El elenco
de imputados por el caso de las “tarjetas black” de Bankía andan desfilando uno
detrás de otro por la Audiencia para prestar declaración sobre sus presuntas
fechorías por uso y abuso de las mismas. Los hay para todos los gustos y
pertenecientes a casi todas las ideologías o categorías sociales y económicas.
Sólo andan unidos porque sus respectivas instituciones partidarias, sindicales
o empresariales les designaron un destino común tan cerca del dinero que no
fueron capaces de rechazar la tentación de vivir como reyes y a todo tren de
lujos y exquisiteces reservadas a unos pocos. Y, afortunadamente para todos,
ahora les toca rendir cuentas. El fiscal les exige la devolución del dinero
gastado con las siniestras tarjetas, en tanto que los consejeros, que ese era
su destino dorado, dan al juez versiones opuestas sobre el descomunal
descontrol de sus gastos. Algunos de ellos declaran que “en época de Blesa” les
“animaban a gastar más” con dichas tarjetas y hasta uno de ellos asegura
incluso que en esa época hasta le regañaron por “gastar poco”… supongo que le
regañarían por imbécil ya que, puestos a trincar, cuanto más mucho mejor.
Señalado Blesa como el factótum del turbio asunto, todos ellos, incluidos los que
vienen esposados y en furgón policial desde la cárcel, donde están cumpliendo
condena por otros delitos (menudos figuras), son lógicamente abucheados por
personas que se han visto perjudicadas por sus fechorías o que simplemente,
como sucede a la mayoría de la ciudadanía, sienten náuseas ante esta banda de
presuntos delincuentes, cuyo destino más certero debiera ser la prisión, una
buena multa y la devolución de lo malversado.
Y ya que estamos en la
fiesta nacional (no en los toros, sino en la corrupción) nos siguen asombrando
otros asuntos, si es que todavía nos queda capacidad de asombro. De un lado,
resulta que el ya famoso “pequeño Nicolás” tenía a sueldo, según un informe
policial, nada menos que al número dos de Seguridad de la Alcaldía de Madrid,
con lo que, de continuar la historia, lo que comenzó siendo un asunto personal
de un megalómano imprudente y falsario, puede acabar siendo algo mucho más
gordo, como sucediera con los ERE de Andalucía que de ser al principio un
asunto de “cuatro golfos” está a punto de acabar siendo un megalómano fraude en
el que pueden ser imputados incluso los ex presidentes autonómicos Chávez y
Griñán. De otro lado, mientras se publica sobre la denuncia del empresario francés
al consejero de Artur Mas Felip Puig, cuyo hermano curiosamente es socio de un
hijo de Jordi Pujol, que tan ilustre consejero incluso se reunió con el francés
para pedirle personalmente la comisión del 5%, según detalló el industrial la
semana pasada a la Policía, el cuñado de Jordi Pujol niega que la fortuna
oculta proceda de una herencia o legado, con lo que aquella vieja cantinela del
independentismo de “España nos roba” cada vez va despejando más que quienes
robaban eran otros.
En cuanto a otros
asuntos se refiere, destacar que, mientras la dirección del PSOE detecta que el
defenestrado Gómez está maniobrando para dificultar su relevo, Zerolo se suma a
la guerra contra Sánchez y se postula como candidato, eso sí, con toda lealtad,
ayudando, como ven, a salir del negro agujero en el que se han metido… bueno,
mejor aún, del que no han salido desde hace tantos años. Y destacar también las
andanzas de Pablo Iglesias por EEUU improvisando una visita a la ONU en la que
se salta los procedimientos normales, mientras que un juez abre diligencias por
la querella por fraude fiscal contra Monedero, quien, tras un par de semanas
desaparecido, por fin da señales de vida, disculpándose por la tardanza en
encontrar los papeles que demuestran su correcta actuación y diciendo que ya
están en su poder, aunque sigue sin mostrarlos.
Por su parte, se
enturbian cada vez más los asuntos con Venezuela. Dice el Ministro Margallo,
con toda razón, que “en España la libertad de prensa es intocable”, replicando
así el Gobierno español a las amenazas de Venezuela y avisando que las
presiones a empresas españolas, que el ministro confirma, el gobierno, como es
su deber, las “defenderá”. Es el claro ejemplo de discrepancia entre dos
concepciones diametralmente opuestas de gobernar, las democracias occidentales
y los populismos antidemocráticos, por lo que Maduro jamás entenderá que, le
guste o no, la libertad de prensa en Europa no se puede cercenar como hace su
régimen chavista. Y todo ello mientras la Audiencia pide a Interpol que
certifique si De Juana Chaos vive en Chichiriviche, en tanto que aquí en España
sus víctimas muestran la foto que se publicó ayer diciendo que es “la foto de
la infamia”. Hay que recordar las circunstancias que rodearon la puesta en
libertad del etarra y su posterior huida, así como la presencia de otra
veintena de etarras en Venezuela con causas pendientes, incluso seis de ellos
acusados de la comisión de 22 asesinatos, así como que otros once miembros de
la banda han regresado a España al comprobar que no había ningún sumario
abierto contra ellos.
Finalmente, mientras
Egipto se suma a la ofensiva contra el Estado Islámico y bombardea Libia, tras
la matanza de coptos egipcios degollados en la playa, que horrorizan al mundo,
Grecia, por su parte, se empecina en meterse cada vez más en un callejón sin
salida. En efecto, el Gobierno de Tsipras choca por segunda vez con el
Eurogrupo que da un ultimátum a Grecia para que acepte las condiciones de
Europa, dando cuatro días para que acepte ampliar y prorrogar el rescate, al
levantarse Varufakis de la mesa de negociación rechazando la propuesta inicial.
Por tanto, ante la oferta de extensión del programa de rescate en vigor o nada,
el gobierno griego prefiere nada, con lo que tiene de plazo hasta el viernes para
tomar una decisión definitiva, en tanto que, ante la situación, Schäuble dice: “lo
siento por los griegos, han elegido un gobierno irresponsable”, mientras que
miles y miles de griegos apoyan a su “irresponsable“ gobierno esperando que les
lleve a Grecia el maná prometido, cuando no dependía de él obtenerlo. Es la
tragedia de quienes se mueven en la demagogia y de quienes confían en los
milagros prometidos. Como dicen algunos, al final, lo que no puede ser, no es,
y además es imposible.
Jorge Cremades Sena
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