Ante el
chalaneo mercantilista de votos que se intuye para intentar gobernar con cierta
solvencia nuestros ayuntamientos y CCAA, no extraña que, según sondeo de
NCReport, más del 65% de los españoles apoye reformar la Ley para que gobierne
la lista más votada o que casi el 70% considere, en todo caso, que los partidos
deberían decir durante la campaña con quien van a pactar antes de que se emita
el voto, lo que, a ciencia cierta, cambiaría drásticamente el resultado
electoral ya que, de entre todas las posibilidades, gustos o preferencias, la
peor de todas para la mayoría de ciudadanos es la ingobernabilidad de las
instituciones, por más que haya minorías que se muevan en tales circunstancias
como peces en el agua. Según la citada encuesta, la mayoría rechaza que los
socialistas gobiernen con Podemos (se temen lo peor) y prefieren que Rivera
apoye al PP, lo que viene a ratificar la solidez de esa mayoría genérica de centro
derecha o centro izquierda (seguro que no harían ascos a acuerdos entre
Ciudadanos-PSOE, si los resultados así lo posibilitaran) frente a experimentos
radicalistas de extrema izquierda o extrema derecha (seguro que no apoyarían
mayoritariamente un acuerdo entre PP y un hipotético partido de extrema
derecha). Si la moderación, la tolerancia y la búsqueda de consensos han sido
los pilares sobre los que se ha construido nuestro sistema democrático en
convivencia, paz y libertad, es obvio que cualquier menoscabo de semejantes
principios causa recelo en la mayoría de la ciudadanía. Cada vez, visto lo
visto, se hace más necesario, como hacen en otros países de nuestro entorno
democrático, bien primar a la lista más votada, bien hacer una segunda vuelta
entre las dos fuerzas más votadas cuando la vencedora no lo sea de forma
sustancial, bien exigir que los ciudadanos sepan durante la campaña a qué
atenerse en caso de pactos posteriores, o bien cualquier otra fórmula que,
obviamente, deje en manos de la ciudadanía la decisión final en vez de que lo
hagan, con todo tipo de argucias, los partidos y sus líderes prostituyendo
incluso sus propias promesas electorales.
De haber tenido
cualesquiera de las fórmulas anteriores, hoy no estaríamos asistiendo a un
espectáculo de intereses partidarios, que no ciudadanos, generando innecesarias
e indeseables incertidumbres. Al no ser así, mientras Pedro Sánchez dice que “Podemos
será responsable de que haya o no gobiernos de izquierdas” (¿es que tiene
similitud el programa del PSOE y el de Podemos?; ¿acaso Iglesias no ha dicho
que Podemos no es ni de izquierdas ni de derecha? ¿acaso no dijo Sánchez que
jamás pactaría con los populismos?...¿?) y defiende que su partido está en
situación de “empate técnico con el PP” y critica a Ciudadanos sus “tics
neoliberales de FAES”… mientras así actúa Sánchez (lo que haga falta menos que
gobierne el PP), Podemos no decidirá sobre pactos hasta recibir ofertas
concretas. ¿No sería ideal que fueran directamente los ciudadanos quienes, con
una segunda vuelta por ejemplo, decidieran sobre ese empate técnico del que
habla Sánchez? Por su parte Rajoy culpa del desplome del PP al “martilleo con
la corrupción” matando así al mensajero, cuando debiera reconocer que lo
nefasto no es el martilleo, sino la corrupción en sí misma.
Entretanto el avance
del populismo frena la inversión extranjera, alertando las grandes empresas del
IBEX35 de la paralización de proyectos clave de capital foráneo, por ejemplo,
en Barcelona y Madrid, mientras los partidos no se aclaran para definir los
destinos de tan importantes ciudades con negociaciones no sólo a dos, sino a
tres, cuatro y hasta cinco bandas. ¿No sería más deseable que fueran los
barceloneses o los madrileños en una segunda vuelta quienes decidieran si su
alcalde es Colau o Trias en Barcelona y Aguirre o Carmena en Madrid en vez de
lo que está sucediendo en estos momentos? En fin, en semejantes circunstancias, Rajoy,
forzado por los suyos, anuncia cambios que, en todo caso, no afectarán a la
política económica, mientras procura taponar los agujeros internos del PP. Y
Sánchez, que por fin doblega a Díaz y se ve como candidato único del PSOE (los
socialistas asumen que no habrá alternativa en las primarias), dirime sus
diferencias con Díaz (“no nos disfracemos de lo que no somos”) en el Comité
Federal, con un Madina crítico del resultado socialista del 24-M (“el cambio lo
han protagonizado otros”), con una Beatriz Talegón (para muchos la joya de la
corona) amenazando con abandonar el PSOE y unirse a un nuevo partido… y con un
partido socialista que descarta gobernar con Colau y Carmena (sabedor que ello
supondría el principio del fin tal como el propio Iglesias ya recordó con el
PASOK).
Y en el exterior cabe
destacar que Italia rescata en un solo día en el Mediterráneo a 4.500 náufragos
(un nuevo récord de una tragedia intolerable); que China impulsa el cambio de
su industria hacia las tecnologías; que en una marcha en Rusia son agredidos
los gais; y que Sarkozy queda consagrado como líder del centroderecha francés
en el congreso de refundación de su partido, primer requisito para su objetivo
de reconquistar el Elíseo.
En cuanto a los
deportes, felicitar a Contador, que salva la “maglia rosa” tras sufrir ante Aru
y Landa, y al Barça por conseguir la Copa del Rey al derrotar al Bilbao en la
final, celebrada en el Camp Nou. Sin embargo, una vez más, una monumental
pitada al rey Felipe VI y al himno nacional (caso insólito en el mundo)
ensombrece el éxito deportivo de forma indecente, pues supone un insulto no ya
a la Jefatura del Estado, sino a toda España, máxime cuando, salvo que creamos
que los 15.000 pitos llegaron a los aficionados por arte de magia, se trata de
un acto de protesta organizado calculadamente, no ya contra un gobierno u otro,
sino contra la ciudadanía española, generando o alentando actitudes violentas y
fobias contra dos equipos de futbol que voluntariamente participan en el torneo
y se sienten orgullosos de conseguir el trofeo deportivo. En fin, una ignominia
que en cualquier país civilizado sería castigada y perseguida de forma severa…
al menos, contra sus promotores que haberlos, haylos.
Jorge Cremades Sena