En la
víspera del Comité Federal del PSOE, que se celebra hoy y que algunos califican
como la batalla decisiva en la guerra abierta en el partido, anoche compareció
ante los medios, pero sin derecho a preguntarle, el inhabilitado Secretario
General, Pedro Sánchez, anunciando, con voz quebrada, que, si el citado Comité
Federal no le da la razón en el asunto de la abstención ante la investidura de
Rajoy ,dimitiría al no poder administrar una decisión que no comparte, pues
tiene la convicción de que un nuevo gobierno de Rajoy es malo para España. Un
órdago de Sánchez en toda regla que, en el mejor estilo demagógico de Unidos
Podemos, plantea a los socialistas el falso dilema de “Rajoy o Yo”, cuando ni
el Comité está convocado para decidir sobre el asunto de la gobernabilidad de
España y cuando, si así fuera, no supondría que los militantes tengan que
decantarse entre Rajoy o Sánchez, lo que llevaría obviamente a optar por el
líder socialista por desacreditado que estuviera. Un falso dilema, Rajoy o Yo,
que evidencia la capacidad demagógica de Sánchez ante los militantes
socialistas, pues no entiende ni siquiera que, siendo respetable su convicción
de la maldad para España de un nuevo Gobierno popular, son los españoles y no
sus personales convicciones, por legítimas que sean, quienes en democracia
habrán de decidirlo y que, como bien dijo él mismo tras el 26-J al perder estrepitosamente
las elecciones, al PSOE le habían situado en la oposición, por lo que sus
pretensiones posteriores de conformar una alternativa antinatura contradicen
sus propias conclusiones, salvo que ahora tenga también la convicción de que lo
mejor para España es ese insólito gobierno que propone Iglesias (a quien cada
vez imita mejor y se arrima más) con populistas, comunistas, radicales e
independentistas, con quienes el propio Comité Federal le prohibió incluso sentarse
a negociar (y él lo ha hecho) además de ratificar el “no” a la investidura de
Rajoy o un gobierno del PP (que él ha cumplido y esgrime para justificar su
empecinamiento), lo que conduce inevitablemente a terceras elecciones o a que,
antes o después, el Comité Federal modifique sus decisiones sobre la
gobernabilidad de España con los actuales resultados electorales, pero ese no
es el motivo concreto del Comité Federal de hoy, aunque ante los convulsos
sucesos de estos días pueda pasar cualquier cosa, pues tanto los seguidores de
Sánchez como sus opositores acuden al mismo sin haber pactado su agenda, sin
saber cuál puede ser el final y sin conocer incluso quienes tienen derecho o no
a formar parte del mismo tras el cuestionamiento de legitimidad de unos u otros
después de las dimisiones en la Ejecutiva y sus consecuencias que cada bando
interpreta de forma diferente.
La insólita situación
que atraviesa el PSOE, obligando incluso a que Ferraz pida a la Delegación del
Gobierno más seguridad en previsión de supuestos altercados que puedan
producirse entre ambos bandos socialistas (¡qué inmensa pena!), es la mejor
muestra del desgobierno del partido y no por culpa exclusiva de su Secretario
General que, como es sabido, fue catapultado a las alturas justo por ser
alguien desconocido que carecía de poder y prestigio alguno. Un hombre de paja
que les ha salido rana en vez de un líder carismático, lo que, visto lo visto,
debiera ser una lección que todos los socialistas, del bando que sean, debieran
aprender y convertirla en ejemplar para no repetirla nuevamente en el futuro.
En fin, planteado el asunto por Sánchez en los términos de que el Comité de hoy
habrá de decidir entre una Gestora que permita gobernar a Rajoy o un Congreso
exprés con voto de los militantes, al que se presentaría obviamente, no
resuelve el problema ni allana el camino para su solución. Obligar a los
críticos a retratarse ante los militantes en estos falsos términos de estar a
favor de Rajoy o a favor de él, mientras los críticos plantean un Congreso,
tras el nombramiento de una Gestora neutral que rellene el actual vacío de
poder y además lo convoque y prepare, en el que el líder sea elegido no sólo
por militantes sino también por simpatizantes (habría que ver en qué términos y
con qué garantías, pues ya hay quien especula con una masiva participación de
podemitas como simpatizantes eventuales socialistas), ayuda bien poco al
desenlace del conflicto. Sánchez, que quiere evitar el debate estatutario,
apelando a los militantes y pidiendo no hablar de formas, sino de política, no
entiende que las formas son a veces tan importantes como el fondo (la actual imagen
del PSOE que están dando es deplorable), que los estatutos están para
cumplirse sin torticeras interpretaciones (la situación actual de la Ejecutiva
es de inhabilitación tras la dimisión de la mitad más uno de sus miembros) y
que hablar de política supone, entre otras cosas, ver qué se puede hacer para
resolver el problema de gobernabilidad que tiene España, obviamente, pasando precisamente
por respetar sobremanera lo que los españoles han decidido y, que, según
incluso el propio Sánchez (dicho públicamente), decidieron que él con el PSOE
pasase a la oposición parlamentaria lo que conlleva inevitablemente desbloquear
la ingobernabilidad de España, bien absteniéndose (sin que ello suponga que los
militantes socialistas estén a favor de Rajoy y no de él), bien provocando con
el reiterado “no” a que se celebren comicios por tercera vez para que los
españoles puedan dejar más claro todavía lo que prefieren. Ya dejaron bien
claro, aunque Sánchez ahora no lo entienda y se sume al proyecto de Iglesias
(quien en otro sentido lo entiende y le conviene perfectamente), que rechazaban
ese hipotético gobierno, liderado por el líder socialista o el podemita, cuando,
salvo al PP, los españoles restaron votos al resto de partidos, que se
requeriría para materializar semejante experimento gubernamental. El PP, por si acaso, ya promueve reducir la
campaña electoral siempre que se repitan comicios, pues no está nada claro que
tras la convocatoria de las probables terceras elecciones tenga que haber
cuartas y quintas….(con determinados políticos impresentables, y en España los
hay de sobra, todo es posible en la viña del señor).
Y en medio de este bochornoso
y lamentable espectáculo que están dando los socialistas, para inmensa pena de
muchas gentes, entre las que me incluyo, pasan casi desapercibidas
mediáticamente otras noticias. Entre ellas, que el Estado rescatará las
radiales que el juez tacha de “precarias y deficitarias”; que Blesa admite que
dio las tarjetas “black” pero defiende su legalidad y que no eran opacas porque
los auditores tenían “pistas para seguirlas”, mientras el tribunal rechaza
anular pruebas como pedían los acusados; que Correa, jefe de la “trama Gürtel”
dice que colaborará con la Justicia y devuelve 2´2 millones que tenía en Suiza
para reducir pena, mientras su ex mujer pide que se le aplique a ella la
atenuante de reparación del daño; y que, tras el recuento definitivo del
resultado de las elecciones vascas, Bildu le gana un escaño clave al PNV a
quien ya no le basta sólo el apoyo de los socialistas para sacar adelante sus
propuestas.
Y
en el exterior, el mundo dice adiós a Simon Peres, pero aún quedan en el aire
sus anhelos de paz, aunque Benjamin Netanyahu y Mahmud Abbas se saludan dándose
la mano en el funeral que reunió a 24 Jefes de Estado y 10 de Gobierno, por lo
que Obama, situado en lugar de máximo honor al igual que Felipe VI, invitó a
israelíes y palestinos a reanudar el proceso de paz, pidiendo acabar la “tarea
de la paz” ante el primer ministro israelí y el presidente palestino.
Jorge Cremades Sena
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