Mientras
Pedro Sánchez pide un “cara a cara” con Rajoy en la campaña electoral con lo
que Ferraz pretende mantener a su candidato como líder de la oposición, tal
como ocurriera en la campaña del 20-D, el Presidente en funciones confirma que
quiere un único debate a cuatro, alegando que, si entonces se negó a ello y
ahora lo prefiere, es porque ahora, tanto el partido de Iglesias como el de
Rivera, tienen representación parlamentaria y entonces no la tenían. En todo
caso, seguramente la experiencia de aquel “cara a cara” Rajoy-Sánchez a cara de
perro, que ensombreció el resto de campaña tras el apelativo de “indecente” con
que el socialista calificó al popular, aunque tras las elecciones acabara
reconociendo que se equivocó (como en otras tantas cosas), tiene bastante que
ver ahora con la decisión de Rajoy de no hacer distinciones con Sánchez a quien
no le vendría nada mal ser reconocido como jefe de la oposición ante los otros
dos candidatos para intentar frenar el “sorpasso” que auguran algunos medios y
algunas encuestas. Por tanto, lo más probable es que ahora, cuando ya se
conocen todos sobradamente, habrá un debate entre Rajoy, Sánchez, Iglesias y
Rivera; un debate de todos contra todos en la que el mínimo desliz, tal como
está el patio, puede acarrear graves consecuencias a cualquiera de ellos. De
entrada y preparando el terreno, Rajoy agita el debate sobre Educación como
arma electoral, asegurando que la izquierda pone en peligro la enseñanza
concertada, mientras el PP endurece el tono contra los jueces tras ser
inculpado de nuevo en plena precampaña (¡qué casualidad!, dicen) al creer el
juez De la Mata que el partido se lucró con la red de corrupción atribuida al
alcalde de Boadilla. Por su parte Rivera acusa sin reparos a Podemos de venderse
al chavismo, culminando su viaje a Caracas con un duro ataque a Iglesias
(“ellos venían aquí a buscar dinero y formación; otros venimos a ayudar a los
que ha hecho sufrir Maduro” dice sin reparos), quien, por cierto, justifica la
prisión del opositor venezolano López diciendo que “si se probara que alguien
ha cometido delitos de terrorismo, es sensato que pueda estar en la cárcel”,
olvidando cínicamente que el citado opositor fue condenado en un juicio sin
garantía alguna; añade además Rivera que
todos le “han preguntado si en España somos conscientes de lo que significa
Podemos”, que se siente “con el corazón roto” por “una situación peor de lo que
me imaginaba” y que “las víctimas del chavismo me recuerdan a las de ETA”, como
colofón de un viaje a Venezuela que, por cierto, se desprendió del 16% de sus
reservas de oro en tres meses. Y, entretanto, al militar antimilitarista ex
Jemad de Podemos, futuro Ministro podemita de Defensa, se le ocurre quitar el
Día de las Fuerzas Armadas y prefiere una Fiesta Nacional “a la francesa”.
Pero donde está la
cosa que arde es en Cataluña con la retirada de confianza de la CUP al gobierno
independentista de Puigdemont; y, más concretamente aún, en Barcelona, que vive
una tercera noche de altercados por el conflicto del “Banco Expropiado”, a
causa de la rebelión de los “okupas” de Colau, acudiendo a los disturbios,
entre otros, hasta un concejal de la CUP. Un asunto curioso ya que el alcalde
de Barcelona anterior, de la extinguida CDC de Artur Mas, tuvo la genial idea,
probablemente delictiva, de pagar un alquiler por el edificio ocupado
ilegalmente, tan del gusto de la actual alcaldesa, para que los “okupas” no
montaran el pollo y ahora el Ayuntamiento de Colau, a mi juicio con acierto,
decide no seguir afrontando el alquiler y por tanto que sean desalojados del
edificio (¡quién lo diría en la lideresa anti-desahucios y anti-desalojos!),
con lo que quienes antes adoraban a la activista Colau y aplaudían sus
algaradas callejeras, ahora demonizan a la alcaldesa Colau y arremeten de forma
violenta cuando, de vez en cuando, toma alguna decisión de puro sentido común y
conforme con la legalidad vigente. Ella por su parte, mantiene que les
comprende a pesar de todo, mientras los energúmenos destrozan las calles de
Barcelona delante de los mossos enviados a desalojarlos. Y en tales
circunstancias el PSC entra en el gobierno de Barcelona para salvar a Colau,
aunque el líder socialista en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, advierte de que
han llegado “para trabajar, ser leales y exigentes”…. ¿alguien entiende algo?
En fin, sin más comentarios.
En cuanto se refiere a
otros asuntos, destacar que el Estado tendrá que aportar 2.000 millones al mes
para refinanciar a las CCAA; que los españoles reconocen más de 140.000
millones en el extranjero y Hacienda ingresa 840 millones por bienes en el
exterior; que Pineda, sobre la extorsión a la Infanta y su imputación en el “caso
Nóos”, manifestaba: “es una oportunidad de la hostia”; y que las grabaciones
evidencian los chantajes y extorsiones que sufrían los funcionarios por parte
de la trama de corrupción incrustada en Acuamed: “el contratista me dijo que
iba a destrozar mi carrera”.
Y en el exterior,
mientras Alemania obliga a los refugiados a aprender alemán y a buscar trabajo,
se da un nuevo rescate “in extremis” en el Mediterráneo, concretamente frente a
las costas de Libia, donde la Marina italiana rescata a 567 refugiados al
interceptar la barcaza en que viajaban justo en el momento de hundirse, pero,
pese a ello, cinco de los pasajeros perdieron la vida, cinco más que se suman a
los 1.350 personas que han muerto en lo que va de año intentando alcanzar las
costas europeas. Por otro lado, Clinton es acusada de conducta impropia por el
departamento que ella dirigió, pues la Secretaría de Estado de EEUU afirma que
la ahora aspirante demócrata incumplió sus obligaciones en el uso de su cuenta
de “e-mail”, al parecer, usándola para asuntos oficiales.
Jorge Cremades Sena
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