Durante la campaña electoral
en Extremadura, los partidos políticos exhibían sus objetivos y estrategias de
cara a las urnas del pasado domingo. Según los sondeos, el PP de María
Guardiola pugnaba por una mayoría absoluta para no tener que depender de Vox
tras unos comicios que todas las encuestas daban como ganadora a la actual
Presidenta de la Junta y candidata popular a revalidar el cargo; el PSOE de
Miguel Ángel Gallardo, partía como perdedor al estar su candidato procesado por
el caso del “hermanísimo” de Sánchez y pugnaba no ya por ganar las elecciones
sino por evitar que el PP se alzase con la mayoría absoluta, tras haber estado
el PSOE gobernando Extremadura durante más de treinta años; Vox del
“desconocido” Oscar Fernández, al que los sondeos auguraban un crecimiento
importante, coincidía con el PSOE en evitar una mayoría absoluta del PP que
cuanto más alejada estuviera sería más caro el precio para apoyar la investidura
de Guardiola; y Unidas por Extremadura de Irene de Miguel aspiraba a aprovechar
el presunto desgaste del PSOE y de rebote de Sumar, por seguir siendo la correa
de trasmisión de una izquierda a la que el PSOE de Sánchez ningunea a nivel
nacional, buscando diferenciarse de los postulados de la Vicepresidenta Yolanda
Díaz que no se presentaba con su marca Sumar en Extremadura. Este era el panorama electoral después de que
Guardiola adelantara los comicios ante la imposibilidad de aprobar los
Presupuestos en un ejercicio de coherencia democrática para dar la voz de nuevo
a los ciudadanos y que ellos decidieran en las urnas, mientras Sánchez, a nivel
nacional, hace todo lo contrario a pesar de haber dicho a Rajoy que sin Presupuestos
no se puede gobernar. Al final lo que realmente estaba en juego era si la
popular María Guardiola se alzaba con la mayoría absoluta o no, para librarse o
no de la mordaza de Vox, en medio de un ambiente en que los casos de corrupción
y acoso machista, insoportables en España, se usaban como arma electoral con el
patético “y tú más” como perniciosa coletilla para minimizar ante la ciudadanía
las vergüenzas de corruptos y acosadores pasados, presentes y futuros, así como
la apelación al voto del miedo, con el mantra de que viene la extrema derecha.
Sin duda Guardiola acariciaba el sueño de una mayoría absoluta (33 escaños) y
de un cambio de ciclo electoral en Extremadura, pues, salvo la excepción del
popular Monago, que gracias a la abstención de IU en su día gobernó entre
2011-2014, nunca el PP ganó las elecciones extremeñas (y mucho menos con
mayoría absoluta), pues ni siquiera lo hizo en las últimas de 2023 en las que
Guardiola empató a 28 escaños con el PSOE pero perdió en porcentaje de votos;
sueño ambicioso pues de Guardiola que tanto PSOE como Vox pretendían convertir
en pesadilla aunque ambos daban por ganador de los comicios al PP desde el
inicio de campaña.
Y, llegadas las elecciones, se
confirmaron los pronósticos demoscópicos, incluidos esta vez los del CIS de Tezanos
que daba ganador al PP, y se confirmaban las tendencias incluso en algunos
casos por exceso, pues el PP obtenía el 43´1% de los votos y 29 escaños, uno
más que en 2023; PSOE 25´7% y 18, diez menos; Vox 16´9% y 11, seis más; y
Unidas por Extremadura, la marca a la izquierda del PSOE, 10´2% y 7, tres más.
Simplemente echando un vistazo a los resultados es obvio que el PP gana las
elecciones de calle aunque para gobernar necesitará a un Vox disparado,
mientras el PSOE se hunde y UE, aunque sube, no recoge los votos del fiasco
socialista que especialmente van a la abstención, ahora mayor a la de las
últimas elecciones, que ganó el PSOE en votos pero empató con el PP en escaños
(28 para cada uno). Y, dicho lo anterior, también cabe añadir la evidencia de
que todos los partidos suben en escaños excepto el PSOE que, no solo baja sino
que sufre una sangría al obtener el peor resultado de su historia en
Extremadura, paradigma de feudo socialista; de que la extrema derecha es la que
más sube al duplicar su representación sobradamente en la Cámara Autonómica; de
que la derecha en su conjunto, PP-Vox, obtiene una histórica victoria con el
60% de votos y 40 diputados, frente a la izquierda en su conjunto, PSOE-UE, con
el 35´9% y 25; y de que Sánchez lleva al PSOE al colapso y el PP gana pero no
se libera de Vox aunque Guardiola sume más escaños que toda la izquierda junta,
29 frente a 25….en definitiva, un vuelco histórico sin precedentes.
Evidencias indiscutibles que en
cualquier país normal servirían para que los distintos partidos se esforzaran por
facilitar la gobernabilidad del claro vencedor de los comicios, en este caso de
Extremadura, pero que en España sirven para seguir mareando la perdiz y enredar
un poco más el sombrío panorama político que tenemos, pues a Guardiola, la
opción claramente ganadora por goleada con el PP, casi le exigen que dimita por
haber tenido la osadía de convocar comicios al no poder aprobar unos
Presupuestos por el bloqueo del resto de partidos y, celebradas las elecciones,
no haber conseguido el objetivo de una mayoría absoluta, casi imposible de
conseguir si las dos opciones de la derecha están al alza, como así ha sido. Ya
ven, distorsionando la realidad, Guardiola, aunque ha ganado, es la culpable de
todo pues para el PSOE, entre otros, casi debería pedir perdón y dimitir por
haber ganado las elecciones contundentemente con ese 43´1% de votos y 29
escaños (su obligación por lo visto era obtener 33 diputados), cuando el siguiente
partido en votos, el PSOE de Sánchez, sólo ha conseguido un 25´7% y 18
escaños….en fin, es algo parecido a lo que exigen a Feijóo a nivel nacional; es
decir, casi lo imposible. Con semejante distorsión de lo que quieren los
ciudadanos, en este caso los extremeños, Sánchez, que se ha volcado en la
campaña de su compañero Gallardo, imputado en el “caso David Sánchez”, hermanísimo
del Presidente, no se responsabiliza ni culpabiliza de nada, tras recibir los
socialistas un castigo inaudito con la pérdida de casi la mitad de los
votos….la culpable y responsable de todo es Guardiola por haber conseguido más
escaños que toda la izquierda junta de PSOE-UE, lo que incluso supone una
cierta mejora al valerle la abstención de Vox y no necesitar el voto
afirmativo. Pero Sánchez, por lo visto, sigue enrocado en su estrategia del
miedo de que viene el lobo, y el lobo es Vox, no el radicalismo secesionista en
que se apoya su Gobierno, al que llama “progresista”, cuando esta estrategia
del miedo ya no sirve para seguir engañando a la ciudadanía a la hora de votar
y, con ello, tapar la corrupción y el acoso machista en las filas socialistas.
No tiene explicación, si es cierto lo que dice Sánchez, que, en un feudo
socialista donde los haya, el centro derecha (tildado de facha, corrupto y
cavernícola) consiga el 60% de los votos mientras el centro izquierda
(auto-tildado de progresista, limpio y moderno) consigue el 35´9% de los
votos….algo falla en la lógica demagógica de Sánchez pues los extremeños no son
ni idiotas ni masoquistas. Sin lugar a dudas el sanchismo tiene bastante que
ver en la enésima histórica derrota del PSOE, pues la realidad es que Sánchez
se ha especializado en cosechar derrotas electorales, para desde la demagogia e
intereses de algunos partidos, mantenerse en el poder como sea, convencido de
que derrota tras derrota se llegará a la victoria final, pues hasta la fecha ha
sido incapaz de ganar unos comicios a la derecha.
Al final Gallardo, ante la debacle en
las urnas del PSOE y mientras Sánchez opta por el silencio y evita la más
mínima autocrítica personal (los responsable son Gallardo y Guardiola), dimite
como Secretario General de los socialistas extremeños pero no deja su acta de
diputado en la Cámara de Extremadura, lo que le garantiza su aforamiento que ya
intentó conseguir hace unos meses forzando la dimisión de varios diputados para
que corriera la lista y le llegara su turno, pero que el TSJ anuló la maniobra
apreciando “fraude de ley”…. Cierto que Gallardo, con semejantes antecedentes y
pendiente de juicio, no era el candidato idóneo para el PSOE, pero cierto
también que, como en el caso Ábalos y Cerdán entre otros, Sánchez es quien los
eligió y defendió hasta lo indefendible y obviamente alguna responsabilidad
habrá de tener aunque sea “in vigilando”…..No en vano, aunque sea tímidamente,
crecen las voces en el PSOE pidiendo una reflexión profunda de lo que ha y está
pasando para no arrastrar al partido a la hecatombe, pero Sánchez no ve, o no
quiere ver, el derrumbe ante PP y Vox mientras se bunkeriza con sus fieles y
les asegura que el hundimiento del partido en Extremadura es por culpa de una
“guerra sucia”, obviando que sus políticas, la corrupción y los casos de acoso
hayan influido en los resultados electorales, limitándose a nombrar a la
ministra Elma Saiz como nueva portavoz del Gobierno y a Milagros Tolón,
sanchista total y crítica con Page, como Ministra de Educación, para rellenar
las vacantes competenciales dejadas por Pilar Alegría que ya está en Aragón ejerciendo
como candidata socialista a la Presidencia aragonesa que es donde viviremos en
febrero la segunda etapa de está imparable carrera electoral que se acaba de
iniciar en Extremadura.
Entretanto Vox exhibe sus malas
relaciones con Guardiola, Abascal sostiene que “no es felicitable” con los
resultados obtenidos y la tilda de “soberbia”, mientras Feijóo insta al líder
ultra a “no equivocarse de adversario nunca más” y crece cierto temor en los
barones del PP para los siguientes comicios por el evidente auge de Vox, al que
todavía en las filas de la derecha saca una ventaja abismal, y Guardiola le
exigirá a Abascal negociar “sin líneas rojas”. Y en las filas de la izquierda,
mientras Sánchez refuerza la alianza estratégica con Bildu y el carismático
socialista extremeño, Rodríguez Ibarra, pide a los socialistas que se abstengan
para propiciar que gobierne el PP sin Vox ya que el PP es el claro vencedor de
los comicios, los socios de Sánchez huyen de un líder “tóxico” pues Junts y ERC
ya le señalan y Sumar e IU le afean su tibieza con la corrupción, pero no
rompen con él, cuando en las barriadas socialistas de Badajoz que ahora han
votado a Vox, como es el caso de sitios como Suerte de Saavedra, castigados por
la desigualdad y la delincuencia, donde se ha dado un insólito vuelco
electoral, lo que se dice es “somos un barrio obrero, pero la gente está harta”;
harta, ¿de qué?, pregúntenle a Sánchez. La cruda realidad es que, aunque todos
los demás candidatos ya quisieran estar en la piel de Guardiola, a la que hacen
responsable de lo que ha pasado por no lograr mayoría absoluta (le faltan
cuatro escaños), lo que ha sucedido es que Vox se ha disparado y el PSOE se ha
hundido, guste o no guste es lo que ha pasado.
Por lo demás, todo sigue igual: el
paripé Sumar-PSOE con su supuesta crisis de gobierno cuando ambos se aferran al
sillón como sea; las negociaciones Moncloa-Junts en la sombra pese a su
anunciada ruptura; y las novedades de los casos de corrupción en curso,
destacando que la Audiencia avala investigar a la esposa de Sánchez por
malversación y respalda que su asesora se dedicó a temas “lucrativos” de Begoña
Gómez y que no se limitaba a ser la “encargada de la agenda y el protocolo”. Y
que Julio Martínez, el empresario amigo de Zapatero dice “no soy el testaferro
de Zapatero; quedo con él para correr por el monte”, “como empresario tengo
relación con Venezuela, pero no con su gobierno” y “aun no sé por qué se me
detuvo ni los delitos que se me imputan”…. En fin, esperemos que así sea.
Jorge
Cremades Sena