En
efecto, ha bastado que en la reunión entre Rajoy y Rivera hayan decidido abrir
un “canal permanente de comunicación” de cara los graves problemas que la
sociedad española tiene planteados para que la mayoría de los ciudadanos
sensatos de este país puedan albergar un atisbo de esperanza de cara a la
gobernabilidad de España. Y eso que Ciudadanos mantiene su abstención que, “per
se” sigue siendo insuficiente para garantizar la investidura de Rajoy y poder
tener un Gobierno lo antes posible, pero el gesto positivo de Rivera de acordar
una nueva fase de colaboración, aunque sea limitada, supone que no está todo
perdido, para los españoles, quienes, como dice el Presidente de Extremadura,
el socialista Fernández Vara, están “hartos ya de estar hartos” de las
actitudes incomprensibles de bloqueo institucional por parte de los principales
líderes de los principales partidos políticos. Que Rajoy y Rivera hayan
decidido esforzarse en salir de tan nefasto círculo vicioso, que sólo conduce
al caos, el desgobierno y el descrédito democrático, por insuficiente que sea
de momento, es un hecho positivo que hay que reconocer por parte de todos al
margen de las posiciones ideológicas que cada uno tenga. En todo caso, el
acuerdo entre PP y Ciudadanos eleva ahora la presión sobre el PSOE, cuyo líder,
Pedro Sánchez, sigue instalado en el inmovilismo más absurdo y pide respeto
para la decisión del Comité Federal socialista, quedando así como el único
responsable del bloqueo, por más que con la boca pequeña se siga jugando a que
sí Rivera diera el paso de pasar de la abstención al sí (sumando 169 diputados,
más el probable de CC, 170 en total) Sánchez se vería casi obligado a buscar
una fórmula, aunque sea pasiva como la de Rivera, que desbloquease la
situación, aunque muchos lo consideren como una excusa infantil ya que la
abstención de PSOE y C´s, aunque no sea la mejor de las opciones, posibilitaría
asimismo la investidura de Rajoy, quien considera que el limitado acuerdo con
Rivera es un “primer paso” hacia dicha investidura, mientras Guindos y
Garicano, parece ser, ya han mantenido los primeros encuentros de trabajo, en
tanto que Moncloa alberga cierto optimismo tras aceptar Rivera un diálogo sobre
los Presupuestos y sobre el techo de gasto.
¿Y
qué hacen Sánchez e Iglesias al respecto? Pues bien, mientras el socialista,
que sigue descartando la abstención y cualquier negociación con el PP, celebra
cínicamente que “las derechas se pongan de acuerdo” sabiendo que, en todo caso,
ya no hay más derechas (PNV y PDC, prefieren apoyar al socialista y no al
popular), intentando meterle los dedos en el ojo a Rivera al incluirlo en la
derecha, cuando no tuvo reparos en pactar con él tras el 20-D… mientras el
socialista pues, sigue así con argumentos pueriles para justificar su
recalcitrante bloqueo institucional y a la vez menoscabar a quien lo desbloquee,
el comunista líder de Podemos presiona al socialista diciéndole que “debe
decidir si quiere gobernar con PP, Podemos o elecciones”, cuando es obvio que
permitir una investidura a quien gana las elecciones, por meras razones de
responsabilidad, no conlleva obligadamente gobernar con el presidente investido
ni muchísimo menos y cuando no tuvo reparos en rechazar la investidura de
Sánchez, a quien ahora se presta a apoyar para ver si se estrella
definitivamente, incluso con despiadados ataques al PSOE y acusaciones
intolerables como la mención a la “cal viva” y otros indecentes improperios que
para cualquier socialista debiera ser suficiente motivo como para no ir con él
ni a la vuelta de la esquina, además de la incompatibilidad con la
socialdemocracia del ideario comunista marxista-leninista en que se inspira
Unidos Podemos. No en vano, muchos socialistas temen que Sánchez pueda estar
pensando, si Rajoy fracasa (y algunos creen que, entre otras cosas, a ello se
debe su empecinamiento), en volver a protagonizar un nuevo esperpento de
investidura, en este caso con el apoyo de los podemitas y de los
independentistas totalitarios tanto de izquierdas como de derechas, ya que
semejante melé, superaría matemáticamente los 170 votos en contra de PP,
Ciudadanos y Coalición Canaria. En fin, todo se andará.
En
cuanto a otros asuntos cabe destacar que la compra de viviendas en España sigue
su recuperación y alcanza ya los máximos de 2010; y que Convergéncia maniobra
para formar grupo parlamentario con ERC en el Congreso, aunque sus socios
independentistas de izquierda parece que no están muy por la labor, ya que el
objetivo de hundir y “sorpasar” a CDC está más que cumplido tras prestarse
Artur Mas como el tonto útil y superarle su sucesor Puigdemont en dicho papel.
Y es que cuando un partido político o un pueblo yerra en la elección de sus
líderes o gobernantes acaban pagando muy caras las consecuencias. Que le
pregunten al Partido Republicano estadounidense, en cuyo seno ya arrecian las
críticas contra Trump y su equivocada y disparatada estrategia asi como sus
desplantes que están sumiendo a los republicanos en una verdadera crisis y
algunos hasta buscan ya incapacitar al desnortado Donald. Y si no, que le
pregunten a los venezolanos en su conjunto que ahora mayoritariamente quieren
deshacerse de Maduro, quien deja sin fondos a la Asamblea legislativa
(mayoritariamente opositora y contraria a sus despropósitos y tendencias
totalitarias) para asfixiar a la oposición, primer objetivo de cualquier
dictador o aficionado a serlo. En fin,
como para andar frivolizando o bromeando con determinados asuntos.
Jorge Cremades Sena
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