnson divide a los torys y tacha de “fraude” el
Brexit de May (congreso del partido conservador británico); que Occidente culpa
a Rusia de ciberataques a escala global (la UE, EEUU y la OTAN acusan a Putin
de una ciberofensiva para entorpecer las investigaciones sobre sus operaciones
encubiertas en el extranjero); y que el horror a causa de un tsunami devastador
y movimientos sísmicos se palpa en Islas Célebes de Indonesia, al extremo de que
la población de Palu busca a los desaparecidos en barrios convertidos en fosas
comunes de barro.
Y
en la Champions de Futbol el Madrid es incapaz de marcar en Moscú con el CSKA
que finalmente acaba ganando, 1-0; el Valencia empata, 0-0, en Old Traffor ante
el Manchester United; el Atlético de Madrid gana, 3-1, al Brujas; y el Barça se
impone, 2-4, a domicilio al Tottenham.
Jorge Cremades Sena
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