jueves, 2 de julio de 2020

HACIA UN PACTO IMPOSIBLE


                        El Banco de España, en sintonía con las tendencias pesimistas de otros organismos nacionales e internacionales, retrasa dos años la recuperación económica de España, propone un ajuste con alza de impuestos (subir el IVA reducido, impuestos especiales y ambientales….), pide un plan plurianual para bajar el déficit y la deuda, eleva el desplome económico al 15% del PIB (el primer trimestre cae un 5´2%, el mayor desplome desde que hay registro) y, en el peor de los escenarios, apunta a que se llegaría a una tasa de paro del 24% el próximo año, mientras la Bolsa española cierra su peor semestre con una pérdida del 24%. Un catastrófico panorama agravado además por la existencia de un Gobierno débil y minoritario, cuando para despejarlo se requiere de un Gobierno fuerte y, en todo caso, fortalecido mediante pactos, sólidos y solventes, con otras fuerzas políticas que garanticen apoyos mayoritarios fiables en el Congreso. Por tanto Sánchez, quien como presidente de este Gobierno está en el ojo del huracán, tiene que decidir entre seguir apostando por el variopinto elenco de fuerzas a su izquierda y los nacionalistas, poco fiables dentro y fuera del país, o cambiar el rumbo y apoyarse en las fuerzas situadas ideológicamente a su derecha, más acordes con las tendencias mayoritarias en Europa. Pero pactar, supone optar y, obviamente, negociar, con los costes que ello suponga de cara al electorado, pues pretender parchear la situación de debilidad actual con apoyos coyunturales tanto de izquierdas como de derecha, sumando partidos irreconciliables entre ellos, es, de entrada, ir hacia un pacto imposible y, en todo caso, poco estable, justo lo contrario de lo que necesita la caótica situación por la que atraviesa España. Sin embargo Sánchez se empeña en mantener su gobierno de coalición con Podemos, sumando los apoyos de Ciudadanos, además de ERC y el resto de fuerzas que le apoyaron en la investidura, cuando tanto Podemos como ERC no están por la labor de que se pacte con los naranjas, y cuando el PP ya ha dicho por activa y pasiva que para sentarse a negociar un acuerdo global, que no sólo sectorial, de gobernabilidad habría de liquidarse primero la alianza PSOE-Podemos y estudiar otra fórmula más estable, mientras el mangoneo del secesionismo pone la guinda para invalidar el pacto. No obstante Sánchez, pone a prueba a los de Arrimadas asegurando que va a reanudar la mesa de negociación con los soberanistas, a pesar del riesgo que ello supone para el diálogo con Ciudadanos, que, contra lo que han venido diciendo, mantienen su relación con Sánchez, pese a anunciar éste la polémica mesa con Torra, con el argumento de que tienen “todos los canales de comunicación abiertos” para negociar con el Gobierno y tildan de “bluf” la negociación con los soberanistas, confiando en que no se celebre. Y mientras PSOE y Ciudadanos reafirman su alianza con vistas a los Presupuestos, ERC en la mesa de reconstrucción ya avisa a Sánchez de que no apoyará las cuentas “que le vote Casado”, en tanto que el PP, dando por hecho un pacto con el Gobierno para la UE y Sanidad, se suma a los acuerdos con Sanidad y, por su parte, Podemos boicotea un gran pacto social. En efecto, en este tablero de postureos, PSOE, Podemos, PP y Ciudadanos pactan al fin reforzar la sanidad, salvando la comisión de reconstrucción con la promesa de más medios y retribuciones a profesionales de la salud. Al menos, mientras marean la perdiz con ese pacto global imposible de gobernabilidad, en plena ceremonia de la confusión donde ya nadie sabe quién está con el Ejecutivo y quien no, son capaces de llegar a acuerdos puntuales sobre algunos temas concretos. Algo es algo.
Entretanto, pasado ya el periodo de alarma, el secesionismo catalán, adormecido durante el periodo de excepción, recobra de nuevo su pulso. Mientras Moncloa no descarta la mesa de negociación para satisfacer al desafío soberanista, Fiscalía se niega ahora a acusar a los ediles de Reus que acosaron a la Policía y la Generalitat se dispone a dar el tercer grado a presos del procés. Por su parte Puigdemont pone fecha a las elecciones catalanas, bien para el 27-S o el 4-O, buscando así el expresident prófugo marcar de nuevo la agenda política, por lo que su mandado Torra las convocaría en agosto antes de ser inhabilitado por el Supremo, buscando así que la cita electoral sea simbólica para el independentismo e imponerse a ERC, su enemigo íntimo. Y para más recochineo, una separatista, que se mofa del Rey, es puesta al frente de RTVE en Cataluña, con lo que la nueva directora de informativos lleva lazo amarillo y retuitea mensajes a favor de los presos. No extraña que Cataluña ya concentra el 60% de las vacantes de jueces y que policías y guardias civiles no quieran tampoco trabajar allí ante el acoso miserable soberanista.
Mientras tanto crece el temor a una segunda oleada de contagios del coronavirus e Illa apuesta por los “confinamientos quirúrgicos” de edificios y colectivos para combatir el medio centenar de rebrotes existentes en toda España, donde los contagios suben desde el fin de la alarma y más de 50 focos se han declarado tras el 20 de junio. Por su parte los sanitarios protestan y se manifiestan frente a la sede del Gobierno de Madrid, denunciando la precariedad y la falta de medios y personal para hacer frente a la pandemia, en tanto que Illa y Pastor aceleraban el citado pacto por la Sanidad con una promesa de más material y financiación, aunque Podemos y el sector más duro del PP recelan de estos acuerdos que serán votados mañana viernes. Cabe añadir que Sanidad avala en un protocolo la “selección” de pacientes en caso de otro colapso por rebrotes e impone en la nueva normalidad una cuarentena a los pacientes que ingresen para operarse.
En lo que a Educación se refiere, se recrudecen los desencuentros. La educación pública concertada queda fuera del plan de reconstrucción, según el proyecto del Gobierno para paliar los efectos del Covid en la enseñanza, pues sólo destina fondos a la escuela pública y reitera su ataque a la educación especial con la excusa de evitar la segregación sociocultural. En efecto, PSOE y Podemos excluyen a la concertada de las ayudas de un plan que prevé una inyección de 2.000 millones que se destinarán en su totalidad a la pública, mientras PP, Ciudadanos y JxCat denuncian motivaciones ideológicas. Por otro lado, la vuelta a las aulas en Madrid será presencial y con clase online, mientas la manga ancha de Celáa dispara los aprobados en Bachillerato, con lo que las CCAA registran hasta un 20% más de aprobados y un 26% más de titulados tras la relajación de las directrices auspiciadas por el Ministerio de Educación. Las discrepancias en Educación y el veto del Gobierno a la concertada impiden obviamente un acuerdo con PP y Ciudadanos.
Por otro lado los partidos que conforman el Gobierno, PSOE y Podemos, no están en sus mejores momentos. En el PSOE la tensión entre Sánchez y los alcaldes de Vigo y Valladolid fue palpable en la reunión de la Ejecutiva, pues Hacienda no permite a los municipios disponer de los fondos acumulados en superávit; y mientras Grande-Marlaska reivindica una Guardia Civil neutral y feminista en el acto de toma de posesión del nuevo Director Adjunto Operativo de la Benemérita, llama la atención la ausencia en dicho acto de la ministra Robles, pese a que el Cuerpo también depende de Defensa, un gesto que se entiende como un mensaje al Ministro de Interior. Y en Podemos el juez acorrala a Iglesias diciendo “si una tarjeta no es mía, la devuelvo” en plena ofensiva de los tribunales y del Congreso para que el Vicepresidente explique el “caso Dina”, en tanto que Iglesias se esconde y rebaja al máximo sus apariciones públicas a ver si pasa la tormenta, reapareciendo en el Senado a instancias de Vox tras una semana sin actos y sólo protagonizará una jornada electoral en Galicia y otra en País Vasco, frente a su habitual sobreexposición; entretanto se conoce la operación de la cúpula de Podemos para purgar a los sectores críticos pues un chat interno detalla la maniobra para relevar a los líderes que no eran afines con frases como “estamos a punto de gobernar; se han acabado las tonterías”, imponiendo Irene Montero “la casa hay que ordenarla”, seguramente viéndose ya ministra.
Y, hablando de elecciones vascas y gallegas, Iturgaiz, el candidato a lehendakari del PP, sostiene que “El PSOE se ha apeado de la defensa de la Constitución”, mientras Rocío Monasterio, líder de Vox en Madrid, manifiesta que "cada piedra que nos lanzan es un incentivo para luchar por la libertad”, en tanto que Correos bloquea las papeletas de Vox en sendas comunidades autónomas por el mensaje de los sobres al considerar que vulneran “derechos fundamentales” y el partido de Abascal habla de secuestro y presenta alegaciones ante la Junta Electoral Central para reactivar los envíos, para finalmente la JEC dar un varapalo a Correos por bloquear la propaganda electoral de Vox.
Por lo que respecta a otros asuntos cabe citar que los Franco acreditan que Ferrol no pagó el IBI del Pazo de Meirás, apelando para mantener la titularidad a que no ha habido coste público alguno; que el Instituto de Oceanografía hace agua y dimite la cúpula del organismo científico, sumido en su mayor crisis en un siglo; que el comisario de Kitchen revela que el CNI y la Guardia Civil también seguían a Luis Bárcenas; y que el Gobierno da el primer paso para limitar el precio del alquiler, lanzando una herramienta para “vigilar” al mercado inmobiliario que permitirá a las CCAA y Ayuntamientos poner topes en determinadas zonas….mientras tanto Madrid y Barcelona sin stock disponible de vivienda nueva.
Y del exterior, destacar que Macron se suma a la ola verde tras caer en las elecciones locales y responde al auge ecologista en las urnas con un plan de 15.000 millones para una economía sostenible; que China prueba su vacuna experimental en miles de militares y cambia el marco legal de Hong Kong para endurecer la represión con lo que centenares de detenidos estrenan la polémica ley; que Johnson lanza el mayor plan de obras públicas desde la posguerra; que la UE convoca a la embajadora de Maduro en plena crisis diplomática y la amenaza con expulsarla como represalia al haber ordenado el Presidente venezolano la salida del país de la embajadora europea tras las sanciones impuestas por el bloque contra funcionarios relacionados con el chavismo; que Trump compra todo el stock mundial del fármaco estrella contra el Covid, el remdesivir, dejando al resto de países sin él hasta dentro de tres meses; y que Putin refuerza su poder en Rusia al ganar el referéndum y se convierte, según algunos medios, en un zar posmoderno incluso más longevo que Stalin y Catalina La Grande, su triunfo de enmendar la Constitución le permitirá extender su mandato y diseñar un país más conservador y nacionalista. Pero el asunto, a mi juicio, de mayor interés está en la reapertura de fronteras de la UE, que excluye a EEUU, Méjico, Rusia y Brasil, limitando los 27 a 15 países el tránsito después de más de cien días de aislamiento, y dejando fuera del veto a China; entretanto Sánchez prepara una ofensiva para convencer a los países reacios al fondo europeo y planea viajes a Alemania, Holanda y Suecia para allanar la próxima cumbre, mientras España y Portugal celebran por todo lo alto el reencuentro fronterizo, oficializando la reapertura tras un histórico cierre de más de tres meses con un acto de máximo nivel con los Jefes de Estado y de Gobierno de ambos países.
                        Jorge Cremades Sena

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