Por fin,
parece ser, que Tsipras recupera la razón y ofrece a sus acreedores recortar su
sistema de pensiones, reducir las prejubilaciones y retrasar la edad para
jubilarse… es decir, lo que hace el resto de países miembros de la UE, la
mayoría de ellos en mejor situación económica que Grecia. Dichas cesiones de
Tsipras, por más que abran verdaderas grietas en su formación populista,
Syriza, abren la puerta a un acuerdo con los líderes europeos para evitar “in
extremis” la quiebra del país y su suspensión de pagos, que supondría el caos
definitivo para los griegos. Ante la recuperación de la cordura por parte de
Tsipras las Bolsas, incluida la griega, lo celebran con fuertes alzas ante la
perspectiva real de un posible pacto con la UE. Grecia, como no puede ser de
otra forma por más que algunos se empeñen en lo contrario, cede en asunto de
pensiones e impuestos para evitar la catástrofe definitiva, por lo que, contra
todo lo prometido por Syriza en la campaña que le aupó al gobierno populista
griego, el gobierno de Tsipars subirá el IVA y rebajará las pensiones si quiere
cerrar el acuerdo con el Eurogrupo. Poniendo, en todo caso, el principio de que
las deudas, guste o no, hay que pagarlas, sobre todo si necesitas que tus
acreedores te sigan prestando dinero, la entelequia programática de Syriza,
prometiendo un maná inexistente, hace aguas por todas partes ya que empecinarse
en lo inviable suele acarrear más hambre, más ruina y más penurias a los
pueblos que, confiando en las entelequias, apuestan por lo imposible. Cierto
que ahora no será fácil a Tsipras convencer a buena parte de los suyos de que
lo que no puede ser, no es, y además es imposible, que pasaron las horas de las
mágicas propuestas y ahora es la cruda y triste realidad la que se impone.
Cruda realidad como la de la inmigración ilegal en Europa, que obliga a la UE a
un despliegue contra las mafias, destinando, de momento, doce millones de
euros, desplazando al Mediterráneo mil hombres, tres helicópteros, cinco barcos y
tres aviones… que, sin lugar a dudas, serán medidas insuficientes ante la
envergadura del problema. Como en el asunto griego, cuanto más tiempo se pierda,
peor. Y luego, vendrán las lamentaciones.
Ya en España, donde la
natalidad sube un 0´1% tras cinco años de caída, los partidos políticos andan
tirándose los trastos y haciendo proselitismo de cara a las elecciones generales
que se avecinan. Jordi Sevilla, responsable del equipo económico de Pedro
Sánchez, que crea un gobierno en la sombra con once carteras, dice que “el PSOE
no va a dar miedo a las empresas y a los inversores”, sin reparar en que,
posiblemente el miedo sea a la gestión que en su día hizo el PSOE de ZP en
la que él mismo fue uno de los baluartes, al extremo de poner al día a Zapatero
en unas cuantas clases vespertinas de economía… y, al final, pasó lo que pasó. Por
su parte Albert Rivera pide una especie de nuevos pactos de La Moncloa,
exigiendo acuerdos en justicia, educación y en la ley de partidos, tras
decidir, ante su tirón en las urnas el 24-M, presentarse a las generales ya que
“las reformas que necesita España hay que tomarlas desde el Congreso y La
Moncloa”. Y, entretanto, mientras Errejón dice, sobre la política de dispersión
de presos etarras, que “los familiares de presos de ETA pagan una pena
adicional”, olvidándose de la pena adicional que pagan los familiares de sus
víctimas durante toda la vida, su colega y compañero de aventuras, “Kichi”,
alcalde de Cádiz, dice, tras no lograr impedir un desahucio enfrentándose
cuatro de sus concejales a la Policía Nacional, que “ser alcalde significa
también mediar en desahucios”, olvidándose de que una cosa es mediar y otra
distinta enfrentarse al cumplimiento de la legalidad, en tanto que la colega de
ambos, Manuela Carmena, “ficha” como Jefe de su Gabinete al marido de su
sobrina, Luis Cueto, pese a que un reglamento aprobado por Ana Botella prohíbe
expresamente que trabajen familiares del alcalde en el Ayuntamiento,
olvidándose de que si Botella lo hubiera hecho se hubiese armado la marimorena.
Para finalizar,
destacar que, al parecer, Mariano Rajoy ofreció en su momento a María Dolores
de Cospedal ser Ministra de Educación, pero que la Secretaria General del PP
rechazó el cargo, siendo su rechazo la causa de que se frenaran los anunciados
cambios en el Gobierno, que se siguen esperando.
Jorge Cremades Sena
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