Sin mayor
pena ni gloria, y tal como ya estaba previsto y anunciado, se celebró la
reunión extraordinaria del Comité Federal del PSOE con ausencia absoluta de
autocrítica por parte de Pedro Sánchez como si la sangría permanente y sucesiva
de pérdida de apoyos ciudadanos durante su liderazgo obedeciera a causas
naturales imprevistas que simplemente hay que constatar. Salvo alguna tímida
referencia a semejante descalabro electoral por parte de algunos barones, como
es el caso de Susana Díaz, al reconocer que “nos hemos salvado por la campana”,
nada de nada. Todo perfecto pues para continuar de derrota en derrota hasta la
victoria final. Cierre de filas en torno a Sánchez y su cúpula dirigente
respecto a la gobernabilidad del Estado y mínimas referencias a las causas del
descalabro socialista que cada elección le sitúa en nuevos mínimos históricos.
Supuestamente divididos los barones entre ser oposición (tal como le han dicho
los ciudadanos, tanto el 20-D como el 26-J) o intentar gobernar (repitiendo la
insensatez de diciembre incluso con menos posibilidades que entonces), al
parecer (ya que no lo han dejado por escrito), la prioridad es evitar unas
terceras elecciones, pues tal como sostiene Rajoy “repetir elecciones sería una
insensatez”, asunto que, en principio, comparten todos los líderes de todos los
partidos políticos. Objetivo loable pues el del PSOE de Sánchez el intentar
evitar nuevas elecciones, que muy probablemente podrían suponer la estocada
definitiva a los socialistas que tan ansiosamente esperan Pablo Iglesias,
Garzón y compañía. Pero, dicho esto, el Comité Federal, mantiene un “no”
rotundo a la investidura de Rajoy, propiciando así la ingobernabilidad del
Estado, mientras Sánchez anuncia, ¡menos mal!, que en esta ocasión no se
presentará a la investidura. ¿No es un despropósito contradictorio en su
globalidad semejantes decisiones? Menos mal que a diferencia de diciembre no lo
han plasmado por escrito y algunos albergan la esperanza de que se pueda
desbloquear el callejón sin salida, como sucedió entonces, cuando por un lado,
tras el veto rotundo al PP, impedían a Sánchez pactar con Podemos y los
independentistas, sabiendo que el acuerdo con Ciudadanos era más que
insuficiente y que este partido se oponía a pactar con los populistas e
independentistas. El fracaso político quedaba, como así fue, garantizado. ¿Es
que pretenden ahora repetir el mismo error? ¿No sería más razonable simplemente
no poner trabas a que gobierne el ganador de las elecciones? Bueno, y ya de
paso, hacer autocrítica, que no estaría nada mal.
Tampoco estaría nada
mal que Podemos hiciera autocrítica sobre la pérdida de más de un millón de
votos, aunque, al menos, achacan a la agresividad de Iglesias la pérdida de los
mismos y, según informes internos, la “cal viva” y la gestión de las
negociaciones con el PSOE son causas que desmovilizaron a los suyos, mientras
que Iglesias sostiene que todo se debe al “miedo a lo nuevo”; menos mal que
Iglesias, a diferencia de algunos de sus compañeros, descarta la hipótesis del
fraude, afirmando que es “impensable en un país como España”… algo es algo.
Y en plenos
sanfermines, y en plena polémica por los toros, uno de estos mata al torero
Víctor Barrios en Teruel; el torero, de 29 años de edad, sufre una cornada
mortal en el pecho, similar a la que sufrió el Yiyo, último torero fallecido en
una plaza de toros española hace ya bastantes años; descanse en paz.
En cuanto a otros
asuntos, mientras la crisis del sistema bancario amenaza la estabilidad
política en Italia (no éramos los españoles los únicos que la sufríamos), llega
Barack Obama a la base de Torrejón, donde es recibido por el Rey Felipe VI. A pesar
del tiroteo de Dallas se materializa dicha visita aunque reducida a una sola
jornada por tan trágico suceso (mantiene su agenda en Rota pero no irá a
Sevilla), siendo la primera visita a España de un Presidente de EEUU desde hace
quince años. Tras ser recibido por el Rey, se entrevistará con Rajoy, quien le
pedirá ampliar la relación bilateral entre ambos países, y con Sánchez,
Iglesias y Rivera, es decir, con los líderes de los principales partidos
políticos españoles. Obama, que considera prioritaria la relación con una
España estable, con absoluta corrección diplomática, como debe ser, ha
declarado en una entrevista que “sea cual sea el Gobierno, España seguirá
siendo un aliado sólido”, que “España ha superado una etapa difícil y la
economía está volviendo a crecer”, que “el proyecto europeo se está poniendo a
prueba” y “no es momento de complacencia”; que “ninguna nación puede resolver
los problemas transnacionales por sí sola”; que “hay que garantizar que la
globalización cree empleo y oportunidades para todos”, que “tras las
negociaciones, Colombia está a punto de lograr una paz histórica” y que “pedimos
al Ejecutivo y a la oposición de Venezuela que abran un diálogo sustancial”.
Curiosamente se da la circunstancia de que, mientras Podemos considera la
visita de Obama con cierta normalidad y por ello, aunque sea por razones
protocolarias, su líder Pablo Iglesias acudirá a la entrevista con él, IU, con
su líder Garzón a la cabeza, manifiesta un público rechazo hacia el mandatario
norteamericano y su visita a España, llamando a protestar contra ella al
considerar que representa “lo peor de las políticas belicistas y de injerencia”.
Menos mal que IU, en alianza con Podemos, conforman Unidos Podemos como oferta
política en las últimas elecciones, pero, como en otros tantos temas ¿cuáles de
las ofertas han de servirnos de referencia para saber a qué atenernos? E
Iglesias diciendo que ha sido el “miedo a lo nuevo” el causante de la pérdida
de votos en las pasadas elecciones. ¿No será el causante, en todo caso, el
rechazo a la nada, a la incongruencia, a la indefinición, a la incertidumbre y
a la demagogia populista? Considérenlo ustedes mismos.
Jorge Cremades Sena
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