Tras lo acaecido en el patético Pleno del Congreso de los Diputados para que Sánchez diera explicaciones sobre la corrupción en su Gobierno y en su PSOE, cabe concluir que en España la corrupción es una mera cuestión de cantidad o que, en definitiva, se puede ser un poquitín corrupto, pues a la hora de la verdad, nada de nada y más de lo mismo, adobado como siempre con insultos, descalificaciones y el “y tú más”, para que todo siga igual. Sánchez pide perdón y dice que “lo fácil sería tirar la toalla” añadiendo “he meditado y me quedo”, para arremeter luego contra todos los gobiernos anteriores, incluidos los de Felipe González, y aplicar el “y tú más” a los de Aznar y Rajoy, sosteniendo que los gobiernos más limpios (o menos sucios) en España han sido el de Zapatero y el suyo y concluyendo con un “soy un político limpio, no voy a tirar la toalla”, mientras propone un paquete de quince medidas para que no vuelva a pasar lo que está pasando, que no es poco. Los límites del debate ya estaban fijados previamente, pues ya no se trataba de erradicar la corrupción sino de ver quién es el menos corrupto y, sabedor, como todo el mundo, de que en general sus socios de gobierno y aliados aprietan pero no ahogan ya que todos son conscientes de que, si ahogaran en vez de apretar, se le acabaría el chollo no sólo a Sánchez sino a todos ellos, el Presidente se esmera en circunscribir la corrupción a “tres casos” singulares y aislados (Ábalos, Koldo y Cerdán) por lo que, ¡eso sí!, pide perdón por haberse equivocado al elegirlos y no detectarlos a tiempo, olvidando que, justo cuando Rajoy hizo lo propio por algo muy parecido, Sánchez le contestó “no basta con pedir perdón”. Así las cosas, puesta la corrupción como una cuestión de cantidad y no de principios, se trataba de que sus socios y aliados pusieran el límite en el número de casos de corrupción asumibles para seguir apalancándole en Moncloa y poder justificarlo. Y al parecer el argumento lo deja bien claro Rufián, quien tras reprocharle que se instale en el “y tú más”, le dice que “si sólo son tres” los corruptos debe quedarse en Moncloa (vamos que puede contar con su apoyo) pero si “escala” y aparecen más presuntos chorizos debe haber elecciones; por lo visto era el argumento perfecto para que, como ya se sabía, todos los socios y aliados le dieran su respaldo a Sánchez y pasaran a criticar a Feijóo. No estaba mal el número mágico para soportar hasta tres chorizos pues en el caso de los ERE de Andalucía ya dijeron e insistieron durante años que se trataba de un fraude limitado a “cuatro golfos” dentro de la Consejería y ya ven como acabó el asunto. No obstante, tanto Sánchez como sus aliados y socios, se olvidaban de que al “caso Koldo” (el de los tres chorizos y un honrado del clan del Peugeot) hay que añadir a día de hoy a otros personajes como a Begoña Gómez (esposa de Sánchez), Davis Sánchez (su hermano), el Fiscal General del Estado, Salazar….y a otros altos cargos como a Herrero, Pardo de Vera o Guerrero investigados por la UCO y en los tribunales. Por fin entendemos cual es el límite tolerable de corrupción, algo difuso, pero algo es algo; es decir hasta tres golfos y no más.
El Presidente comparecía en el
Congreso para anunciar sus medidas contra la corrupción, pedir disculpas y
reiterar que lo mejor para el país es que él siga al frente; llegó para
combatir la corrupción con el apoyo de sus socios de gobierno y aliados de
investidura pero ha tardado siete años en darse cuenta de que para ello se
necesitaba un plan, que, por cierto, los jueces avisan de que la mayoría de sus
medidas-estrella contra la corrupción son redundantes o ya existen. Un plan en
el que destaca la creación de una Agencia contra la corrupción, al que cabe preguntarse cómo va a
llevar las propuestas contenidas en el mismo, que muchos, visto lo visto, ya
ven como nuevas promesas incumplidas para salir del paso; en fin, una Agencia
antifraude como medida-estrella de la que algunos ya se burlan diciendo que la
presidirá Cerdán, Koldo o Ábalos. Y todo ello en un Pleno del Congreso que nos
dejaba aspectos llamativos. De un lado Vox intentaba meter a PSOE y PP en el
mismo saco, al extremo de que de los quince minutos de Abascal éste dedicaba
nueve al PP. De otro lado Belarra, la más dura de los aliados de Sánchez contra
el Gobierno dejaba claro que Podemos no estaba dispuesto a aceptar la
corrupción, pero tampoco a permitir que el PP gobierne con Vox, con lo que al
final apoya a Sánchez. Por su parte Yolanda Díaz, recién fallecido su padre y
por lo que desde aquí le doy mis condolencias más sinceras, siendo
Vicepresidenta del Gobierno decidió erigirse en portavoz de Sumar en el Pleno
para, desde la portavocía del grupo, como si ella nada tuviera que ver con el
Ejecutivo, criticar a Sánchez y exigirle una serie de propuestas para dar un
giro social y presumir de las que ya ha obligado a asumir a Sánchez,
limitándose a afirmar la obviedad de que “la corrupción es una tragedia
nacional” y acabar criticando a Feijóo mientras daba garantías de que el
gobierno de coalición del que ella es Vicepresidenta goza de buena salud. Y
frente a todos ellos Feijóo, muy molesto pero muy crecido, exigía a Sánchez
“diga todo lo que sabe, ayude a recuperar el botín y convoque elecciones” y
cómo le habían sacado a relucir su famosa foto con un traficante gallego le
preguntaba al Presidente “de qué prostíbulos ha vivido usted”, recordándole los
negocios de su suegro, para pasar a arremeter contra los socios y aliados de
Sánchez, que venían a responderle que así no ganará aliados para gobernar salvo
Vox, dejando todos claro que es preferible que se robe antes de que entre la
derecha, pues, en definitiva, todos apoyaban a este gobierno de Sánchez-Díaz
dependiente ahora de la UCO y las sorpresas que puedan surgir.
Entretanto el juez imputaba a Pardo de
Vera y a Herrero por el amaño de obras y la Audiencia Nacional les citaba a los
dos altos cargos a declarar el día 21; el juez se fija ahora en las obras de
Transportes y los cita tras los mensajes que les implican en la red, pues se
amplía la “organización criminal” al aparato del Gobierno y el juez Moreno
atribuye a Pardo de Vera, ex presidenta de Adif, cinco delitos y a Moreno, ex
director general de Carreteras, por “interceder en adjudicaciones públicas”….la
UCO, que implica a Pardo de Vera en amaños de obra por 123 millones tras hallar
un documento del contrato con la empresa clave a la que Adif compró cinco
millones de mascarillas, vincula en definitiva a los ex altos cargos de
Transportes con al menos doce contratos amañados por la trama y resalta que
Santos Cerdán intentó que promocionaran en el Ejecutivo y ella llegó a “número
dos” del Ministerio. Por otro lado el empresario navarro de Servinabar y el
directivo de Acciona declaran y niegan las mordidas, aunque el investigado por
mordidas a Cerdán reconoce un pago a la fundación de Ábalos, pues Antxon Alonso
justifica el abono de 4.500 euros a Fiadelso en que era amigo del ex ministro,
y niega que el contrato en que cedía a Cerdán el 45% de la empresa tenga
validez. Y, mientras el Supremo pregunta a Fiscalía por la imputación de
Armengol, ella rectifica y dice ahora que sí estuvo con Aldama y “no mentí”, en
tanto que Bruselas afea al Presidente en su informe anual la desidia contra la
corrupción pues la UE alerta de un “aumento significativo” de la percepción de
la corrupción en España.
Pero más allá de una corrupción
consistente en “trincar”, no es menos grave sino todo lo contrario otro tipo de
corrupción que atenta directamente contra los principios democráticos pues,
mientras se desarrollaba el famoso pleno contra la corrupción, se publicaba que
Ferraz orquestó el pucherazo contra Susana Díaz nueve meses antes de las
primarias, pues “la fontanera” del PSOE andaluz, María Iglesias, justifica en
un audio por qué remitió las afiliaciones masivas para favorecer al candidato
de Sánchez en que “apoyaríamos a periquito el de los palotes antes que a
Susana”. También se publicaba que Salazar, el cargo de confianza de Sánchez
cesado por acoso estuvo colocado en el ayuntamiento de Dos Hermanas sin ir a
trabajar, pues IU denunció en 2018 que fue contratado como técnico por el
consistorio mientras se dedicaba en exclusiva a la campaña de primarias del
PSOE para el hoy Presidente. Por cierto, altos cargos del PSOE confirman que
“se sabía: Salazar elegía a las chicas según su físico” y los presuntos avisos
se conocían y hubo quien se lo reprochó pues “ha habido insinuaciones y acoso,
eso ya es un delito y no ha pasado nada internamente”….Ferraz tenía un canal
interno de denuncias, pero no apareció en la web hasta el sábado…. En fin, suma
y sigue. Pero sobre este tipo de comportamientos repudiables, nada de nada;
solo sabemos que Patxi López, en medio del aplauso entusiasta de su grupo en el
Pleno del Congreso, manifestaba “les puedo asegurar que Sánchez ganó las
primarias de calle, bueno, a mí me barrió”. Lamentablemente el portavoz del
PSOE no entiende (y su grupo por lo visto tampoco) que la cuestión no es si
Sánchez, ahora su jefe, ganó las primarias de calle o por un voto, la cuestión
es si durante el procedimiento electoral jugó limpio o no, por lo que ni es
admisible que Cerdán dijera a Koldo en las primarias del PSOE de 2014 en las
que Sánchez fue elegido por primera vez Secretario General del PSOE, “apunta
sin que te vea nadie y mete dos papeletas”…. ni es tolerable que Susana Díaz
sufriera un “calvario” durante las primarias de 2021 y tuviera incluso que
denunciar un amaño orquestado desde Ferraz para derribarla. ¿Cuál ha de ser la
cuota de corrupción tolerable en este tipo de asuntos? ¿Dónde ponemos el tope,
en que tenga éxito el pucherazo? Tú mismo, Patxi. No en vano tu compañero Page
dice “hay absoluta falta de autocrítica, yo no tengo un puto amo” al que
obedecer o jugar sucio por y para él. Jamás la corrupción puede ser cuestión de
cantidad sino de principios. Esa es la cuestión.
Allá pues los socios y aliados de
Sánchez indultando la corrupción del PSOE y del Gobierno de Sánchez-Yolanda
Díez, sin exigir, con todo lo que está pasando, ni una moción de confianza ni
el adelanto electoral; allá Sánchez si no se somete por iniciativa propia o a
instancias de la oposición a una moción de confianza; y allá la oposición, hoy
representada por PP y Vox por no presentar una moción de censura al Ejecutivo
para que cada grupo parlamentario se moje responsablemente con sus votos y diga
sí está por convivir con la corrupción o erradicarla como prometieron. Y luego
unos y otros se quejarán, nos quejaremos, cuando tienen o tenemos suficientes
instrumentos democráticos para salir de este putrefacto agujero. Si con Rajoy
se utilizaron, aunque el resultado no sea el esperado y sea el que es, nadie
entiende ahora que no se vuelvan a utilizar dichos instrumentos, pues no se
puede salir del agujero si consideran la corrupción como una cuestión de
cantidad y como tal avalarla de alguna manera en las Cortes como se ha hecho.
Los socios han dado oxígeno a plazos a Sánchez y el sanchismo se siente
ganador, aunque pendiente de lo que averigüe la UCO, cuando la cruda realidad
es que hemos perdido todos los ciudadanos y, por supuesto, la democracia que
tanto nos costó traer a los españoles.