Prefiero hacer la pregunta en la lengua madre
de la que derivan, entre otras, el catalán y el castellano, vaya a ser que, si
la hago en la primera, se molesten unos y, si la hago en la segunda, se enfaden
los otros. Cada nueva noticia, cada nuevo episodio del dislocado proceso
independentista es un nuevo brindis al Sol que conduce a ninguna parte. Y,
entretanto, Catalunya o Cataluña, ¡qué más da!, cada vez más desorientada. El
Gobierno catalán utiliza todo lo que puede para hacer ver, no sé si así mismo o
al resto del mundo, que su alocado y antidemocrático plan tiene apoyos sobrados
para hacerse realidad. La última utilización, la de una declaración del
embajador estadounidense James Costos en el sentido de que las empresas de EEUU
se adaptarían a una Cataluña independiente, que ha generado un cierto malestar
diplomático, a mi juicio, innecesario e injustificado. Semejante obviedad del
embajador (obviamente las empresas habrían de adaptarse a cualquier
circunstancia, aunque fuera la de la tercera guerra mundial), que ha dicho que
sus palabras en un discurso sobre economía han sido malinterpretadas, ni
merecen que García-Margallo las califique de chocantes, porque los
independentistas las eleven a la categoría de un implícito apoyo al plan soberanista,
que no es el caso, ni que el Gobierno español diga que Obama prometió a Rajoy
apoyarle en Cataluña. Y, mientras tanto, la Asamblea Nacional Catalana, es
decir, los socios de Mas, diseñan el futuro ejército catalán para después de la
independencia, que contaría, según publica algún medio, con un servicio militar
voluntario para desarrollar una “guerra de guerrillas”, una unidad de “operaciones
encubiertas” para liberar a los catalanes secuestrados en el extranjero, barcos
anfibio y corbetas con plataforma para helicópteros y una flota de
embarcaciones civiles. Una especie de Marina con todas las de la ley de la “nación
catalana” para entrar en la OTAN, pues, aunque todos los organismos
internacionales digan lo contrario, ya se sabe que la UE, la OTAN, la ONU y
todo quisqui recibirían con los brazos abiertos a la nueva nación surgida al
margen de la legalidad española e internacional. Como ven, el anterior proyecto
de delegar la Defensa de la Cataluña independiente al ejército francés ha
quedado obsoleto. En fin, sin comentarios.
Igualmente sin comentarios que, al parecer, tanto el PP
como el PSOE dejen para septiembre las medidas de regeneración. Por lo visto la
regeneración y las leyes anticorrupción pueden esperar. No importa que el juez
Ruz impute también al ex tesorero del PP, Lapuerta, por ayudar a Bárcenas, su
sucesor, a apropiarse de 300.000 euros de donaciones de empresarios que
acabaron en las cuentas de Suiza, vaciando así la supuesta caja B del PP. No
obstante Rajoy confirma, con el apoyo de los alcaldes de las principales
ciudades, su propuesta de elegir las alcaldías mediante la lista más votada que
le aseguraría al PP en estos momentos unas cuarenta capitales. Por su parte, de
los programas de Madina y Sánchez en su pugna por la Secretaría General del
PSOE nada nuevo, poco se sabe y lo poco que se conoce es difuso e impreciso.
Valga por ejemplo que la base de sus proyectos está en los “valores de la
República” sin mayor precisión. No sabemos a qué república se refieren, aunque,
suponiendo que sea la Segunda República Española, de ser así, no sabríamos qué
cuestiones pulirían para que, en ese caso, no se volviera a repetir la tragedia
que sufrieron nuestros antepasados, pues, precisamente dicho periodo, no es el
ejemplo a seguir por culpa de las intransigencias de unos y de otros, ya que
los valores de la tolerancia, la libertad democrática, el entendimiento y el
consenso brillaron por su ausencia y, obviamente, acabó como acabó.
En cuanto a otros asuntos se refiere, mientras Rosell
dice que “un millón de amos y amas de casa están en el paro por un subsidio”,
desatando la reacción de los sindicatos y de IU, se conoce el dato de que la
Sanidad pública ha perdido en los dos últimos años 28.400 empleos y que los
afiliados a la Seguridad Social superan los 16´7 millones por primera vez desde
2012. Datos que, al margen de la desafortunada frase de Rosell que, en todo
caso sería una verdad a medias en el mejor de los casos para él, evidencian el
duro golpe que la crisis ha dado al empleo (no sólo al público sino también al
privado) y la incipiente recuperación que se vislumbra ahora, no sólo por el
incremento de afiliados a la Seguridad Social, sino por los datos de empleo de
estos últimos meses que ojalá continúen siendo positivos.
Por otro lado, mientras Estrasburgo dice “no” al burka,
apoyando que Francia lo prohíba en lugares públicos, durante la sesión
inaugural del nuevo Parlamento Europeo determinados eurodiputados mostraban su
eurofobia volviéndose de espaldas a la orquesta sinfónica de Estrasburgo
mientras tocaba la Oda a la Alegría de Beethoven, convertida en himno de la
Unión Europea. Una muestra del ambiente que se espera en la legislatura europea
que ahora comienza. Por cierto, que, al margen de la crítica más que
justificada que se pueda hacer a Podemos, es bueno reconocer que cuando sus propuestas
son viables y mejoran la situación actual, debieran ser tenidas en cuenta. Lo
cortés no quita lo valiente. Su líder Pablo Iglesias ha dicho a bombo y
platillo: “Sabemos que es perfectamente legal tributar en Bélgica pero nosotros
vamos a tributar en España aunque tengamos que tributar más. Es una forma de
dar ejemplo”. Por supuesto Pablo, un ejemplo que, españoles o no, debieran
seguir todos los eurodiputados tributando cada uno de ellos en su país. Nada
que ver con otras propuestas inviables como ponerse un máximo sueldo de unos
2.000 euros, sabiendo que, sí o sí, él y todos los demás, como parte de la “casta”
que tanto repudia, percibirá unos 8.000 euros brutos mensuales más dietas y
comisiones. Por tanto, lo que posteriormente haga cada uno libremente con su
respectivo sueldazo ya es una cuestión privada, sin relevancia pública, salvo
en el ámbito de la caridad, si fuera el caso, como hacen incluso muchos
millonarios con sus fortunas frente a otros que lo dedican a otros menesteres.
Cuestión distinta será si, mediante propuestas concretas en el Parlamento Europeo,
pretenda rebajar dichos sueldos y dietas (cada escaño europeo cuesta a todos los
europeos unos 35.000 euros), así como acabar con todos los privilegios de los
eurodiputados, la elitista “casta” política, según palabras del propio
Iglesias, a la que ahora él mismo pertenece. Que su sueldazo lo dedique a lo
que le venga en gana carece de relevancia política. Y él lo sabe o debiera
saberlo. Ya hay diputados que destinan parte de su sueldo a su partido, a
alguna ONG o vaya usted a saber a qué, lo que, obviamente, no le apea de la “casta”.
Y fuera de nuestras fronteras, algunas noticias de
interés. Mientras el Parlamento británico se irrita ante la firmeza española
con Gibraltar y Hong Kong se echa a la calle por la democracia, Erdogan aspira
de nuevo a la presidencia en Turquía para perpetuarse en el poder, en tanto que
Israel se conmociona en el entierro de los tres jóvenes asesinados por Hamas.
Pero la noticia más compartida y destacada en los medios es la apurada
situación por la que atraviesa Sarkozy. El ex presidente francés, tras ser
detenido por abuso de poder (tráfico de influencias), ha pasado a disposición
del juez tras declarar durante quince horas en comisaría ante la Policía
Judicial, frustrando tan insólita situación (es la primera vez que un ex
presidente francés es retenido en comisaría) su regreso a la política.
En cuanto a los deportes se refiere, Nadal se despide de
Wimbledon al ser eliminado por el joven australiano Kyrgios, mientras que en el
Mundial de Futbol en Brasil Messi y Di María salvan a Argentina en la prórroga,
1-0 frente a Suiza, con gol de Di María a pase de Messi en el minuto 117, en
tanto que Bélgica hace lo propio, derrotando en la prórroga a EEUU por 2-1. La
tónica casi general en estos octavos de final ha sido alargar los partidos a
120 minutos, ahora a esperar qué pasará en cuartos.
Jorge Cremades Sena
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