Pedro
Sánchez dice ante los empresarios que “no habrá terceras elecciones”, lo que,
sin lugar a dudas, en caso de que sea cierto, es reconfortante para todos ya
que no alcanzar un acuerdo de gobierno por segunda vez sería lo peor de lo peor
que le podría ocurrir a España, que no está como para tirar cohetes. Las
palabras del líder socialista han sido interpretadas en general, probablemente
confundiendo los deseos con la realidad, como que el PSOE dejará gobernar al PP
si no logra él ser investido y que, por tanto, sugiere que no bloqueará la
formación de Gobierno, dando lugar a la esperanza ya que Rivera también se
compromete a facilitar un Ejecutivo. Desde esta interpretación el fantasma del
bloqueo, como sucediera tras el 20-D, se aleja afortunadamente y, teniendo en
cuenta las encuestas, algunos ya hacen cábalas de que la fórmula para conseguir
la investidura sería a través de la abstención activa para que gobierne el
partido más votado, pues, en caso de que las encuestas coincidan con los
resultados, la alianza de sólo dos partidos constitucionalistas (salvo si fuera
PP-PSOE) no alcanzaría la mayoría absoluta, con lo que estaríamos en una
situación bien parecida a la de después del 20-D, pero sin vetos a la
investidura. Por tanto, salvo un vuelco electoral, ya se especula con la
posibilidad de un Gobierno en minoría del PP (al parecer el más votado) gracias
a la abstención del PSOE y Ciudadanos o de un Gobierno PP-Ciudadanos con la
abstención del PSOE, pues la de un Gobierno PP-PSOE no es aceptada por los
socialistas, ni la de un Gobierno de gran coalición de todos los partidos
constitucionalistas que es la que prefiere el PP, único partido que ha dicho
públicamente que dejaría gobernar al partido más votado. No obstante cabe otra
interpretación de las palabras de Sánchez, que no ha sido explícito asegurando
que, si no es el más votado, colaboraría con el partido que lo fuera para que
no haya unas terceras elecciones, sino, simplemente, ha dicho que no las habrá,
añadiendo una obviedad como es la confianza en ganar en junio (todos confían en
ganar) y en el apoyo o la abstención de Podemos (que estaría por ver), ya que,
según él, “la ciudadanía será mucho más pragmática el 26-J, y el PSOE, el gran
beneficiado” y se siente “en mejor disposición de ganar que el 20-D” ya que
“por primera vez en dos años, estamos recuperando voto de Podemos”. Por tanto
cabe preguntarse ¿y si no fuera así?
Y mientras tanto
prosigue el caos en Barcelona, donde en el Barrio de Gracia, mayoritariamente
votante de Ada Colau y la CUP, unos 200 antisistema, perfectamente organizados,
siembran la violencia callejera con la participación añadida en los disturbios
de diputadas de la CUP, como Mireia Vehi y Eulalia Reguant, que estuvieron en
los altercados de la plaza del Diamante y el martes hicieron una rueda de
prensa para pedir la dimisión del Jefe de los Mossos, a los que acusaron de
abuso policial en la manifestación de Gracia, mientras que concejales cupistas
interrumpen con esteladas en mano un discurso del Ministro Catalá en Reus. En
fin, el mundo al revés. Tan al revés que Puigdemont, Presidente de la
Generalitat y por tanto representante institucional del Estado Español en
Cataluña, cede a la presión de los radicales cupistas, que amenazan la
estabilidad matemática de su gobierno, desde Madrid dice que declarará la
independencia de Cataluña en el verano de 2.017, aunque perdona la vida a todos
los españoles ya que aceptaría, al parecer, que se vote una solución federal,
pero, en todo caso, “que no pase de este año para que el independentismo sea
reconocido como un actor político”. Olvida el totalitario Puigdemont que nada
hay que objetar a la errática opción del independentismo, como al resto de
opciones meridianamente erráticas, sino a que se imponga por narices y al
margen de la legalidad democrática vigente, forzando la voluntad soberana de
todos los españoles con la amenaza de convocar ilegales elecciones constituyentes
y emplazando al Estado a aceptarlo. Un Estado del que Cataluña forma parte y es
corresponsable, que, por cierto, ya aportó 46.400 millones de euros en los
últimos cuatro años para refinanciar la deuda de la Generalitat, provocada en
buena medida con despilfarros innecesarios para fomentar la causa
independentista y el totalitario “procés”, con lo que horas antes de semejantes
despropósitos del President la agencia Moody´s anunció que rebajaba la nota de
la deuda pública catalana al nivel que tiene Bangladesh.
En cuanto a otros
temas, tanto nacionales como internacionales, cabe destacar que Chaves y Griñán
serán juzgados por el fraude de los ERE, unos 855 millones estafados; que Salud
Hernández-Mora, la corresponsal cautiva seis días en la selva colombiana, ha
sido puesta en libertad; que los países ricos creen que el “Brexit” es un
riesgo global; y que Obama apela en Hiroshima a la obligación moral de luchar
por un mundo sin armas nucleares.
Y en cuanto al fútbol
se refiere la noticia está en Milán, donde hoy se disputan la Final de
Champions el Atlético y el Real Madrid, lo que supondrá para el Atlético
conseguir su primer título europeo o para el Real su undécimo, pero lo que ya
supone un triunfo para el fútbol español, para los dos equipos de la capital y
para sus aficionados que, tomando Milán, reeditan la convivencia ejemplar que
tuvieron en Lisboa en 2.014. Enhorabuena a ambos equipos y que gane el mejor.
Jorge Cremades Sena
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