Mientras
PP y Ciudadanos pugnan por presidir el Gobierno de Andalucía, ya que, tanto
Moreno como Marín se ven con igual legitimidad para liderar el cambio que han
votado los andaluces, castigando severamente al PSOE-A, lo que ha disparado las
hostilidades entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, quien, al igual que otros barones
del PSOE, atribuye el fracaso electoral, entre otras cosas, a la relación del
sanchismo con los independentistas, Pedro y su Ejecutiva reaccionan pidiendo
cínicamente la cabeza de Susana por
haber obtenido los peores resultados de toda la historia del PSOE-A, olvidando
incoherentemente que él, después de obtener los peores resultados históricos
del PSOE en España, no hizo lo que ahora exige a la Presidenta andaluza y ni
siquiera cuando, empecinado en seguir como líder del socialismo español, superó
su propio histórico fracaso en las siguientes elecciones generales (dos fiascos
electorales socialistas consecutivos
liderados por él), dejando al PSOE al nivel mínimo histórico de apoyos
ciudadanos. Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga. No en vano los barones
socialistas temen que el fracaso electoral en Andalucía, siendo el territorio
con mayor implantación socialista, “se puede reproducir" en otras
Comunidades Autónomas por el mal rollo del Gobierno de Sánchez con los
secesionistas catalanes, y exigen tomar distancia clara del independentismo,
considerando que, de no hacerlo, “tenemos un problema”; pero Sánchez, con tal
de resistir en Moncloa como sea, opta por agitar un frente antiderecha y busca
aprobar los Presupuestos con ERC y PDeCat, protagonistas de un ilegal y
anticonstitucional “procés” secesionista, para retrasar la convocatoria de
elecciones generales, mientras su socio Pablo Iglesias ya moviliza la calle
contra Vox, cuyos dirigentes advierten de que “cuanto más nos insulten más nos
van a apoyar”. Y, con cientos de estudiantes manifestándose en varias ciudades
andaluzas tras la llamada de Podemos y con Ferraz marcando la salida de Susana,
que se resiste a dimitir y achaca los malos resultados electorales a la
política del Gobierno, PP y Ciudadanos, condenados a entenderse, pugnan por
presidir la Junta, con el inesperado protagonismo de Vox, cuyo líder
territorial, Serrano, dice que “sin nosotros no se hubiera producido este
vuelco histórico; somos la llave del Gobierno con nuestros doce diputados”,
mientras Moreno, el líder del PP, que acepta los votos de Vox, sostiene que “el
apoyo de Vox es necesario para la investidura, luego ya se verán pactos puntuales
y formas de Gobierno” y Marín, el líder de Ciudadanos, que trata de lograr la
abstención del PSOE, dice “vamos a volcarnos en un Gobierno presidido por Cs
con el apoyo del PP y el desbloqueo del PSOE; estamos legitimados”, a lo que el
popular Moreno responde que “si Ciudadanos salva a Susana Díaz, no podrá volver
a Andalucía”. Y Santiago Abascal, el líder máximo de Vox, pontifica, pensando
ya en las generales, con que “los españoles nos van a reconocer en las urnas
haber expulsado la corrupción socialista de Andalucía”. Entretanto, según
algunos estudios, la implantación rural del PSOE cae 13 puntos en los pueblos
de menos de 10.000 habitantes, y Vox, con quien Casado no tiene problema alguno
en pactar todo menos suprimir las Autonomías, ha recibido 27.000 votantes
socialistas, según análisis sobre trasvase de votos. Y las negociaciones para
gobernar la Junta en marcha.
Y no sólo “tenemos
un problema” partidario, como el que temen los socialistas, sino además un
problemón antidemocrático de mucho cuidado, con comportamientos fascistoides de
algunos y la connivencia de otros, arremetiendo contra lo que, para bien o para
mal, han decidido los andaluces. Claro que es un problema preocupante que en
nuestra sociedad irrumpan y proliferen los populismos radicales y extremistas
(tanto de izquierdas como de derechas, nacionalistas o no) pero es un problemón
preocupante que se arremeta contra los resultados electorales, gusten o no, como
sucede con los de Andalucía por haber dado entrada a Vox en el Parlamento
andaluz de forma espectacular. Es
indecente y muy peligroso que cuando en un Estado de Derecho democrático nadie
ha pedido “a priori” la inhabilitación de un partido político (al contrario de
lo que sí sucediera en su día con Herri Batasuna, por ejemplo), como es el caso
con Vox, se recurra “a posteriori” a la movilización ciudadana, como hace Pablo
Iglesias al frente de Podemos, para descalificar o invalidar públicamente los
escaños que los ciudadanos le concedieron en las urnas. Es paradójico que
semejante descalificación, en este caso al populismo radical de derechas, se
haga desde el populismo radical de izquierdas, con el cínico argumento de que
algunos de los objetivos o propuestas de Vox se alejan de la Constitución,
cuando sucede lo mismo con los de Podemos-IU….pues, además, el problema no está
en las propuestas u objetivos desacordes con la Constitución, que los permite y
forman parte del derecho ciudadano, sino que el problema estriba en si dichas
propuestas u objetivos se pretenden conseguir al margen de ella y de la
legalidad democrática que de ella deriva. Y es indecente, paradójico y grotesco
que quien, como Sánchez y su PSOE, no tiene reparo alguno en buscar apoyos y
acuerdos con partidos que no sólo hacen propuestas inconstitucionales sino que
además pretenden materializarlas de forma antidemocrática, como sucede con el
totalitario “procés” secesionista, se rasgue las vestiduras por el mero hecho
de que en Andalucía PP o Ciudadanos decidan formar Gobierno con el apoyo de
VOX, cuando él gobierna España gracias al respaldo en su investidura de
nacionalistas de izquierdas y derechas, de populistas radicales de izquierdas y
de secesionistas totalitarios que ya han proclamado unilateral y
antidemocráticamente la independencia de Cataluña y están procesados por
semejante golpe al Estado.
Si a todo ello,
añadimos las constantes rectificaciones de Sánchez, el problemón es
morrocotudo, pues su credibilidad acabará, si no lo está ya, por los suelos. El
problema no es que Susana se vaya, debiendo hacerlo por su fracaso, sino que se
lo pida Sánchez cuando él actuó al igual que ella ahora; el problema no es si
PP-Ciudadanos logran gobernar Andalucía con el apoyo activo o pasivo de Vox, sino
que Sánchez lo descalifique por la participación de Vox cuando él hizo posible
su investidura gracias a partidos mucho más radicales; y el problema no es que
Sánchez rectifique, lo que es de sabios, sino de que rectifique
permanentemente, lo que es de necios. Y como ejemplo, valgan las tres últimas
rectificaciones del Presidente en menos de 24 horas. La primera sobre los
Presupuestos, anunciando que los presentará en enero tenga apoyos o no, cuando
había dicho que sin apoyos no lo haría, y para ello presionará a los
secesionistas agitando el miedo a Vox y a unas elecciones que no descarta del
todo pero que no quiere. La segunda sobre la inviolabilidad del Rey, justo en
la semana de la celebración del aniversario de la Constitución, una ocurrencia
suya que requeriría una reforma constitucional imposible desde su paupérrima
representación parlamentaria de sólo 84 escaños, por lo que el propio PSOE ha
tenido que matizar en el sentido de que es una “opinión personal” y no una
propuesta en marcha. La tercera sobre la dimisión de Díaz ya que tras exigirle
en caliente que diera un paso atrás por la debacle en Andalucía suaviza el tono
y le da una tregua para negociar la Junta, gracias al lógico malestar del PSOE
y las quejas de barones socialistas y dirigentes andaluces. Entretanto, a
Rivera se le presenta un verdadero dilema, pues el PP no descarta “un pacto de
legislatura” con Vox y avisa a Ciudadanos que los andaluces no le perdonarían
que se apoye en el PSOE para presidir la Junta (un cambio de estampitas, teniendo
en cuenta que en la anterior legislatura Susana gobernó gracias a Ciudadanos)
cuando los andaluces han apostado por “el cambio” que tanto PP como Ciudadanos
prometían; y por su parte el mismísimo Abascal, presidente de Vox, manifiesta
“no ponemos obstáculos al cambio en Andalucía; no tenemos interés en cargos o
en participar en el Gobierno” mientras Casado, el presidente del PP, ofrece a
Ciudadanos presidir el Parlamento andaluz y entrar en la Junta.
Respecto a otros
asuntos cabe citar que Hacienda abre el plazo para devolver el IRPF por
paternidad y maternidad a un millón de contribuyentes; que Forn y Rull se suman
a la huelga de hambre de presos del “procés” para presionar a Junqueras; que
surge una bronca a causa de la placa del 15-M que Carmena ha instalado en Sol;
que fármacos contra el cáncer disparan su precio al forzar el laboratorio su
escasez en España y, ante el desabastecimiento, los hospitales han tenido que
adquirirlos en terceros países a precios mucho más elevados; que los CDR
preparan un boicot al previsto Consejo de Ministros en Barcelona el próximo día
21; que es desahuciada la anciana que acusó a su nieto de estafarla; que
Trabajo admite ahora que la subida del salario mínimo destruye empleo, cuando
noviembre se cierra con 47.500 empleos menos, la mayor caída en cinco años; que
un ladrón roba un coche en Villalba con dos niños dentro; que el Supremo deja
en el aire la exhumación de Franco hasta enero, al admitir a trámite un recurso
de la familia que podría paralizar el traslado de los restos del Valle de los
Caídos; y que Carmena activa el protocolo antipolución a los cinco días de
inaugurar Madrid Central, modificando el Ayuntamiento la normativa de vigilancia
en la nueva área restringida al tráfico.
Y, mientras
España promete descarbonizar su economía en la cumbre del clima, planteando
Sánchez un plan de transición para las cuencas mineras, cabe citar del exterior
que la eurozona aparca otra vez la gran reforma para apuntalar la moneda común,
aunque el Eurogrupo consigue un acuerdo mínimo para reformar el euro tras una
áspera batalla, evidenciando su profunda división en una reunión de 18 horas de
duro debate y choque cruzados entre los socios; que el Papa pide cerrar el paso
a los gais en el clero y en un libro-entrevista reflexiona sobre el celibato
con un misionero español; y que Macron rectifica ante su mayor crisis, aceptando
suspender la polémica subida de combustibles y, ante la violenta protesta de los
chalecos amarillos, rechaza la tasa del gasoil.
Por lo que
respecta al fútbol cabe citar que Modric consigue el balón de oro, rompiendo
así el reinado de Messi y Cristiano; y que fallece Núñez, el presidente que
engrandeció al Barça.
Jorge Cremades Sena
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