La expectación mediática por el anunciado
encuentro entre Rajoy y Mas, desde mi punto de vista, obedece al morbo que
tanto apasiona a los españoles. Sólo desde esa tendencia obsesiva hacia lo
desagradable, lo cruel o lo prohibido se puede entender tanto interés por una
posible futura reunión que, a tenor de las posturas de sus interlocutores, sólo
es positiva para exacerbar las tendencias políticas masoquistas de unos u otros
sin aportar nada, absolutamente nada, a la resolución del grave problema
democrático que, desde hace tiempo provoca el independentismo institucionalizado.
Al final, uno de los interlocutores, Rajoy en este caso, lo resume
acertadamente: “No voy a hacer algo que ni puedo ni debo”. Al fin y al cabo,
como dice el Presidente, “lo que sea España no lo decidimos en una conversación”
pues “sólo lo pueden decidir todos los españoles”. Por su parte el President,
avalista activo del independentismo ilegal desde su cargo institucional como el
más alto representante del Estado Español en Cataluña, caso insólito en
cualquier país democrático y civilizado del mundo, mantiene que no va a “tirar
la toalla”. Inmediatamente uno se pregunta ¿para qué pues la reunión?. Si Rajoy
ni puede ni debe saltarse la ley a la torera y su interlocutor, aunque no pueda
ni deba hacerlo, está dispuesto, como viene haciendo, a pasarse la ley por el
arco del triunfo, lo más sensato sería anular el espectáculo morboso que se
está preparando. El problema es pues que, desde hace mucho tiempo, ni Rajoy, ni
sus antecesores, han hecho lo que podían y debían hacer que era, sencillamente,
además de cumplir la ley, hacérsela cumplir “ipso facto” a quien no sólo, como
él, está obligado a ello, máxime en múltiples casos en los que la propia
Justicia así lo ha ratificado en la solución de cualquier discrepancia
interpretativa.
Por todo lo anterior, no extraña que representantes del
círculo duro de CiU digan que Artur Mas está “acorralado pero no acabado”, en
cualquier otro lugar simplemente ya habría tenido que dejar de ser President o
someterse sin reparos al cumplimiento de la ley. Aquí, como ven, siempre hay
más vidilla y, por ello, pasa lo que pasa. En todo caso, el camino sin retorno
de Mas, preocupa a CiU que sabe que la consulta está en el aire y ya suenan
nombres como el de Homs, Vila y Gordó para sucederle, teniendo en cuenta que el
heredero al trono catalán, el de la familia Pujol, anda envuelto, como otros de
sus hermanos, en los turbios asuntos de la corrupción que con frecuencia nos
ilustran los medios e investigan los tribunales. La última noticia que un hijo
de Pujol, el ex Molt Honorable, sólo en cinco días desembolsó 15´3 millones;
fue en 2012. “Casi ná”, que diría cualquiera de los miles y miles de andaluces
que, en su día, emigraron a Cataluña para trabajar, para que desde allí,
algunos personajes, les tachen de gandules poco más o menos.
Y entretanto, el PSOE y el PSC, se dedican hoy a renovar
sus respectivos liderazgos. En el PSOE tres candidatos, Madina, Sánchez y Pérez
Tapias. En el PSC, sólo uno, Iceta. En ambos casos un reto muy difícil, casi
imposible, por lo que de entrada hay que reconocerles a todos ellos su valentía
por pretender asumir tamaña responsabilidad. Han sido tantos los errores y los
bandazos en los últimos tiempos que es difícil restablecer de nuevo la
confianza perdida. Hasta parece ser, según se publica, que el propio Don Juan
Carlos, antes de su abdicación, pidió a Susana Díaz que liderara el PSOE ante
su manifiesta y decidida defensa de la unidad de España y de la Monarquía. Ella
decidió quedarse en Andalucía, donde no le falta trabajo por hacer dentro y
fuera del partido. Esperemos que el temor a una baja participación electoral de
los militantes que tienen algunos dirigentes socialistas se desvanezca a lo
largo del día y sea un éxito el proceso, pues lo contrario ya les dejaría en
evidencia y disminuiría la credibilidad de quien saliera elegido.
Menos
problemas tendrán los cargos de Podemos, quienes tendrán que “obedecer”, sí o
sí, a las asambleas ciudadanas, aunque ello suponga que habrá que pasarse la
vida votando. Y mientras dice Montoro que “es inviable que el Estado aporte más
recursos a las autonomías”, Bankía pierde dinero con la mansión de Blesa en
Miami ya que Caja Madrid la compró por 8´1 millones de euros y ahora ha sido
revendida por 5´7 millones más gastos. Como ven un negocio redondo. Claro, para
los de siempre.
En asuntos internacionales lo más destacado es el cariz
que sigue tomando el conflicto palestino-israelí con más de 150 muertos ya.
Israel, cada vez más cerca de una intervención militar terrestre en Gaza, pide
la evacuación del norte de la zona antes de que se produzca la misma.
Y mientras la selección de futbol brasileña sufre otros
descalabro, 3-0, en este caso ante Holanda, que consigue el tercer puesto en el
Mundial, Messi, que casi ha pasado desapercibido hasta ahora, desafía el poder
de Alemania en la final de hoy. Como siempre, que gane el mejor.
Jorge Cremades Sena
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