Mientras
Hillary Clinton hace historia al ser proclamada como primera mujer candidata a
la Casa Blanca y mientras los socios de Merkel en Baviera piden movilizar al
Ejército para afrontar la oleada de ataques violentos que están sufriendo, los
yihadistas deciden golpear de nuevo Francia, asesinando a un anciano sacerdote
mientras decía misa en su iglesia. En efecto, dos terroristas asaltan un templo
de un pueblo de Normandía, obligan a arrodillarse al anciano sacerdote de 86
años de edad cuando decía misa y le degüellan salvajemente, convirtiéndose éste
asesinato yihadista en el primero contra la Iglesia católica europea y no, como
suele ser normal, de forma indiscriminada. Finalmente ambos asesinos son
abatidos por la policía. Además, según una testigo, los asesinos, autores de
semejante barbarie, graban en video el degollamiento, generando una conmoción
en Francia con semejantes escenas de crueldad a manos de estos dos jóvenes sujetos
que proclamaron su pertenencia al ISIS, mientras ejecutaban su felonía, dándose
la circunstancia de que, al menos, uno de ellos estaba ya fichado por vínculos
terroristas, había intentado viajar a Siria en 2015, había estado encarcelado y
estaba vigilado con arresto domiciliario con una pulsera electrónica o
brazalete de control, pero, al parecer, podía salir del domicilio durante
cuatro horas diarias… Un fallo de seguridad, otro más, que ahora genera todo
tipo de críticas. Aunque el IS en sus últimas publicaciones para combatientes
amenaza con “conquistar vuestra Roma y esclavizar a vuestras mujeres” dentro de
la campaña de terror en toda Europa, el Papa se niega a hablar de “guerra de
religiones” y puede que con cierta razón ya que la religión musulmana es
también objetivo yihadista en muchos lugares del mundo, sin embargo, cada vez
son más líderes políticos, incluso moderados, quienes sostienen que vivimos en
Occidente un verdadero estado de guerra declarada por el terrorismo islamista y
que, ante eso, sólo queda defenderse, luchar y ganarla. El debate
seguridad-libertad está servido y muchos consideran que es preciso hacer un
mayor esfuerzo en la seguridad si no se quiere al final perder la libertad que,
sin seguridad es simplemente imposible practicar en toda su plenitud. En
España, por ejemplo, no se permite la entrada de ningún refugiado hasta que
Inteligencia descarta sus posibles vínculos con Daesh, lo que, ajustado a
derecho es totalmente democrático, y otros países, como Bélgica o Alemania, ya
se plantean nuevas formas de luchar contra el terrorismo y, sobre todo, de
prevenirlo, aunque todos sabemos que ello no supondrá jamás garantizar al cien
por cien la seguridad de todos. En todo caso, que, al menos, no cometan los
asesinatos quienes, como es el caso, se supone que por su historial, ya están
siendo controlados y vigilados por la Policía, mientras gozan de cierta
libertad restringida y no permanecen encarcelados.
Entretanto en España
las primeras consultas el Rey certifican que el proceso de investidura está
atascado y cada vez son más quienes ya no descartan la convocatoria de terceras
elecciones. Los interlocutores encuentran a Felipe VI “muy preocupado” y,
probablemente, dispuesto a abrir un periodo de reflexión, pues el diputado de nueva
Canaria, transgrediendo la discreción que suele ser habitual en estos casos,
revela que el Monarca se plantea no encargar el Gobierno a ningún candidato sin
apoyos. Y de momento, Rajoy, el mejor colocado por los españoles para gobernar,
sólo cuenta con sus insuficientes 137 escaños para ser investido, aunque podría
aceptar el encargo del Rey si no se fija fecha para la investidura. Por su
parte, Sánchez, que parece desaparecido, no hará declaraciones públicas al
respecto hasta que se reúna con Felipe VI. Ya ven, así de estancadas, cuando no
en retroceso, están las negociaciones sobre algo tan urgente y fundamental como
es la gobernabilidad de España.
En cuanto a otros
asuntos se refiere, cabe citar que los seis grandes bancos españoles aprueban
el examen europeo; que el déficit del Estado rebasa ya el límite previsto para
todo el año; y que la juez cree que el PP destruyó ordenadores para ocultar
pruebas en el “caso Bárcenas” por lo que será procesado, asunto que ha
provocado la reclamación de “regeneración” de Rivera en las filas populares y
el anuncio de recurso por parte del PP a la decisión de la juez en cuestión.
Y ya que estamos en el
capítulo de las corrupciones, corruptelas y conductas poco ejemplares, llama la
atención la noticia de que Echenique, látigo de corruptos y arcángel de
honradeces a raudales, ¡quién lo diría!, no dio de alta en la Seguridad Social
a su asistente durante un año, teniéndolo como tal sin contrato y, por tanto,
sin pagar un duro por tal concepto. Pero lo más chocante es que Echenique,
quien reconoce que “no hice las cosas bien”, llega a justificar su conducta
echándole la culpa al sistema (ya hay precedentes al respecto con Monedero),
pues entiende que la gente “humilde” (a los que dice defender frente a los
malvados empresarios y empleadores negreros), como es el citado trabajador, se
ve “empujada” a participar en la “economía sumergida” porque tiene que elegir
entre “pagar la cuota de autónomo o pagar la hipoteca”. Imposible mayor cinismo,
desvergüenza y demagogia. Omite Echenique que, precisamente, son los empleadores
sin escrúpulos quienes, al margen de la ley, empujan a los trabajadores humildes
a tan infame situación para ahorrarse las cuotas a la Seguridad Social,
condenándoles no sólo a los perjuicios que pudieran derivarse de un accidente
laboral sin estar de alta, sino a una merma, cuando no ausencia, del derecho a
una jubilación lo más digna posibles al condenarle a trabajar sin cotizar, como
sucedía en tiempos pretéritos a tantos y tantos ancianos hasta que la democracia
(es decir, el sistema que Unidos Podemos dice querer eliminar, bueno, ellos
dicen el régimen) habilitó, al menos, las pensiones no contributivas para no
ser dependientes absolutos tras una vida trabajando. Y lo sorprendente es que
IU, el socio de Unidos Podemos, se limita a pedirle simplemente explicaciones
por tamaña conducta, más acorde con los comportamientos de la “casta”. ¿Qué
dirían todos estos salvadores de la patria si el negrero hubiese sido el “número
tres”, nada más y nada menos, del PP, del PSOE o de Ciudadanos? ¿Se lo
imaginan? Yo, sí. Y lo dirían con toda razón; pero la pierden, como en otras tantas
cuestiones, cuando no se lo aplican a sí mismos. Ya ven, en este caso, la culpa
es del sistema.
Jorge Cremades Sena
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