Se llegó al final de la
campaña electoral europea, convertida en teatro, puro teatro, en España, donde
los españoles, tras la representación teatral, debemos recuperar nuestra
condición de ciudadanos en las urnas y abandonar nuestro papel de meros
espectadores de un espectáculo de divertimento teatral trágico-cómico y
divertido si no fuera porque, finalizada la representación del mismo, se impone
la cruda realidad y, lamentablemente, es una realidad poco halagüeña. En
definitiva, teatro, puro teatro, especialmente en la última fase del
espectáculo, en el que se han rebasado todos los límites de la decencia democrática
por parte de nuestros políticos, convertidos en actores, al extremo de que
ellos mismos han dejado paso a su propio protagonismo para hacer aparecer en
escena a nuevos protagonistas, llegando al éxtasis de la representación con la
ficción casi perfecta de que en algunas escenas ya no se distinguía ni siquiera
quienes eran los candidatos a convertirse en eurodiputados o los protagonistas
ficticios de un vodevil con números musicales y de variedades incluidas. Y
entre estas escenas gloriosas e inolvidables destaca sin duda especialmente el
mitin socialista de Benalmádena, que Sánchez convirtió en un acto de exaltación
de su mujer, junto a él en primera fila y cogidos de la mano, mientras los
fervorosos asistentes al acto gritaban “¡Begoña, Begoña, Begoña!”, faltándoles
bien poco para gritar con el mismo fervor “¡Presidenta, Presidenta, Presidenta”
cuando ella, como esposa de Sánchez, no constaba en el reparto de actores del
espectáculo, pero eclipsaba a la protagonista, Teresa Ribera, la candidata
socialista, e incluso a su propio marido, líder del PSOE y Presidente del
Gobierno. Sin duda, Pedro Sánchez, el mago de las mentiras, utilizaba a su
mujer como gancho electoral y la utilizaba como símbolo indiscutible de su
cruzada contra la derecha y extrema derecha mediática, política y judicial, que
para él son lo mismo, excepto Junts y PNV, que son otra cosa siempre que apoyen
su populismo de izquierdas, que ha logrado superar incluso al de Pablo Iglesias
y sus herederos, convertidos en comparsa minoritaria cabreada de su minoritario
Gobierno de coalición. Entretanto Teresa Ribera, en plena declaración de amor
entre Pedro y Begoña, y como candidata de un PSOE populista que confía
convertir la imputación judicial de Begoña en una palanca electoral (y lo más
probable es que lo consiga), decía que “nos estamos jugando el Estado
Democrático”, mientras Pedro pedía eufórico a la “familia socialista” que
responda al “asedio vil de la derecha” y la Fiscalía Europea recababa los
correos del “caso Begoña”, cuando simplemente todo este entramado se hubiera
podido liquidar por parte del Presidente diciendo: dejemos a la Justicia actuar
y trabajar a los jueces, sólo se trata de investigar sobre acusaciones falsas y
estamos seguros de que los tribunales esclarecerán la verdad. Pero no, eso no
da voto alguno y avivar el victimismo puede que sí los dé, lo que supone no
relegar la investigación al ámbito de la Justicia, porque eso no suma, y sí
elucubrar sobre un complot del mal contra él y su familia que sí puede sumar,
aunque para ello se requiera degradar los pilares básicos del Estado de Derecho,
cuando lo precedente en un Presidente del Gobierno y de todos sus ministros
sería apelar a la esencial independencia del Poder Judicial y a la imparcialidad
de los tribunales de Justicia….pero, ya ven, en este caso, prefieren, por meros
intereses personales y electorales, despotricar contra el juez instructor del
caso que afecta a su amada esposa, la Presidenta, diciendo Sánchez públicamente
que por encima de todo la va a defender y que la ama, cuando esto último pertenece
al ámbito privado (y me parece perfecto que la ame, pero publicarlo no viene al
caso) y cuando quien la tiene que defender o condenar, como a todo hijo de
vecino, es el tribunal que la juzga e investiga su comportamiento, con todas
las garantías procesales, y, en todo caso, si cupieran indicios o pruebas de
prevaricación por parte del juez, lo que cabe sería denunciarlo para que sea juzgado,
pero jamás verter acusaciones infundadas contra él que atentan contra la
democracia, especialmente si dichas especulaciones se hacen desde lo más alto
del Poder Ejecutivo.
Teatro, puro teatro pues aunque, por
fin, acaba hoy en las urnas, mientras la Fiscalía Europea manda a la Guardia
Civil a la sede de Red.es en plena campaña electoral para salvaguardar los
expedientes de Barrabés en el “caso Begoña” y se puedan investigar las
adjudicaciones por parte del Gobierno al empresario que la mujer del Presidente
del Gobierno recomendó por carta, en tanto que, por otro lado, la Complutense
emprende acciones para garantizare la plataforma que registró Begoña a su
nombre…..Pero ya ven, por lo visto la
justicia europea sí merece todo el respeto y tiene todo el derecho para poder
investigar lo que considere oportuno en cualquier momento y lugar, pero la
decisión del juez español instructor del “caso Begoña” no lo merece y su osadía
de citar en plena campaña electoral a Begoña para que declare como imputada
próximamente merece el rotundo reproche de Sánchez en base a una supuesta “ley
no escrita” de no tomar decisiones judiciales en campañas electorales, cuando
hay precedentes de lo contrario, por lo que el juez instructor le recuerda que
nada le impide citar a su mujer antes del 9-J. Y es que la Fiscalía Europea aprecia
también en el “caso Begoña” indicios de tres delitos (malversación, tráfico de
influencias y prevaricación) y, ante una denuncia, obviamente los investiga,
como debe ser, pero en similares circunstancias, el juez español instructor del
caso tiene que defenderse de las críticas del mismísimo Presidente del Gobierno
y, contra sus acusaciones de que politiza la justicia, se ve obligado a
recordarle que ninguna ley le obliga a paralizar la investigación judicial en
campaña, defendiendo la citación de la mujer de Sánchez pese a las europeas. Y
este permanente señalamiento a los jueces por parte del Ejecutivo (insólito en
cualquier país democrático) obliga a una reacción judicial como respuesta a su
segunda carta pública porque en ella “señala a los jueces”, mientras Génova
denuncia a la ministra Alegría por el uso partidista del Consejo de Ministros
(otro asunto que tal baila), mientras los jueces alertan de un “ataque
preventivo” para presionarles por la amnistía (otro asunto peliagudo) y
mientras el Supremo aclara que no se sienten presionados por la carta de Pedro,
pues ya es conocido que “cualquier decisión que no comparten la identifican con
un complot contra el Gobierno” y sobre los ataques al juez del “caso Begoña”
dicen los jueces que “no es Peinado, somos todos”, en tanto que el CGPJ se
reunirá mañana mismo para consensuar una respuesta a tanta irresponsabilidad.
Así las cosas, la incertidumbre
crece en el último acto de este teatro, puro teatro en que se convirtió la
campaña electoral, mientras la Presidenta del Congreso, Armengol, cruza otra
línea roja al pedir en el Senado, durante su comparecencia en la comisión de
investigación de la compra de mascarillas en Baleares, el voto contra el PP, en
tanto que el ex presidente Zapatero, iniciador de esta deriva populista del
PSOE, pide por teléfono el voto para el PSOE en un mensaje grabado que salta
automáticamente al descolgar el fijo. Y es que con las encuestas bastante
igualadas hay que movilizar al electorado sea como sea, pues los comicios
europeos se han convertido en España en una especie de plebiscito sobre la
amnistía (paralizada por Sánchez tras ser aprobada en el Congreso para que no
interfiera electoralmente) y sobre el “caso Begoña Gómez”: Feijóo apela a
iniciar el cambio de gobierno en España desde Europa y a no caer en las
“trampas” de dividir el voto, y Sánchez liga el resultado a la causa judicial
de su mujer y a desactivar al PP, creyendo que los populares han reducido sus
expectativas iniciales durante la campaña y que “hoy están en el vamos a
empatar”, cuando al inicio de la campaña Feijóo buscaba una victoria
contundente y Sánchez pretendía resistir y seguir en el poder. ¿Habrá
conseguido esta farsa, este teatro puro teatro, revertir las expectativas
electorales? La respuesta la darán hoy los ciudadanos en las urnas.
Lo cierto es que a partir de mañana
se acaba este teatro, puro teatro, y se reinicia volver de nuevo a la realidad
con el reto de ver qué pasa con la amnistía y con el próximo Govern de
Cataluña, eclipsados en campaña por el “caso Begoña”. De entrada el TC anula el
voto telemático y complica el sufragio de Puigdemont (socio de Sánchez) al
dejar sin efecto el voto delegado de Lluís Puig, arrojando dudas sobre la
investidura en el Parlament. Y de momento ERC y Junts (ambos sostenedores de
Sánchez) en su nítida línea antidemocrática pero merecedora de pactar con ellos
en las Cortes Generales, desobedecen al Constitucional y se disponen a dejar
votar a los huidos de la Justicia, aunque rehabilitados por Sánchez cuando se
aplique definitivamente la insólita amnistía, mientras Puigdemont planea
reaparecer en el Parlament en cuanto el BOE publique la ley que desautoriza a
la Justicia española, en tanto que su entorno reconoce que el prófugo “sueña
con pasar quince días en Estremera” y que buscará un acuerdo con ERC para
repetir elecciones en Cataluña si él no es investido en el Parlament…..y
entretanto el prófugo prepara un referéndum con tecnología descentralizada para
evitar la intervención del Estado, pues un grupo de informáticos ya le han
asesorado sobre el desarrollo de una plataforma de cadena de bloques que
contaría con un censo propio fuera del control de las instituciones españoles.
Es nuestra peculiar realidad dentro de la UE, que nosotros mismos nos hemos buscado.
Así pues, mientras 360 millones de
europeos deciden hoy el futuro de la UE y de Europa con la ultraderecha en
ascenso en muchos países (en España, según el Gobierno y sus socios, también,
dado que incluyen a los conservadores del PP en la extrema derecha), nosotros,
los españoles, nos dedicamos a representar un teatro, puro teatro, sobre malos
y buenos, que, al margen de Europa, nos lleva a decidir si elegimos entre “más
Sánchez o voluntad de cambio”, pues tanto PP como PSOE asumen que los
resultados de hoy en las urnas sin duda van a tener “consecuencias políticas”
en España y que la clave va a estar en la capacidad de movilización de sus
respectivos electorados para que hoy nadie se quede en casa, con la intriga de
ver quién de los dos consigue capitalizar el “efecto Begoña”. Por su parte
Europa fija su rumbo para los próximos cinco años con el protagonismo
indiscutible de tres mujeres: Von der Leyen, Meloni y Le Pen. Entretanto,
Cándido Méndez, ex secretario general de UGT, dice que “la ley de amnistía es
inaceptable y habría que convocar elecciones”….. sin duda, por semejante
crítica, acaba de pasar para los populistas de ser un progresista de izquierdas
sindicalista a ser un peligroso facha que merece ser repudiado, como el resto
de críticos de izquierdas o derechas a las pintorescas decisiones que viene
tomando el “progresista” gobierno de Sánchez.
Por lo que respecta a otros asuntos
cabe citar que Vox se une a Podemos en el Ayuntamiento de Sevilla para reprobar
al alcalde popular aunque a falta de candidato alternativo nada cambiará; que
la inflación encoge más aún la cesta de la compra de los españoles; que la
falta de acuerdo entre Sanidad y las CCAA obliga a cerrar centros de salud este
verano; que el mercado de alquiler provoca ya que el piso compartido supere a
la oferta tradicional de vivienda; que el FMI revisa al alza el crecimiento en
España hasta el 2´4%; que el BCE baja los tipos en 0´25 puntos tras diez
subidas consecutivas; que Israel libera a cuatro rehenes que escondía Hamás
aunque causando decenas de muertos en la operación “por tierra, mar y aire”; y
que, por todo lo alto, pero con la ausencia de Putin, se celebra el aniversario
del Desembarco de Normandía que finalmente posibilitó la derrota de Hitler,
mientras Zelenski, presente en los actos, manifiesta que “si Ucrania es
sometida, toda Europa estará amenazada” pues el “aislacionismo no era la
respuesta en la Segunda Guerra Mundial y no lo es ahora” (tomemos nota, la
democracia es frágil).
Fdo. Jorge Cremades Sena
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