La
respuesta de Zapatero a la pregunta de Melchor Miralles acerca de su opinión
sobre la conducta de Blanco al reunirse en una gasolinera con el empresario
Dorribo, presunto corrupto, me deja estupefacto. En realidad, me deja
estupefacto el conjunto de las respuestas de su última entrevista como
presidente de gobierno, así como las manifestaciones de otros personajes.
Cuando lo fácil, lo más normal, hubiese sido decir que no le parecía adecuado
el lugar de la reunión elegido por Blanco y que, por tanto, desaprobaba el modo
de proceder de su ministro, responde, rizando el rizo, que dichas conductas
sólo son menos frecuentes. Se deduce, rizando el rizo como él, que los
despachos ministeriales no son los lugares destinados a las audiencias de los
ministros para despachar sus asuntos, sino que sólo son los más frecuentes. Por
tanto, no caben alarmas ni sospechas. A Dorribo, tal como dice ZP, le han
recibido otros gobernantes en sus despachos y, siendo obvio que quien quiera
delinquir también puede hacerlo desde los mismos, para seguir rizando el rizo,
se podría concluir la conveniencia de sugerir a Rajoy que convierta los
despachos ministeriales en los lugares menos frecuentes para despachar los
asuntos y viceversa. Generalizando las entrevistas ministeriales en las
gasolineras, los polígonos industriales y otros lugares similares, conseguiría
ahorro presupuestario y más trasparencia, pues, como dice el propio Blanco para
justificar su conducta, la mayor privacidad está en su despacho. Conclusión, el
lugar más adecuado si se quiere delinquir; por tanto, cualquier otro lugar debe
ser menos sospechoso.
Y es que rizar el rizo -arte de hacer algo más difícil de lo necesario-, si
se combina con salirse por la tangente, puede servir para distorsionar u
ocultar una determinada realidad o acto concreto hasta convertirlo en virtual.
Así, la polémica tramitación de la Ley Sinde se aparca en sede gubernamental
simplemente para satisfacer los deseos ciudadanos manifestados en la red; el
indulto al banquero Alfredo Saenz, condenado por el Supremo a prisión e
inhabilitación, obedece exclusivamente a una tramitación normal de una petición
entendida como razonable; la deuda española garantiza no estar al borde de la
ruina porque es inferior a la media europea y su déficit un pelín mayor,
mientras Francia y Alemania tienen más deuda; las duras medidas sociales de
mayo de 2010 posibilitan que España se autofinancie gracias a la no dimisión
del gobierno como gesto de mera responsabilidad; y la negación de las
negociaciones con ETA tras el atentado de la T-4 no suponen mentir a los
ciudadanos. . . Conclusión, un país zarandeado por la crisis universal, pero
que goza de paz y estabilidad institucional gracias a gobernantes sinceros y
asesinos no arrepentidos, pero que dejan de matar para hacer política tras una
negociación trasparente; se autofinancia gracias a gobernantes responsables que
no dimiten para gestionar bien los momentos difíciles; goza de solvencia económica
al tener menos deuda que otros, se supone que por la buena gestión
gubernamental del gasto; y tiene gobernantes benévolos con las ovejas
descarriadas y receptivos a los deseos de sus ciudadanos.
Con
semejante balance no se entiende bien que se esté poniendo de moda en el
Congreso la fórmula de acatar la Constitución “por imperativo legal”, salvo que
sea para enfatizar el respeto a sus preceptos y la defensa de los mismos, ya que
el simple juramento o promesa anterior no aclara las razones del acatamiento.
Tampoco se entiende que ZP adelante las elecciones, salvo que, superados los
tiempos difíciles, lo haga por generosidad para que otros gestionen los tiempos
fáciles; ni que cinco millones de trabajadores estén en paro, salvo que, como
dice Cayetano, vástago de la “arruinada” Casa de Alba, sean todos andaluces “sin
ánimo de progresar”; ni que estemos en recesión, salvo que, como en época
franquista, un contubernio judeo-masónico busque nuestra perdición; ni que se
niegue el indulto a muchos condenados anónimos socialmente, salvo que ninguno
sepa tramitar con normalidad su petición y por tanto no se pueda considerar
como razonable; y, finalmente, ni que se desestime el deseo ciudadano para
aparcar la tramitación de otras leyes tan polémicas como la Ley Sinde, salvo
que ésta sea el ensayo para institucionalizar las redes sociales como el mejor
modo de protesta ciudadana con el fin de evitar desórdenes y manifestaciones
callejeras que perturban la convivencia pacífica.
Así, Rajoy lo va a tener muy fácil para que entendamos dichas salvedades.
Seguramente lo que más le va a costar sea convencer a los cinco millones de
parados para que tengan ánimo de prosperar y que, para ello, lo mejor es ocupar
los cinco millones de puestos de trabajo vacantes. Lo demás es coser y cantar.
Ya ven, el tema de los indultos, por ejemplo, sólo bastaría con tramitarlo con
normalidad para obtenerlo y se evitan las suspicacias. Es cierto que hay otros
asuntos que preocupan y explicaciones a los mismos que no se entienden, pero
seguro que, como éstas, si se explican con claridad, se entenderán
perfectamente. Eso sí, sólo en la realidad virtual creada rizando el rizo y
saliéndose por la tangente. Lo real es otra cosa, que hay que gestionar y explicar
de otra manera. ¿Lo hará Rajoy?.
Fdo.
Jorge Cremades Sena
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