Aunque en España se ha
instalado la falacia de que quien gana las elecciones las pierde y de que Sumar
es sinónimo de restar o dividir, lo real y cierto, es saber que, al margen de
explicaciones demagógicas interesadas, los resultados escuetos y concretos de
las elecciones europeas son los que son y luego que cada quien saque sus
conclusiones y elucubre como considere oportuno. La realidad es que en España
el PP ha obtenido el 34´2% de los votos y 22 eurodiputados, sube 9; PSOE 30´1%
y 20, baja 1; Vox 9´6% y 6, sube 2; Ahora Repúblicas, coalición formada por
ERC, Bildu y BNG, 4´9% y 3, queda igual; Sumar, 4´6% y 3, no existía en 2019;
Se acabó la Fiesta, 4´5% y 3, nuevo partido de verdadera extrema derecha
inexistente en 2019; Podemos 3´2% y 2, baja 4; Junts 2´5% y 1, baja 2; y CEUS,
es decir PNV y CC-PNC, 1´6% y 1, queda igual. Y también la realidad es que en
Europa, donde los partidos conservadores homologados con el PP español en el
PPE no son fachas contra lo que dice la izquierda española, incluido el PSOE,
los resultados en escaños han sido PPE 191 eurodiputados, 15 más;
Socialdemócratas 135, 4 menos; Liberales 83, 19 menos; Conservadores 71, 2 más;
Identidad y Democracia 57, 8 más; Verdes 53, 19 menos; La Izquierda 35, dos
menos; No inscritos 45, 16 menos; y Otros, 50 escaños. Estos son los datos
reales sin trampa ni cartón, al margen de cualquier interpretación subjetiva
interesada; y, a tenor de dichos datos, no parece descabellado concluir que en
España ha ganado el PP por cuatro puntos porcentuales (34´2% de votos frente al
30´1%) frente al PSOE, que vuelve a perder en las urnas y simplemente resiste;
que la izquierda a la izquierda del PSOE cada vez va peor al dividirse entre
Sumar y Podemos, perdiendo un eurodiputado respecto a los obtenidos por
IUPodemos en 2019; y que en Europa hay un auge ultra indiscutible,
especialmente por la contundente victoria de Le Pen en Francia, la victoria de
Meloni en Italia y el subidón ultra en Alemania (como en otros países) frente a
la socialdemocracia de Scholz, que queda en tercer lugar, y el triunfo de la
CDU…..datos sin duda preocupantes. En todo caso en Europa la “gran coalición”
de populares, socialistas y liberales, si reeditan el pacto, logran retener la
mayoría absoluta en la Eurocámara con alrededor de 400 escaños de los 720 que
la componen y, al efecto, ya se ponen en marcha las negociaciones, pues allí, a
la derecha democrática (los populares y los liberales) no se la tilda de
“facha” y “fascista” por parte de socialistas y socialdemócratas como sí sucede
en España, dándose la paradoja de que por supuestos meros intereses
electorales, los socialistas de Sánchez casi
ni se hablan en España con los populares de Feijóo, pero se entienden
perfectamente con los populares europeos para seguir conformando en la UE
gobiernos netamente democráticos y alejados de tentaciones populistas de
extrema derecha o extrema izquierda claramente euroescépticos. Así, mientras en
Europa, cada quien reconoce los resultados electorales y Von der Leyen celebra
la victoria del PPE en unos comicios con claro vencedor, la derecha, a pesar
del retroceso de la derecha democrática y el ascenso de la ultraderecha, en
España se sigue mareando la perdiz sobre lo que votaron los españoles y los
socialistas-sanchistas no reconocen el triunfo del PP, cuando es obvio que los
de Feijóo se han impuesto a los de Sánchez por el 34´2% de los votos (han
ganado nueve escaños más en la Eurocámara y el porcentaje obtenido es superior
al logrado en muchos otros países por el vencedor de los comicios en sus
terrirorios) frente al 30´1% obtenido por los sanchistas, que han perdido un
eurodiputado, y celebran ahora su derrota como victoria, basándose en que las
expectativas demoscópicas al inicio de la campaña electoral daban mayor
distancia entre ambos partidos a favor de los populares….ya ven, puro populismo
para desvirtuar una realidad que, guste o no, es la que es y como demócratas
hay que aceptarla e intentar ponerle remedio sin populismos demagógicos.
Así las cosas el PP, conseguido el liderazgo
político en España, pide a Sánchez convocar elecciones (como ha hecho Macron en
Francia, tras sufrir un duro castigo en las urnas) dado que la minoritaria
coalición gubernamental de Sánchez también ha perdido otro escaño más por lo
que es ahora incluso más débil de lo que era antes, al extremo de que Yolanda
Díaz anuncia que deja de liderar la coordinación de Sumar, aunque no su cargo
de Vicepresidenta del Gobierno, que, a dedo, le concedió Pablo Iglesias antes
de tirar la toalla. Sumar, de momento, queda descabezado con la renuncia de
Yolanda y el PP, en todo caso, aleja una moción de censura con el argumento de
que “la salida de Sánchez se cocina a fuego lento” mientras crece la
preocupación en el PSOE por la progresiva pérdida de votos, especialmente en
Andalucía y Madrid. La coalición gubernamental se agrieta al dejar Yolanda Díaz
a Sumar sin liderazgo y convertir la plataforma en un polvorín por la sucesión
en medio de duras críticas por parte de los partidos que la forman a causa del
fracaso electoral y sólo Sánchez la mantiene como Vicepresidenta del Gobierno
y, a pesar de todo, presume de fortaleza y rechaza convocar elecciones aunque
la crisis desatada en la izquierda radical (sus socios gubernamentales) y la
presión independentista (sus apoyadores de investidura) dificulten la
legislatura aún más de lo que ya está. Esta es la realidad en España tras los
comicios europeos, mientras en Europa destaca la gran victoria de Le Pen en
Francia, que hunde a Macron, y el auge ultra en Alemania y otros países, que
hunde a Scholz, mientras Meloni gana en Italia y Tusk se impone en Polonia con su
proyecto europeísta, en tanto que en España el PP de Feijóo derrota de nuevo al
PSOE de Sánchez, aunque éste lo niegue, y le quede el consuelo de que el PSC se
haya impuesto en Cataluña con un 30% del voto, al igual que el PSOE en España
(Feijóo en España tiene el 34%), pero ya ven, Illa, el líder socialista
catalán, si vence en tierras catalanas y el líder del PP no vence en tierras
españolas con mayor porcentaje de apoyos (misterios sin resolver).
En todo caso procede señalar que la
estrategia victimista de Sánchez en la campaña de carácter altamente populista,
ha propiciado que a duras penas resista, pues al inicio de la misma los sondeos
le auguraban un mayor hundimiento, salvo el CIS de Tezanos que finalmente le
daba cinco puntos por encima del PP (sólo se equivocó en 9 puntos), y gracias a
esto Sánchez puede permitirse atrincherarse ahora en Moncloa buscando ganar
tiempo para superar la crisis de la coalición, mientras Pablo Iglesias vaticina
el fin de Sumar (sinónimo de restar y dividir) y califica a Yolanda como una
“ministra independiente”, en tanto que Israel y Argentina celebran la “derrota”
del PSOE en las europeas por apoyar a Palestina e insultar a Milei. Al final,
entre unas cosas y otras, ya contamos en España con tres partidos en la derecha
(PP, Vox y Se acabó la Fiesta) y tres en la izquierda (PSOE, Sumar y
Podemos)….no nos podemos quejar, ya tenemos de todo, a lo que hay que añadir,
para que no nos falte de nada, el complicado mundo del nacionalismo e
independentismo político, cada vez más montaraz y antidemocrático…. (perdón,
parece ser que Yolanda, emulando a Sánchez, donde ha dicho digo dice Diego y no
se va del liderazgo de Sumar….o, al menos, no se va del todo).
Por cierto, como era de esperar,
pasadas las elecciones, el Gobierno publica por fin en el BOE la Ley de
Amnistía que ya entra en vigor, siendo obvio que Sánchez ha procurado evitar
sus efectos en plena campaña no publicándola en el BOE inmediatamente después
de aprobarse en el Congreso como es costumbre. Y, como era de esperar, el
independentismo (socio de Sánchez en su conjunto) se une ahora frente al PSC y
controlará la Mesa del Parlament tras nombrar President de la misma a Josep
Rull, de Junts (condenado por el Supremo e indultado por el Gobierno) con el
voto de dos diputados huidos, contra las indicaciones del TC por unanimidad,
arrebatándole la Presidencia a la candidatura del PSC de Illa, ganador de los
comicios catalanes….. y, ante comportamientos tan antidemocráticos, Illa,
entretanto, negándose a hablar con Vox o el PP para intentar una solución
democrática a tanta osadía antidemocrática por parte del secesionismo radical.
Es obvio que Illa prefiere (o le exigen) quedarse solo y ceder a Junts el
control del Parlament, mientras ya preparan la vuelta de Puigdemont, pues al
líder socialista catalán y a su jefe Sánchez les gusta más negociar con los
condenados y prófugos por delitos contra el Estado democrático (o someterse a
sus antidemocráticos caprichos) que negociar con la derecha, a la que llaman
globalmente “facha” y “fascista”, a pesar de que la mayoría de ella, es decir,
el PP, se ha ido alternando en la gobernanza de España con el PSOE desde la
Transición hasta la llegada del populista Sánchez a la Moncloa. Sin embargo, y
a pesar de todo, el Tribunal Supremo complica el regreso de Puigdemont para su
investidura ya que el juez Llarena (desautorizado y vilipendiado con la
insólita Ley de Amnistía) mantiene por ahora la orden de busca y captura del fugado,
cuando, por cierto, Sánchez dejó claro que lo traería para ponerlo ante los
tribunales….y ya ven.
Y es que la Justicia, al menos frena las prisas de los beneficiarios de la
amnistía, mientras los tribunales instan a fiscales y acusaciones a que se
pronuncien ante la cascada de peticiones, que habrán de verse en cada caso, en
tanto que el Tribunal de Cuentas da el primer paso y apelará a la Justicia de
la UE, mientras los fiscales no ceden ante el Fiscal General del Estado, García
Ortiz, e insisten en el delito de malversación, pues los fiscales del 1-O
rechazarán su orden “contraria a la ley” de aplicar la amnistía, que ahora
entra en vigor con más de 300 causas abiertas por el antidemocrático “procés”,
por lo que García Ortiz convoca a los fiscales para que informen a favor de
aplicarla, pero ellos se niegan y están decididos a llegar hasta el final,
esgrimiendo especialmente que no se puede borrar la malversación (rebajada ad
hoc por el Gobierno) porque el Supremo dijo que hay un “beneficio particular”.
El previsible enredo de la justicia, está servido y Llarena, haciendo uso de su
derecho y obligación, comunica a las Fuerzas de Seguridad que las órdenes de
detención siguen “vigentes y activas”, mientras el Tribunal de Cuentas eleva ya
el asunto a la UE para que España recupere hasta 53 millones gastados en el
1-O. El asunto pues, no ha hecho más que empezar.
Cabe añadir además que en Francia el posible pacto con Le Pen fractura a la
derecha tradicional francesa ya que el Presidente de Los Republicanos defiende
un acuerdo con la ultraderecha; que el hijo de Biden es declarado culpable por
mentir al comprar un arma; que el tenista Alcaraz conquista París con su tenis
desbordante y gana su primer Roland Garros al derrotar a Zverev; que el Consejo
de Seguridad de la ONU aprueba el plan de paz de Biden en Gaza, mientras el
líder militar de Hamás, Yahya Sinwar, alardea del “sacrificio necesario” de la
población y se jacta en unas grabaciones de tener “a los israelíes justo donde
los queremos” y reconoce que el ataque terrorista buscaba torpedear la paz; y,
finalmente, que el CGPJ pide “contención” a Sánchez por sus ataques al juez
Peinado y le reclama el “máximo respeto” al magistrado que investiga a su mujer
por corrupción, mientras el Fiscal General del Estado asume que le investigue
el Tribunal Supremo y aclara al juez que fue él quien ordenó publicar la nota
sobre la pareja de Ayuso, quien pide justicia ante la revelación de secretos a
la que, como cualquier otro ciudadano, tiene derecho.
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