Al
uruguayo Ernesto Colman, dueño de la conocida empresa Vitaldent, con sede
central en el madrileño pueblo de Las Rozas, que opera desde 1997 como una
franquicia con más de 400 clínicas repartidas por toda España, y a otros
miembros de la dirección de la misma, se les ha debido quedar la sonrisa
congelada después de estar años y años atendiendo a miles y miles de pacientes
con servicios odontológicos, entre ellos de estética dental para dotarles de
bellas y atrayentes sonrisas. Sonrisa congelada ya que Colman y otros doce
cargos de la empresa acaban de ser detenidos por fraude fiscal y blanqueo de
dinero, pasando a engrosar, presuntamente, la larga lista de chorizos de calidad
que colman nuestras cárceles o están en lista de espera para ingresar en ellas.
Detenidos, entre otros presuntos delitos, por estafa, ya que el dinero de las
clínicas se blanqueaba para comprar fincas y artículos de lujo, abriendo
incluso dos cuentas en Suiza y Luxemburgo al no caber ya las ingentes cantidades
de dinero estafado en cajas fuertes. El opulento y sucio negocio de la mayor
franquicia española de odontología (otro fraude sanitario en toda regla)
garantizaba a Colman, el emperador de la sonrisa (como algunos le llaman), una
lujosísima vida desbocada, que se viene ahora abajo justo cuando planeaba
deshacerse del negocio, que pretendía vender a un grupo americano, para
esquivar a sus franquiciados, quienes le acusan de estafarles (la estafa podría
superar los diez millones de euros), pues, en efecto, había amasado una
fortuna, a buen recaudo en paraísos fiscales, gracias a los cánones abusivos
aplicados a sus 462 clínicas y a los cobros en dinero negro, que, entre otras
cosas, le permitía coleccionar coches de lujo (¡cómo el hijo de Pujol!), viajar
en helicóptero o en jet privado, tener decenas de fincas y blanquear dinero con
la venta de purasangres e incluso se había comprado un pueblo en Lérida. Y por
si todo ello fuera poco sobre este fraude sanitario, el Consejo General de Dentistas
avisa de que “habrá nuevos escándalos” que, como a Colman, sobre quien
esperemos que recaiga todo el peso de la ley, dejará a más de uno la sonrisa
congelada. Y ya que hablamos de sonrisas congeladas por la corrupción, no sólo
política, que azota a nuestra sociedad, cabe destacar que el juez busca el nexo
de Aguirre y González con la red “Púnica”, rastreando la Guardia Civil pistas
de la corrupción en el Canal de Isabel II; o que el ex contable de “Nóos”
exculpa a la Infanta diciendo que no intervenía en los negocios, salvo en ser
socia, por lo que “nunca le he mandado una factura”.
Sonrisas congeladas en
buena parte de nuestros políticos, incapaces de asumir con responsabilidad el
difícil mandato de gobernabilidad que los españoles les hemos dado, demostrando
cada día que pasa que están más pendientes de sus particulares intereses que
de los intereses generales. De un lado PSOE y Podemos no se ponen de acuerdo ni para
empezar a hablar, mientras Sánchez, desesperanzado ya con su virtual “gobierno
de izquierdas progresista” por el bloqueo de Iglesias, ultima un acuerdo de
legislatura con Rivera, previendo PSOE y Ciudadanos cerrar hoy los pactos sobre
regeneración democrática y dándose unos días para llegar a consensos en
política fiscal y en reformas constitucionales, sin tener en cuenta que,
incluso si llegaran al acuerdo, la suma de sus diputados, 130 en total, sólo
rebasarían apenas a los diputados del PP y quedarían muy por debajo de los 172
diputados populares y podemitas que en muchos asuntos les harían imposible la
gobernabilidad por razones contrapuestas a ese nuevo hipotético gobierno, no ya
de izquierdas ni de derechas sino todo lo contrario y además precario y casi
imposible. Entretanto Rajoy sopesa reunirse con Iglesias para rebatirle su plan
de gobierno (tarea simple para cualquiera que se proponga desmontar la
demagogia podemita). Mientras los líderes regionales del PP piden un Congreso
abierto, sumándose Madrid a Galicia, Andalucía, Baleares y Euskadi en la
presión por las primarias, en tanto que la dirección nacional se resigna
inevitablemente a asumirla, impulsando los barones populares por su cuenta la
democracia interna del partido.
Y mientras el
Constitucional suspende la Consejería de Exteriores de la Generalitat (las
competencias de política exterior son exclusivas del Estado), admitiendo el
recurso del Gobierno contra dicha ilegal e ilegítima Consejería, aunque el
nuevo President, al igual que el anterior, pase de dichas decisiones del TC, se
suceden los grotescos espectáculos entre los gobernantes populistas que
pretenden demagógicamente traer a nuestro país el maná de la abundancia. En
Madrid, donde hay hasta siete implicados en el asalto de la capilla de la
Complutense que son ahora cargos públicos o podemitas (Carmena les exculpa y
sostiene que se trata de una especie de pecadillos de juventud), el concejal de
Seguridad del Ayuntamiento tiene que refugiarse en un bar al ser perseguido por
unos 300 policías municipales que acababan de manifestarse contra la disolución
del cuerpo de antidisturbios local, un acoso o escrache en toda regla contra su
propio jefe, que, obviamente, ha de ser descalificado por cualquier demócrata
como se ha hecho en otros escraches a otras autoridades anteriormente ya que no
son las formas reivindicativas adecuadas; sin embargo se da la paradoja de que
para el concejal y su grupo, pacientes ahora del acoso, se trata de un acto
fascista y totalitario cuando en los anteriores escraches, en los que eran
agentes, simplemente eran, según ellos, actos democráticos amparados por la libertad
de expresión. Un cinismo vergonzante intolerable que les descalifica como
gobernantes y como demócratas al actuar con una vara de medir según les
conviene y no aplicable en todos los supuestos. Quienes hemos condenado
severamente los escraches sufridos por las autoridades españolas, defendidos
por Ada Colau y toda la tropa con orejeras que acompaña al populismo podemita,
condenamos también ahora el acoso sufrido por el concejal madrileño con toda
contundencia pues así no se resuelven los problemas en sociedades civilizadas y
democráticas; pero a la vez hemos de condenar el comportamiento incoherente de
quienes según les conviene tildan semejantes comportamientos repudiables como
ataques fascistas si es a ellos o democráticas manifestaciones de libertad de
expresión si son ellos quienes las practican.
Y en el exterior,
mientras en Francia un juez imputa a Sarkozy por financiación ilegal de su
campaña de 2012, en Venezuela sólo queda pan, el alimento más básico, hasta fin
de mes, en tanto que cae el Vicepresidente económico y la escasez de trigo
obliga a cerrar cinco molinos, siendo el hambre ya una seria amenaza para los
venezolanos hundidos y gobernados por un régimen que tanto gusta a Pablo
Iglesias y compañía; me pregunto ¿por qué no le ofertan a Maduro su genial plan
que le han propuesto a Sánchez?, allí ni siquiera tienen el asunto del
referéndum catalán y ya que colaboraron en consolidar el régimen chavista que
ha arruinado el país, quizá ahora acierten y puedan colaborar a sacarlo del
negro pozo en que lo han metido.
Jorge Cremades Sena
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