No conforme con levantar
un muro ideológico en España contra todos los partidos que ideológicamente estén
a la derecha del PSOE sanchista mediante el sofisma de que todos ellos son
fascistas salvo aquellos que, incluso siendo de derecha muy rancia o radical,
estén dispuestos a pactar con el sanchismo, como es el caso del PNV o Junts,
Pedro Sánchez, con semejante falacia pretende extender su muro a toda la UE con
el falaz silogismo de que la derecha, toda la derecha en su conjunto, es
perversa, radical y totalitaria, y, por tanto, hay que aislarla y demonizarla
globalmente mediante una especie de muro o frente popular de izquierdas,
aunque, si ello no fuera suficiente para relegarla al ostracismo, cabe sumarle
a dicho frente, como es el caso, a aquella derecha oportunista que esté
dispuesta a participar en tan perverso objetivo aunque sea contradictorio y,
obviamente, aunque sea a cambio de ceder a sus chantajes más rocambolescos, por
radicales y totalitarios que sean. A semejante frente variopinto se le califica
de “progresista” y todo arreglado, pues todo vale con tal de impedir como sea
una alternancia política, que es intrínsecamente inadecuada en democracia y, al
final, aboca al partido único. Al efecto Sánchez, durante el debate en la
Eurocámara de Estrasburgo sobre el semestre de presidencia rotatoria de España
en la UE, coincide con el prófugo Puigdemont, a quien acaba de hacer aliado de
su “gobierno progresista”, y ni siquiera le saluda estando a pocos metros de
distancia uno del otro mientras en un agrio debate reprocha al PPE, mayoritario
en el Parlamento Europeo, las alianzas del PP con Vox (obviando las suyas con
Sumar, Bildu, ERC, PNV, Junts, y con quien pase por allí si es que está
dispuesto a impedir la alternancia política) y le pregunta a su presidente
Weber “¿devolvería a las calles de Berlín los nombres del III Reich?”
trasladando a la UE, como suele hacer en España con el franquismo, su
particular muro de aislamiento de la derecha, mediante la agitación del
fantasma del nazismo, a lo que un sorprendido y democrático Weber (de derechas,
sí; pero no fascista o nazi, como califican al PP en España) responde que
“Sánchez no se ha enterado de la lección de Alemania contra los nazis: trabajar
desde el centro” y añade que “lo que ha hecho en el debate lo descalifica para
ocupar cualquier cargo europeo en el futuro” pues “a Sánchez le encantan los
conflictos y que no se resuelvan desde el centro”, en clara alusión a lo que
está sucediendo en España al pactar el líder socialista con todos los
radicalismos sean de derechas o izquierdas, incluso si éstos, como es el caso
de los líderes de ERC o Junts, están condenados y fugados de la Justicia por
haber cometido graves delitos contra el Estado de Derecho, o como sucede con
Bildu que no condena el terrorismo de ETA y sí homenajea a los etarras e
incluso les incluye en sus listas electorales. En definitiva, un patético
Sánchez que además usa su discurso en Estrasburgo para acusar a Feijóo de
“lawfare”, cuando él acaba de pactarlo literalmente con el prófugo Puigdemont, y
para auto reivindicarse como “barrera contra la ultraderecha” planteando si el
PPE devolvería a las calles de Berlín los nombres de nazis, asunto que
precisamente está ya más que superado con la estrategia de moderación, y no de crispación, que le explica Weber; en
definitiva, un Sánchez que va a Europa a por lana y sale trasquilado, mientras
su aliado Puigdemont, fugado de la Justicia española y a quien pretende
amnistiar a cambio de sus siete votos que necesita Sánchez para mantenerse en
el poder, aprovecha su discurso para reprocharle que el catalán aun no es
lengua oficial en la UE y para amenazarle con “consecuencias desagradables” por
no impulsarlo suficientemente y no cumplir con su promesa pactada de que la UE
reconozca dicha lengua como oficial, mientras el líder del PP europeo apuesta
por una comisión sobre la amnistía en la Eurocámara, asunto que Sánchez, tras
considerarla inconstitucional por activa y pasiva, ahora defiende en la UE ante
las duras críticas de PP y Vox (ya saben, según Sánchez, la derecha fascista
española), por seguir defendiendo lo mismo que él defendía hasta que se percató
de que con ello no tenía suficientes votos para ser investido Presidente de
Gobierno y, para conseguirlo, cambió de opinión.
Así las cosas, siguiendo con las
osadas mentiras de Sánchez, que él califica de “cambios de opinión” cuando le
conviene, nuestro hipotecado Presidente por los radicalismos extremos, se
reunirá personalmente con el prófugo Puigdemont sin esperar ni siquiera a
amnistiarle (lo que requiere su tiempo) y en pleno acoso de sus impresentables
socios a los jueces españoles, ante la sospechosa y cómplice pasividad del
Presidente que pactó con el prófugo una
foto de “rehabilitación total”, es decir, una reunión directa entre
ambos que hasta ahora no se ha dado por la humillación que supone para el
Presidente del Gobierno, pero que ahora le exigen si es que quiere seguir siéndolo…..y,
si no, a casita. Una vergonzante reunión que se planteó primero como una cita
informal en Estrasburgo y ahora se plantea para después de que Sánchez deje la
presidencia rotatoria de la UE (sería demasiada vergüenza para la propia UE y
así sólo lo será para España). Y mientras el mediador impuesto por el
secesionismo, planteó llevar los encuentros negociadores a varios países, Junts
lo limita por temor a una orden de detención, pues por más que Sánchez se
empeñe ahora, contra lo que dijo en campaña electoral, en rehabilitar y
blanquear el secesionismo totalitario, Puigdemont no deja de ser un fugado de
la Justicia que no quiere comparecer ante los tribunales y prefiere que por la
puerta trasera su enemigo íntimo, Sánchez, lo rehabilite, junto al resto de
delincuentes condenados ya por los tribunales, a quienes, tras ser ya indultados
por el Gobierno, también blanqueará Sánchez con su patética Ley de Amnistía.
Todo borrado, y punto; hasta la próxima fechoría.
Además el PSOE sanchista, en este
caso el PSN, da la alcaldía de Pamplona a Bildu tras acordar con los abertzales
una moción de censura (tal como sucedió a nivel de España con el gobierno de
Rajoy) contra la alcaldesa pamplonica de UPN, cuando hace un mes presumía de no
pactar en la capital navarra con Otegi permitiendo que la gobernase el partido
navarro aliado del PP, cuando todo apuntaba que, antes o después, Sánchez y
Otegi pactarían en el País Vasco y Navarra, como se acaba de confirmar, por lo
que Feijóo dice que ese voto ahora a favor de Bildu le impide normalizar sus
relaciones con Sánchez y vaticina que lo que Otegi pretende es extender el
acuerdo a todo el País Vasco, lo que pone de los nervios al PNV, también socio
de Sánchez, de cara a las cada vez más cercanas elecciones en Euskadi. Otegi
anticipa que el PSOE de Sánchez le entregará el País Vasco tras entregarle
Pamplona y los socialistas se jactan ahora de haber pactado con un “partido progresista”
con lo que, de momento, ya le han puesto a Bildu la etiqueta de “progresismo”
que les avala como socios del PSOE, confirmándose que el secreto y oscuro pacto
de investidura de Sánchez que el PSOE firmó con Bildu incluía la alcaldía de
Pamplona y el asunto de los presos etarras, con lo que los barones del PP
avalan el “plante” total a Sánchez que propone Feijóo. Entretanto se conoce que
el PSOE activó la moción de censura una semana después de la investidura de
Sánchez, cuando Bildu, PSN y Geroa Bai se citaron en un “txoco” para preparar
el asalto a la alcaldía de Pamplona aunque acordaron respetar a la alcaldesa de
UPN hasta después de la Navidad y el líder del PSOE lo justifica ahora por la “parálisis
institucional”, temiéndose que otras cuatro alcaldías de Navarra (Estella, Sangüesa,
Barañain y Valle de Egüés) sigan el mismo camino que Pamplona pues en ellos Otegi
sólo necesita los votos de los socialistas para echar a los alcaldes constitucionalistas
de UPN, mientras familiares de asesinados por ETA claman contra el PSOE por
ceder ante el partido de Otegi, al igual que ha hecho con ERC, PNV y Junts con
tal de llegar y mantenerse en el poder.
Y todo ello, por si fuera poco, en pleno
terremoto judicial por los ataques de Junts al Tribunal Supremo, mientras los presidentes
del TS y del CGPJ ven “inadmisible” el “señalamiento” expreso, con nombre y
apellidos, de jueces, al extremo de que el presidente del Supremo planta
incluso al ministro Bolaños por los insultos recibidos desde Junts, aliado de
Sánchez. Y es que los hechos son muy graves, se mire como se mire, pues Bolaños
se ha visto obligado a llamar a los jueces criticados por Junts para intentar calmar
tan inaceptable situación; se trata de Manuel Marchena, Pablo Llarena y Carlos
Lesmes, tachados de “personas indecentes” por la portavoz de Junts en el
Congreso y pidiendo para ellos que fueran cesados y procesados…..y todo esto
paradójicamente por la portavoz de quien anda fugado de la justicia, como ven,
decente donde los haya, quien, como tal, tiene en sus manos el futuro, nada menos,
que del Gobierno de España. El malestar en el Supremo por falta de respaldo del
Gobierno está más que justificado, lamentando que el Ejecutivo no desmienta las
acusaciones de “lawfare” del secesionismo, mientras el Presidente del CGPJ advierte de que “ningún poder
del Estado puede ser cómplice de estas campañas con sus silencios”. En definitiva,
los jueces avisan al Congreso que no puede “ni admitir citarles” y le recuerda
que la ley impide a las autoridades políticas “intimarles” o llamarlos a comparecer
ante su presencia (en democracia sólo cabe poner las demandas pertinentes si se
considera que han delinquido), mientras el CGPJ clama contra las comisiones de
investigación y pide que se deje en paz a los jueces, alertando el Presidente
del Poder Judicial de las consecuencias de un “choque” entre los poderes del
Estado, como es el caso, porque “ningún juez puede ser emplazado por comisión
parlamentaria alguna para justificar su proceder jurisdiccional” y advierte que
implicaría “un choque que se adivina brutal entre poderes del Estado”, pidiendo
ante Bolaños evitar que se evite este choque y “no ser cómplice” de los ataques,
mientras Rufián, otro de los aliados de Sánchez, dice que “parte del Poder
Judicial intentará por todos los medios no aplicar la amnistía”. Esta es la
preocupante situación que atraviesa España, insólita en la UE, donde Sánchez
quiere extender su muro contra los “fachas”, es decir, contra todos los que no
estén dispuestos a avalar su manera de hacer y entender la política.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que Gobierno y Generalitat Valenciana desbloquean la ampliación del
Puerto de Valencia con 2.000 millones; que Yolanda Díaz repesca a ex-cargos de
Podemos, BNG y PSOE para lanzar Sumar en Galicia y no cumple su amenaza de
actuar contra Podemos tras la ruptura del grupo parlamentario, pues el castigo
económico y la denominación de tránsfugas depende del PSOE, mientras Podemos
confía su rearme a Montero y la propone para las europeas; que la OCDE carga
contra la reforma de las pensiones porque los gastos crecen el doble que los
ingresos y ello debilita la sostenibilidad del sistema; que la revisión del “impuestazo”
a la banca aflora un nuevo choque entre Calviño y Díaz, la socialista quiere revisarlo
y la comunista no, afirmando que “lo pactado obliga”; y que la inmigración
ilegal crece un 75% este año y en Canarias es la mayor de toda su historia con
más de 36.000 y al efecto dice Marlasca que “no hay soluciones mágicas ni
atajos”, anuncia una conferencia sectorial con las CCAA y descarga el aumento
de las llegadas en la crisis de los países africanos.
Fdo. Jorge Cremades Sena
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