Tras la
nefasta experiencia política después de los resultados del 20-D, dice Albert
Rivera, presidente de Ciudadanos, que “claro que es posible que forme gobierno
con el PP o el PSOE” y reconoce que “tocará mojarse” tras el 26-J, mientras justifica
su voto a Sánchez en el fallido intento de investidura porque “no queríamos que
Podemos asaltara el poder”. Lleva razón el líder del partido naranja, aunque
para poder llevar a cabo su razonable objetivo habría que añadir que se
requiere, a diferencia de lo sucedido tras el 20-D, no imponer vetos a ningún
partido (menos aún si es nítidamente democrático), ni vetar a ninguno de sus
líderes (cada partido es autónomo para elegir sus liderazgos), ni apoyar o
aliarse con partidos que veten a otras opciones políticas ni siquiera para
evitar que partidos de dudosa credibilidad democrática asalten el poder, pues
la mejor forma de evitarlo es sencillamente, si las circunstancias lo exigen,
la alianza de todos los partidos claramente constitucionalistas frente a
quienes pretenden desmantelar el sistema. De haber actuado así tras el 20-D
(estaba clara la inmensa mayoría constitucionalista entre PP, PSOE, Ciudadanos
y algún que otro partido menor) nos hubiéramos evitado muchos problemas de
gobernabilidad y, desde el primer instante, las minoritarias opciones radicales
(antisistema, comunistas, independentistas, abertzales….) hubiesen entendido
que nada, absolutamente nada, tienen que hacer para socavar el sistema
democrático que tanto esfuerzo nos ha costado consolidar a los españoles.
Tocará mojarse pues, como dice Rivera, ya que lo peor que puede pasar en
democracia es un desencuentro insalvable entre los partidos políticos, hoy por
hoy, incapaces de entenderse, ni de pactar ni siquiera para recortar los gastos
de campaña, que cada uno aplicará, si así lo considera, “según su criterio”,
que es el punto de encuentro máximo al que han llegado tras varias reuniones al
respecto. Esperemos que esto no sea el preludio de lo que nos espera, al menos
en asuntos de Estado, tras el 26-J si, como parece, los españoles decidimos
dibujar un panorama político electoral no muy distinto al que dibujamos en el
20-D….. ¡Esto sí favorecería que los radicales quedasen más cerca de asaltar el
poder! Por tanto, frivolidades y aventuras, las mínimas.
Y mientras Iglesias
cuela de “número uno” por Almería al ex Jemad, su fichaje estrella, para
amarrar su escaño, Pedro Sánchez recupera a Borrell como “ministro” de Exteriores,
en tanto que diseña su famoso “gobierno del cambio” (esperemos que sea cambio a
mejor, pues cambio en sí mismo no aporta nada ni positivo ni negativo) con
varias personalidades del PSOE y casi la mitad de sus miembros independientes;
un “gobierno”, antes de ganar las elecciones (Podemos hizo lo propio en la campaña
del 20-D), que presentará en días próximos para buscar un golpe de efecto, en
el que repartirá los ministerios, que serán paritarios (chico, chica) e
intergeneracionales (joven, viejo), nada menos que mes y medio antes de que se
celebren las elecciones, caso insólito, salvo el antecedente de Podemos y su
medio gobierno propuesto a Sánchez con anterioridad. Además Sánchez intenta
imponer su autoridad en el partido, mientras Puig plantea una “Entesa”
valenciana para sortear el veto de Ferraz a cualquier acuerdo electoral con
Podemos; su decisión de impedir el pacto con Podemos en Valencia, que tanto
desea Puig, trata de reforzar a la dirección del PSOE frente a otros líderes
territoriales con ocurrencias semejantes a las del valenciano.
En cuanto a otros
asuntos se refiere, cabe destacar que los conflictos municipales desincentivan
la inversión de grandes fondos en algunos ayuntamientos de la famosa “nueva
política”; que la Constitución catalana establecerá un régimen presidencialista
y dejará “nacionalizarse” a valencianos y baleares, lo que, sin duda,
contentará a los amantes “dels països catalans” como a los socios de Puig en
Valencia; y que la CUP propone tener hijos “en comú” (vamos, como la famosa
oferta electoral pero con hijos de por medio) para que “los eduque la tribu” ya
que, según Anna Gabriel, diputada de la formación antisistema y promotora de
tan pintoresco objetivo, cree que las personas que deciden tener hijos “en
familia” tienden a convertirse en más conservadoras… en fin, sin comentarios
¡para qué!.
Y en el exterior cabe
citar que Brasil se sume en una etapa de profunda crisis institucional; que
Maduro utiliza golpes y gas contra el opositor Capriles en una marcha de protesta
convocada por la oposición; que Italia aprueba una ley histórica de uniones
civiles homosexuales, dejando de ser así el único país de Europa Occidental que
no autorizaba los enlaces del mismo sexo; y que el ISIS causa una nueva masacre
en la capital de Irak, desestabilizando Bagdad con una matanza de casi cien
personas.
Jorge Cremades Sena
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