Ya sabemos
la suerte que corrió la familia de Aylan, el niño sirio cuyo cadáver apareció
en una playa turca: salvo su padre, todos fallecieron. No sin razón y
desesperado el padre de Aylan, tras conocer la negra suerte de su esposa y sus
hijos (se ha quedado solo en este mundo al ser el único superviviente de toda
la familia), dice con la mayor de las amarguras: “que la muerte de mis hijos
sirva para que no vuelva a ocurrir” y lamenta desesperadamente “mis hijos se
soltaron de mi mano, no pude salvarlos”. Hoy, de una u otra forma, todas las personas
decentes debiéramos sentirnos padres de Aylan y lamentarnos como su padre
verdadero de que el niño se soltara de nuestras manos y no pudiéramos hacer
nada para salvarlo. La muerte de Aylan, como la de otros tantos de cientos y
miles de niños y adultos que huyen de la miseria, del hambre y de la violencia,
debiéramos cargarla en el debe de nuestras conciencias y exigir (no sólo
esperar, como hace su padre) que sea el último episodio de esta indecente
tragedia, inaceptable ya no sólo desde el punto de vista político sino
sencillamente desde el punto de vista humano. Entretanto el éxodo continúa y
miles de inmigrantes intentaron ayer mismo alcanzar Europa, sin importarles
correr la misma suerte que Aylan, mientras la comunidad internacional ofrece
solidaridad pero sin medidas concluyentes (en definitiva, nada efectivo o, como
mucho, muy insuficiente). España, por ejemplo, se moviliza a favor de los
refugiados al margen del Gobierno que rectifica y dice que está “dispuesto a
recibir a quienes corresponda”, justo cuando Madrid destina diez millones a un
extenso plan de acogida y apoya a grupos de migrantes, o cuando Valencia pide a
los bancos que cedan sus pisos vacíos a quienes soliciten asilo. Nada que
reprochar a estas propuestas, por supuesto, pero dejando bien claro que la
solución del problema de la inmigración en Europa no se puede resolver de forma
aislada por ninguno de los países, ni siquiera por toda la UE, ya que la
tragedia es de tal envergadura que sólo desde ámbitos superiores puede
afrontarse con ciertas garantías de éxito; es un asunto tan complejo que
requiere un variado conjunto de medidas en todos los ámbitos, comenzando por la
solución en los países de origen de donde proceden los emigrantes y acabando
nada más y nada menos que con un planteamiento serio del reparto de la riqueza
a niveles internacionales pues es imposible un futuro de la Humanidad en el que
un tercio de ella se muere de hambre, otro tercio se muere de colesterol y el tercio
restante lucha por parecerse lo más posible a este segundo grupo.
En cuanto al asunto de
la corrupción de CDC y el embrollo sobre el asunto independentista, a medida
que avanza la investigación Mas y compañía están cada vez más cercados, pues,
al final, la verdad sólo tiene un camino. Ahora resulta que una segunda
fundación pagó a CDC de forma injustificada, la constructora Teyco pagó a Forum
Barcelona, mientras que Montse Casall, la concejala de ERC que destapó el “caso
de Torredembarra” afirma que “ni Mas ni Junqueras pueden decir que no sabían
nada”, denunciando además que su partido, es decir ERC, la dejó sola y que la
actuación de la Guardia Civil en la investigación de las donaciones es
impecable. Además los correos de Osácar, el Tesorero de Artur Mas, no dejan
lugar a dudas, pues Sumarroca le dice en uno de ellos “el Tribunal de Cuentas
me investiga… ¿qué hago?”. Eso digo yo… ¿qué hacemos con este tipo de personajes
tan abundantes en nuestro país? En fin, de momento, mientras nuevas pruebas
cercan a Convergencia y el Tribunal puede volver a analizar los donativos de la
fundación; mientras se siguen buscando pruebas para esclarecer los hechos,
Rivera (quien, por cierto, tampoco descarta apoyar a la segunda lista más votada
en las generales y no a la más votada, como ha sido tradición durante todo el
periodo democrático), como líder de Ciudadanos, tiene bien claro que a Artur
Mas “le han pillado” en el feo asunto de las comisiones.
En cuanto a otros
temas cabe destacar que Rajoy anuncia como fecha probable de las generales el
20 de diciembre, coincidiendo con la Navidad, con la paga extra de los
funcionarios y con el mayor pico de consumo de todo el año; que Page frena el
plan de cementerio nuclear para lo que anulará el plan urbanístico de Villar de
Cañas, lugar elegido para ubicarlo; y que el Círculo de Empresarios pide que
los funcionarios cobren por objetivos. Asuntos todos ellos susceptibles de
polémicas políticas más o menos interesadas. Y, si no, al tiempo.
Jorge Cremades Sena
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