Casi trescientas personas, 298 para ser
exactos, que viajaban tranquilamente en un vuelo normal, como los centenares y
miles que diariamente circulan entre los distintos itinerarios aéreos del
Planeta Tierra, en este caso el de Amsterdan-Kuala Lumpur, han sido asesinadas,
cobarde y cruelmente, por un misil tierra-aire en el este de Ucrania. Un simple
vuelo comercial, un pasaje que nada tiene que ver, ni para bien ni para mal,
con el lamentable conflicto interno y casi internacional que vive el citado
país. Todos muertos. A miles de metros de la Tierra el derribo de un avión
suele tener tan trágico resultado. Cruel e inhumano, se mire como se mire. No
es un accidente imprevisto, es un sabotaje en toda regla, un “acto terrorista”
sin sentido alguno. Una crueldad inimaginable, pero real en esta Humanidad tan
deshumanizada. Prorrusos y ucranios se culpan mutuamente de dicha barbarie.
Nadie la asume. Nadie ha sido el autor. EEUU pide explicaciones a Putin, que,
por cierto, acaba de recuperar para Rusia una vieja base de espionaje en suelo
cubano. No es un error. La tecnología permite distinguir perfectamente si se
trata de un avión comercial o de guerra. Alguien ha ordenado adrede, sabiendo
las consecuencias, que se disparara sobre tan inocente objetivo. Un trágico
balance más provocado por la enferma decisión de un loco más al que,
supuestamente los cuerdos, le confiaron la responsabilidad sobre tan mortífera
arma.
Entretanto Israel, tras ordenar la evacuación de sus
viviendas de más de 150.000 palestinos de la Franja de Gaza, ordena a su
Ejército una ofensiva terrestre con el objetivo, según Netanyahu, de destruir
los túneles de Hamás, que, según se ha publicado, se infiltra ente la población
civil e impide su evacuación, mientras que niños inocentes palestinos son
abatidos en la playa. Niños que, al igual que los tres adolescentes israelíes asesinados
con los que se inició este enésimo conflicto, son víctimas inocentes de la
violencia bélica de unos u otros. Y nadie hace nada por evitarlo. Ni en Israel,
ni en Ucrania, ni en Siria, ni en Irak… ni en tantos y tantos otros lugares en
los que, al parecer, la forma de resolver los conflictos y las discrepancias es
el uso indiscriminado de la violencia con el apoyo de unos u otros en nombre de
vaya usted a saber qué razones de la sinrazón.
Por si lo anterior no fuera suficiente, mientras se
desata una escalada diplomática entre Madrid y Londres por Gibraltar (problema
eterno que ni entre países socios y miembros de la UE son capaces de solucionar
de forma definitiva), se te ponen los pelos de punta tras la noticia de que en Méjico han sido liberados 458
menores de edad que estaban esclavizados en una de las instituciones de
acogimiento, en este caso en la Casa de Mamá Rosa, en que eran forzados a
mendigar y donde sufrían todo tipo de abusos. Pero, en fin, todo este tipo de
cuestiones, al parecer, quedan en segundo plano para el llamado mundo
desarrollado en el que las prioridades son otras. Así, en la propia UE,
mientras el Parlamento vetará un Ejecutivo con pocas comisarías (cuantas más
mejor a la hora del reparto) y sólo una mujer es candidata firme para la nueva
Comisión, los líderes europeos aplazan al 30 de agosto el reparto de altos
cargos, en tanto que, al parecer, Bruselas da luz verde a que Guindos presida
el Eurogrupo.
Y, ya en España, la corrupción que no cesa. Mientras la
jueza Alaya amplía la investigación del fraude de los ERE andaluces a la etapa
de Susana Díaz, según el sumario de las “facturas falsas” (los sumarios se
superponen y se atascan en los juzgados) la UGT andaluza “creó una estructura
empresarial ex profeso” para hacerse con el dinero público. Una especie de “canon
revolucionario” imponía que todas las federaciones andaluzas percibieran fondos
públicos irregulares, ya que los proveedores debían entregar al sindicato UGT-A
un porcentaje que oscilaba entre el 3% y el 20% de todo lo realmente servido,
exigía comisiones a los constructores y promotores inmobiliarios que trabajaban
para él, se hacían facturas ficticias por el alquiler de material para
justificar las subvenciones del “plan Orienta” y, según Alaya, el sindicato “ocultó
pruebas” tras la publicación del escándalo. Y nadie sabe nada. El rumor
generalizado es eso, rumor. Y cuando la investigación descubre que hay algo más
que rumor, las manos en la cabeza. Nadie sabía nada.
Tampoco
sabía nadie nada cuando Bankia prestó 2.500 millones a Camps pese a dudar de su
gestión, ya que informes internos de la entidad calificaban la situación de la
Comunidad Valenciana como la “más deteriorada” de las autonomías, lo que no
impedía que se siguieran dando créditos millonarios. Al fin y al cabo, como a
nadie se exige las responsabilidades pertinentes, qué más da. Ahora, mientras
Rajoy acepta negociar sobre la financiación de Cataluña, otras comunidades,
incluso gobernadas por el PP le exigen lo propio. No sabemos si para respetar
lo acordado o no ya que, por ejemplo, comunidades que firmaron con Sanidad el plan
de pobreza, ahora lo rechazan, como es el caso de Andalucía que, según las
actas de las reuniones de junio, felicitó incluso a la ministra. Así no se
puede ir a ninguna parte.
Tampoco
se va a ninguna parte si el PSOE sigue erre que erre (no sólo ERE que ERE)
enfangado en sus contradicciones. Mientras el PSC de Iceta vota con los
independentistas, dando oxígeno a la Ley de Consultas de Mas y los dirigentes
del PSOE dejan que Sánchez decida sobre las primarias y quieren que sea
candidato a la Presidencia del Gobierno, instándole a que se presente a las primarias
para ser el cabeza de lista en las generales, Madina, que rechaza la invitación
de entrar en la Ejecutiva de Sánchez y dejará su cargo en el Grupo Socialista,
le reclama que “cumpla sus compromisos y haga primarias abiertas”. Silencio, o
cambio de chaqueta, en quienes apoyaron a Madina, mientras Sánchez se limita a
recordar al PSC que el PSOE no apoya la consulta. Iceta confía en que le
convencerá de lo contrario. Y el tiempo va pasando. ¿Decidirá Sánchez crear en
Cataluña una verdadera Federación del PSOE como las existentes en el resto de
CCAA? Parece ser que no lo hará. Con el PSC se puede seguir jugando a todos los
palos. Entretanto empresarios catalanes partidarios de una especie de “tercera
vía”, que cobra fuerza en vísperas de la reunión Rajoy-Mas, le envían al
Presidente del Gobierno un plan de negociación, cuando éste, por enésima vez,
repite que está dispuesto a hablar de todo menos de la consulta; sencillamente
porque es ilegal.
Para terminar, mientras se anuncia una huelga, para
algunos salvaje y oportunista, en Renfe y Adif en plena “operación salida” del
31 de julio y Wert anuncia que primará la experiencia laboral para ser profesor
universitario, Podemos llama a alcanzar el poder (no sabemos cómo) antes de que
el PSOE se recupere con el nuevo liderazgo de Sánchez y de que se recupere la
economía al extremo de que el Gobierno pueda hacerlo visible como un éxito ante
la ciudadanía. Seguramente el hecho de que, gracias a las reformas y a la
vuelta al crecimiento económico, se esté recuperando la imagen de España en el
exterior, consolidando la confianza mundial en nuestro país, no es buena
noticia para Podemos y su estrategia de que cuanto peor mejor para justificar
el acoso y derribo al sistema. En todo caso, que una jueza tenga que investigar
a tres tuiteros por amenazar de muerte a Pablo Iglesias merece todo el respaldo
ciudadano para que dicha jueza haga justicia ante semejantes energúmenos. Por
tanto, todo mi respaldo a Pablo en este trance, aunque esté yo en las antípodas
de su proyecto y me oponga al objetivo de Podemos de alcanzar el poder que,
siempre que sea dentro de la legalidad del sistema, merecería todo mi respeto y
acatamiento.
Jorge Cremades Sena
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