Obama
aboga por una especie de Estados Unidos de Europa y aterriza en Alemania para
impulsar la unidad de una Europa quebrada por la crisis de los refugiados, por
la amenaza del Brexit, por el azote del yihadismo y por la consolidación de
populismos nacionalistas de extrema izquierda o extrema derecha, entre otras
amenazas, respaldando la política migratoria de Merkel y alabándola por estar
“en el lado correcto de la Historia”. No es para menos, han sido tantas las
ocasiones en que Europa se ha puesto del lado incorrecto de la Historia que sus
errores han costado sangre, sudor y lágrimas. Y, dentro de Europa, puede que
España esté entre los primeros en alejarse del lado correcto de la Historia
para caminar por aventuras inciertas que nos condujeron al caos, que nos
provocaron enfrentamientos civiles sangrientos y retrasos históricos que aún
estamos pagando de alguna manera. Conviene pues reflexionar al respecto justo
cuando los partidos españoles, tras el bochornoso espectáculo que vienen dando
desde el 20-D, se ponen ya claramente en clave electoral, asumiendo su fracaso
colectivo y su incapacidad para hacer Política, tal cual, con mayúsculas, ya
que, como en Alemania, sólo el concurso de los dos principales partidos, PP y
PSOE, con un pacto de gobierno son los capaces de afrontar con solidez los
retos que el país tienen planteados, empezando por una reforma constitucional
sensata y serena. Pero, ya ven, la ocasión de ponerse del lado correcto de la
Historia se ha dejado pasar de momento y, menos mal que, a mi juicio, no ha
prosperado lo contrario, es decir, ponerse claramente en el lado incorrecto de
la misma como hubiese sido consolidar el proyecto pivotado por Podemos, el del
famoso Gobierno de la “sopa de letras” liderado por el socialista Pedro Sánchez
con participación activa o pasiva de las mareas, en Comú, Compromís, IU, PNV y
todo tipo de opciones independentistas y antisistema habidas y por haber, una
especie de frente común contra las opciones constitucionalistas que, en caso de
que el PSOE lo hubiese aceptado (Sánchez ha estado coqueteando hasta el final),
habrían quedado representadas sólo por PP y Ciudadanos, lo que hubiese
supuesto, sin lugar a dudas, la quiebra de la convivencia entre los españoles
y, seguramente, la escisión de una buena parte del PSOE con aquellos que
claramente se hubiesen posicionado de parte del caos. Somos ahora los españoles
quienes directamente habremos de decidir de qué lado de la Historia nos
ponemos.
Y precisamente para
que los españoles decidamos el lado de la Historia que nos conviene, la gran
ventaja es que, al menos, después del espectáculo que nos han ofrecido los
distintos líderes políticos, conocemos mejor de qué pie cojea cada uno de
ellos. De momento, ya en plena precampaña, se vislumbra por dónde pueden venir
los tiros en pleno comienzo de una nueva ronda de audiencias con el Rey que
aboca a la repetición de los comicios. El primer objetivo es convencer a la
gente de quién es el más responsable del caos. Mariano Rajoy, que desiste de un
último llamamiento al acuerdo y contesta a los reproches de inmovilista con
“hicimos lo que teníamos que hacer sin caer en la ansiedad”, inicia su
precampaña con duros ataques a Ciudadanos, acusando a Rivera de que “está
entregado al PSOE”, y llevará en su campaña la oferta de “gran coalición” que
hizo desde el primer día. Pablo Iglesias, abandonando las ideas de Errejón,
busca intimidar al PSOE e inicia su carrera hacia el “sorpasso” en alianza con
IU el 26-J, mientras Sánchez se aferra al “minuto yugoslvo” y se despeja la
agenda por si acaso, mirando de reojo a Iglesias que pretende arrebatar el
“liderazgo” de la izquierda al PSOE. Y Rivera a verlas venir, intentando culpar
al PP por no haberse sometido al pacto PSOE-Ciudadanos. Se avecina pues una
especie de campaña de dobles parejas mal avenidas PP-Ciudadanos y PSOE-Podemos
que pretenden mutuamente disputarse el voto de centro a derechas y de centro a
izquierdas en este nuevo escenario cuatripartidista que, hoy por hoy, sustituye
al bipartidismo tradicional PP-PSOE y que, de momento, sólo ha aportado
inestabilidad gubernamental a los españoles.
En cuanto al capítulo
de las irregularidades, siendo benevolente, cabe destacar que un alto cargo de
Cifuentes compartió sociedad con el jefe de Ausbanc, pues la Directora de
Consumo figuró como consejera en una de las empresas de Pineda; que documentos
bancarios revelan el reparto del botín de Manos Limpias, siendo Negrete,
imputada por apropiación indebida, incapaz de justificar al juez la retirada de
109.600 euros en efectivo; y que hay un correo que prueba el desvío de fondos
municipales a Ciudadanos al manifestar que “si los secretarios de ayuntamientos
os ponen problemas con el CIF del partido, abrid otros”, con lo que la
Secretaría de Finanzas reconoce que los interventores municipales advertían de
que el procedimiento era ilegal, por lo que Anticorrupción investiga la
financiación de los de Rivera tras una denuncia de ex miembros del partido.
En cuanto a otros
asuntos cabe citar que la Comunidad de Madrid declarará Bien de Interés
Cultural el archivo de García Lorca que no podrá venderse en el extranjero; que
los sirios llegados en 2011 no han tenido apoyo para aprender español, siendo
así el idioma su última frontera; y que un empleo público es un 37% más caro
que uno privado, que la remuneración de los funcionarios supera en 11.000 millones
el nivel previo a la crisis y que la masa salarial en las empresas ha caído un
6%.
Jorge Cremades Sena
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