Casi va siendo habitual que, repasando las
noticias, lleguemos a dudar de si realmente sabemos dónde queremos ir o qué
queremos hacer. Hoy es uno de esos días en que se hace necesario reflexionar
sobre la pregunta que da título al post, pues da la sensación de que, a tenor
de lo publicado, ni Sánchez con el asunto de la elección del Presidente de la
Comisión Europea, ni IU con respecto a Podemos, ni la Complutense en la
libertad religiosa, ni el TS en los chivatazos policiales, ni Artur Mas y Rajoy
en el asunto soberanista…. y así sucesivamente, ninguno de ellos sabe lo que
quiere y, algunos incluso, ni siquiera dónde están, salvo unos cuantos, como
ciertos hijos de Pujol o el famoso Jenaro, que, al menos tienen claro cómo
llevárselo calentito, aunque ahora tengan que afrontar las consecuencias, que,
tal como se resuelven aquí dichos asuntos, hasta puede que, en el peor de los
casos para ellos, salgan finalmente ganando. Así está el panorama.
El manifiesto malestar entre eurodiputados socialistas
por la orden de Sánchez de que no apoyaran a Juncker como Presidente de la
Comisión Europea, en contra de lo pactado previamente entre conservadores, liberales
y socialistas, pone en riesgo la credibilidad del grupo socialista español en el
Parlamento Europeo, sobre todo, porque el cumplimiento de los acuerdos y
compromisos políticos son fundamentales y, en Europa, todavía más. La irresponsable
imagen por el incumplimiento del pacto por parte de un PSOE, coincidente en el
asunto con IU y Podemos, así como con el resto de grupos euroescépticos e
incluso eurófobos de extrema derecha, populistas y radicales de izquierdas
(quienes, al menos, ningún compromiso tienen ni siquiera entre ellos, salvo su
coincidencia euroescéptica o eurófoba), contrasta con la seria y responsable
imagen del resto de socialistas europeos, salvo los laboristas ingleses que van
a lo suyo, cumpliendo el pacto previo de votar al candidato más votado, que,
guste o no guste, fue Juncker, quien, finalmente elegido sin el apoyo de los
socialistas españoles, abre su presidencia con un plan de estímulo económico,
mientras algunos eurodiputados socialistas, como Jáuregui, critican lógicamente
la incomprensible orden de su nuevo líder, desautorizando a Rubalcaba, que
todavía sigue siendo el Secretario General y sigue trabajando en su despacho de
Ferraz hasta que el próximo Congreso proclame oficialmente al electo Sánchez
como su sucesor. Mal inicio de Sánchez en su primera decisión, esperemos que en
las siguientes, que no serán fáciles, esté más acertado y mejor asesorado (Ver “Pedro
Sánchez, la esperanza” en Blog Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/,);
no sólo será bueno para el PSOE y los socialistas, sino también para el resto
de demócratas españoles.
Pero si el PSOE sigue con semejante desorientación,
enfrascado en una necesaria renovación que ojalá sea acertada, nada tiene que
envidiarle en desatinos IU que, desde la aparición de Podemos como rival
electoral, anda más desorientado aún. Si hace unos días Garzón, el nuevo líder,
no descartaba incluso cambiar las siglas de IU, considerando que Podemos no era
su rival, ahora, según se publica, IU desafía a Podemos por la hegemonía de la
izquierda en España. El “efecto Podemos” y la obligada renovación está llevando
a IU a una verdadera revolución interna, con el objetivo de reafirmarse como la
“única fuerza organizada” en la izquierda para “converger” con otras fuerzas
políticas, incluida Podemos, y con los movimientos ciudadanos. Su estrategia de
apoyar todas las reivindicaciones, todas las movidas callejeras, todas las
movilizaciones, que incluso en alguna ocasión bajo el falso velo de ser movimientos
apolíticos meramente reivindicativos, incluso abuchearon y se opusieron a la
participación callejera del propio Cayo Lara, se vuelve ahora como el principal
obstáculo para que IU lidere un proyecto de izquierdas en España viable y
creíble. Constituido Podemos como partido político de clara índole antisistema,
o IU se somete a dicho planteamiento, como dice Garzón, dejando a un PSOE
renovado la opción de un proyecto creíble y viable, o se tira definitivamente
al monte para rivalizar con Podemos en el terreno del radicalismo extremo. Y,
en este caso, IU tiene todas las de perder. En el terreno de la locura utópica
siempre es mejor el original que la copia. E IU, en todo caso, es la copia.
Bastante tiene IU con explicar ahora por qué Bankia califica de incobrables los
2´3 millones de euros que recibió en concepto de préstamos, como aval de su
deriva antisistema.
Tampoco sabemos bien lo que queremos, cuando alguna
Universidad, como la Complutense adquiere fama no por su escalada en el ranking
de mejores universidades del mundo, sino como cantera de políticos radicales,
como refugio de manifestantes violentos, como almacén de cadáveres para la
ciencia o como obstaculizador de libertades, entre ellas, la libertad religiosa.
El planteamiento del rector de cobrar alquiler a la Iglesia por las capillas
allí instaladas para que, quienes así lo consideren, puedan asistir a los ritos
católicos, mayoritarios en España tal como destaca la propia Constitución, es
el último episodio.
Y mientras el Constitucional avala la reforma laboral del
Gobierno, incluido el despido gratuito en el primer año de contrato,
desautorizando a quienes se oponen a la misma con semejante argumento en vez de
otros más convincentes para la ciudadanía, el Supremo ratifica que hubo
chivatazos policiales a ETA pero no condena a los protagonistas por ayudar a
ETA. Pamies y Ballesteros serán expulsados de la Policía por revelar
información a la banda, pero no irán a la cárcel. Realmente sabemos a dónde
vamos. Yo creo que no.
Y, como colmo de los colmos, resulta que Mas ahora ofrece
a Rajoy cambiar la pregunta y la fecha del referéndum ilegal sobre esa posible
Cataluña independiente que sus propios asesores consideran inviable fuera del
euro. Entretanto un grupo de intelectuales levanta la voz contra el desafío
independentista. La oferta de Mas dependerá pues de si Rajoy acepta la
consulta. Rajoy mantiene que no puede aceptar lo que de él no depende, mientras
su gobierno negocia con la Generalitat el día del anunciado encuentro. ¿Sabe
Mas lo que quiere realmente? ¿Lo sabe Rajoy? Yo creo que sobre este problema ni
lo saben, ni saben dónde están, ni cómo lo pueden desbloquear, cuando se
trataría simplemente de que cada cual asumiera su propia responsabilidad en el
ejercicio de las competencias que tienen asignadas.
Aquí quien sabía lo que quería realmente es Jordi Pujol
Ferrusola (y su hermano Oriol, por supuesto), que ganó en un solo año nada
menos que dos millones de euros con un vertedero de basuras en Tarragona cuya
licencia empezó a tramitarse cuando su padre presidía la Generalitat. El juez
Ruz pide información a 17 empresas más que hicieron negocios con el hijo del
President, mientras, como ya sabemos, un informe del TSJC ha forzado la
decisión de dimitir de Oriol Pujol, otro de sus hijos. También sabía lo que
quería Jenaro, el de Gowex, aunque ahora tras el registro de las oficinas de la
empresa hayan imputado a su mujer y a otras ocho personas. Seguro que todos
estos personajes saben bien que tal como pinta la Justicia en estos asuntos sus
negocietes, a pesar de todo, le habrán sido sustancialmente rentables.
No
extraña que el presidente chino defienda ante los BRICS otro orden mundial ante
el caduco orden actual diseñado tras la segunda guerra mundial. El problema es
que ese nuevo orden mundial no tiene visos de ser posible de forma pacífica y
consensuada. Nunca lo fue a lo largo de la Historia. Menos mal que la NASA cree
que dentro de veinte años encontrará vida extraterrestre, pues tal como lo tenemos
montado en la Tierra, puede que la solución para el hombre sea encontrar
cualquier otro planeta virgen para comenzar a destrozarlo. Hasta entonces
¿sabemos lo que queremos?
Jorge Cremades Sena
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