Tengo la
sensación de que la UE queda de alguna forma tocada de cara al futuro en lo que
respecta, entre otros asuntos, a un avance en la profundización de la unidad
social, política y económica. Mal asunto que uno de los estados miembros
importantes, el Reino Unido, que ni siquiera pertenece a la eurozona y ya goza
de determinados privilegios, eche un pulso a la Unión con determinadas exigencias,
manifestando su gobierno, en este caso conservador, de Cameron que, en caso de
no serle concedidas apoyaría como tal la salida de Reino Unido de la UE en el
referéndum previsto sobre el destino futuro del país al respecto, lo que, obviamente,
inclinaría claramente la balanza a favor de la salida. Y ante semejante reto o
chantaje, llámenlo como gusten, la UE alcanza un acuerdo para evitar la salida
de Reino Unido, logrando su primer ministro Cameron el respaldo unánime de los
socios a cambio de hacer campaña contra el “Brexit” en dicho referéndum.
Vendido el asunto como el logro por parte de Reino Unido de un acuerdo unánime
que modifica su estatus en la UE o como que Cameron dobla el pulso a la Unión,
lo cierto es que el chantaje por parte del primer ministro británico ha dado
sus frutos, generando un precedente peligroso de cara al futuro, obviamente
siempre que el país sea de suficiente entidad y cause considerables perjuicios
ya que, me imagino, que en caso contrario la UE doblegaría al estado-miembro
que lo intentase. Satisfechas las principales exigencias de Cameron referentes
a la gobernanza económica (garantizando el respeto mutuo de quienes quieran o
no avanzar en la profundización de la Unión Económica y Monetaria), la competitividad (compromiso de
los socios del Reino Unido a esforzarse en fortalecer el mercado interior), la
soberanía (Reino Unido no “está comprometido con una mayor integración política
dentro de la Unión”), los beneficios sociales y el libre movimiento
(consintiendo a Londres, entre otras cosas, adaptar las ayudas por hijo que
ofrece a los trabajadores comunitarios al nivel de vida del país…), se tiene la
sensación de que el acuerdo, probablemente para evitar la primera salida en la
historia de uno de sus miembros, es un frenazo importante a muchos de los
objetivos europeístas que inspiraron el proyecto común europeo y un aliciente
evidente para los euroescépticos. Por ello cabe preguntarse “Quo vadis, UE?”
pues cada vez es menos claro hacia dónde se encamina la Unión, en definitiva,
el destino de la vieja Europa.
Y, ya puestos, tampoco
estaría de más preguntarnos “Quo vadis, España?, pues atascada, entre otras
cosas, por la irresponsabilidad de buena parte de sus políticos tampoco tenemos
claro hacia dónde vamos. Por un lado Pablo Iglesias condiciona el pacto con
Pedro Sánchez a entrar en el Gobierno, mientras que el socialista acepta una
negociación a cuatro (a pesar de no haber retirado Podemos el asunto del
referéndum y el derecho a decidir), es decir, PSOE-Podemos-Compromís-IU (como
si los diputados de Compromís no estuvieran ya sumados a los 69 de Podemos…
para que parezcan más), pero sólo para la investidura, aunque, no obstante, el
podemita predice que dicha unión cuatripartita “será la foto” del nuevo
Ejecutivo (¿quién cederá? ¿por qué?, esta es la cuestión). Por otro lado los
empresarios califican de “incomprensible” repetir el 20-D y ocho grandes
asociaciones pedirán en una declaración un acuerdo sin Podemos que evite el “fracaso”
de otras elecciones, mientras Podemos propone un “impuesto solidario” de 5.000
millones a la banca para financiar el rescate. Y entretanto Moody´s empeora su
visión de España y amenaza con rebajar el “rating” si se derogan las reformas
de Rajoy. ¿Cómo quedará el asunto de la investidura? Nadie lo sabe mientras
sigue el bla, bla, bla. Sí se sabe que, si Sánchez fracasa en la investidura,
el Rey, probablemente, abrirá una tercera ronda de consultas si otro candidato
se ofrece, aunque no está obligado a proponer a nadie si no le presentan unas
mínimas garantías de éxito (lo contrario de lo que está sucediendo) y, en ese
caso, no excluiría de nuevo a los socialistas si tienen un acuerdo.
En cuanto a otros
asuntos cabe citar que imputan al banco chino ICBC por organización criminal;
que Sanders supera por primera vez a Clinton en una encuesta de ámbito
nacional; que otro golpe judicial golpea a Rato ya que el juez investiga su
patrimonio abriendo una nueva línea de trabajo para averiguar si recibió
comisiones del banco de inversión Lazard; y que fallecen Harper Lee, autora de “Matar
un ruiseñor” a los 89 años de edad, y, a los 84 años, Umberto Ecco, autor de
obras como “El nombre de la Rosa”…. ¡descansen en paz!.
Jorge Cremades Sena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, gracias