Con motivo
de los carnavales, dos titiriteros, contratados por el Ayuntamiento de Madrid,
que nos vuelve a sorprender con otro de sus chabacanos despropósitos, son
detenidos tras protagonizar un espectáculo infantil intolerable, con escenas
violentas, violaciones, vivas a ETA, ahorcamientos de jueces y monjas… tal como
publican los medios. Una vez más Carmena, la alcaldesa que con el apoyo del
socialista Carmona y compañía iba a resolver los problemas de los madrileños, y
su equipo de gobierno municipal podemita, cambia la eficiencia gubernamental
por un espectáculo bochornoso e inadmisible, que requeriría la asunción de responsabilidades
políticas además de las responsabilidades penales que correspondan a los
citados titiriteros, encarcelados por enaltecer el terrorismo y ensalzar a ETA,
amén de las enseñanzas violentas que pudieran derivarse en niños, a quienes iba
destinado el espectáculo, cuando desde las instituciones debieran ser objeto de
todo lo contrario y protegidos de ese tipo de representaciones grotescas,
incluso poco apropiadas para los mayores. Sin embargo, al igual que su colega
“Kichi” en Cádiz, que emplea el Carnaval como una fenomenal máquina de
propaganda política personal mientras incumple la gran mayoría de sus promesas
electorales, Carmena, en vez de ser objeto de un rechazo político unánime,
encuentra el apoyo de su colega Ada Colau, otra que tal baila, que defiende la
“libertad de expresión” de los detenidos y pide su liberación inmediata,
mientras que la alcaldesa de Madrid, que a diferencia de la de Barcelona poco
manda en su ayuntamiento, probablemente avergonzada, simplemente calla. Es la
guinda al otro carnaval político que vienen protagonizando los líderes de los
partidos con motivo de las reuniones de cara a intentar conformar un Gobierno
dirigido por Pedro Sánchez. En efecto, Iglesias suspende el diálogo con el PSOE
en la primera reunión, negándose a negociar mientras los socialistas no rompan
con Ciudadanos, en tanto que Sánchez rechaza de momento el ultimátum y comienza
a negociar con Rivera, y, por su parte, el PNV condiciona su apoyo al líder
socialista a que su programa “no colisione con la agenda vasca” y el PP trata
de boicotear los contactos presionando para precipitar la investidura que, de
momento, no es posible matemáticamente a pesar de que el socialista diga que
hay “mimbres” suficientes para hacer la cesta, que, en caso de que llevara
razón aunque nadie lo vea de momento, derramaría agua por todas partes.
Un carnaval político
en torno a algo tan serio como garantizar lo antes posible la urgente
gobernabilidad de España que nuestros políticos, aprovechando los carnavales,
se toman a chirigota y marean la perdiz de forma irresponsable. De un lado PP,
vetado por Sánchez, y Podemos con su ultimátum de que elija entre Podemos o
Ciudadanos, apuntan a nuevas elecciones y dejan aislado al líder socialista; de
otro lado éste se sienta a negociar con PNV, IU y Compromís, mientras Rivera
hace un gesto de acercamiento a los socialistas eliminando su exigencia de
implantar el contrato laboral único, desconociéndose si los demás estarán
dispuesto a eliminar también sus exigencias en política territorial y modelo de
Estado; y entretanto, mientras Rajoy acusa a Sánchez de flirtear con el
independentismo y poner en riesgo el pacto constitucional, Pablo Iglesias, que
le exige “a ser posible mañana” que se decante entre él o Rivera, pone en
evidencia con dicha disyuntiva la falta de apoyos del líder socialista. Y con
estas esquizofrénicas conversaciones, unos y otros, intentan culpar al
contrario del más que previsible fracaso negociador por su estrategia de vetos,
cuando todos ellos la han practicado desde el día siguiente a las elecciones,
aunque, ciertamente, unos lo hayan hecho más que otros y por razones más
consistentes al tratarse de cuestiones de Estado, las primeras que hay que
tener presente, frente a otras razones de tipo ideológico-programático que,
siendo legítimas, debieran supeditarse a las anteriores.
Y en medio de este
irresponsable carnaval político, cuando lo responsable sería conformar un
bloque constitucionalista frente a aventuras demagógicas, precisamente para
afrontar con garantías las reformas esenciales que España necesita, entre ellas
la reforma constitucional, la parálisis política pasa factura inevitablemente,
al extremo de que expertos, empresarios, banqueros y la propia UE alertan de
más paro, descenso del PIB, fuga de inversores y una prima de riesgo inestable
en 2016 si persiste la incertidumbre, es decir, justo lo contrario de lo que le
conviene a España y al conjunto de los españoles. Más aun cuando dicho bloque
constitucionalista, elección mayoritaria de los ciudadanos, es posible
simplemente con un acuerdo PP-PSOE-Ciudadanos, que suman 253 diputados,
respetando obviamente el peso político que a cada uno de ellos le ha dado los
españoles. Un pacto constitucionalista, por razones de Estado, entre los tres
partidos (si puede ser con Rajoy y Sánchez, bien; y, si no, sin ellos) ya que
cualquier otra fórmula, en caso de tener éxito, sólo conseguiría un gobierno
débil e inestable, incapaz de garantizar los grandes retos de futuro que España
tiene planteados.
Por cierto, según una
encuesta de Metroscopia, la mayoría de españoles prefiere un gobierno
PSOE-Ciudadanos, lo que algunos interpretan como castigo a la pasividad de
Rajoy y premio al intento de Sánchez, que, a diferencia de la encuesta del CIS,
abre una distancia de tres puntos sobre Podemos, mientras que, según otra
encuesta de NCReport, sólo el 1% de los votantes del PSOE apoya pactar con
Podemos e independentistas, rechazando así los simpatizantes socialistas la
única opción aritmética que aseguraría una investidura de Sánchez, pues un
36´9% prefiere una alianza con Ciudadanos y un 29% otra en la que sólo esté
Podemos e IU. Asimismo, según la encuesta, hay una división sobre el futuro del
líder socialista ya que, aunque la mayoría cree que debe seguir aunque fracase,
un 40% opina que debería irse, mientras, según algunos, la presidenta andaluza
diseña en el Palacio de San Telmo su plan para relevarle como secretario general
si fracasa e intentará evitar las primarias siendo ella la única aspirante en
liza. Y en el PP, donde las aguas también bajan turbulentas, Núñez Feijóo,
Presidente de Galicia, manifiesta que “intentar explicar que en el PP nadie
detectó los casos de corrupción es misión imposible”, que “es el Presidente
Rajoy quien tiene que tomar la iniciativa sobre si repite como candidato, soy
leal” y que, en todo caso, “me doy un mes y medio para decidir qué hago” (es
uno de los que suena como sucesor de Rajoy en los mentideros), en tanto que el
PP valenciano pide un Congreso extraordinario para refundarse, advirtiendo
Alberto Fabra, ex presidente de la Comunidad Valenciana, que “cambiar de siglas
no hará olvidar la actitud corrupta”.
En cuanto a otros
asuntos se refiere, cabe destacar que la ANC presiona a los funcionarios
catalanes para que cumplan las órdenes soberanistas; que el euríbor de las hipotecas
se sitúa por primera vez en terreno negativo, lo que provocará nuevas rebajas
en las cuotas mensuales; y que los políticos roban plano en la Gala de los
Goya, al asistir a la misma Sánchez, Iglesias y Rivera, mientras Dani Rovira
acusa a los partidos de olvidar la cultura… por cierto, mientras Sánchez se
presenta sin corbata, Rivera e Iglesias lo hacen en esmoquin, demostrando así
el podemita su perfecta sintonía con la “casta” hasta en la forma de vestir
cuando llega la ocasión, aunque, paradójicamente, se presentara ante el Rey
vestido informalmente.
Y en asuntos del
exterior citar que la industria del petróleo se adapta a vivir a menos de 50
dólares barril, aunque el desplome del precio hunde las cuentas de las grandes
compañías; que la ONU reclama a los países con casos de zika que permitan el
aborto; que el Papa y el Patriarca ruso tendrán un encuentro histórico en Cuba;
y que, mientras el avance del régimen provoca otro éxodo masivo en Siria, la UE
reclama a Turquía que abra la frontera a miles de refugiados sirios.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias