Si
nos atenemos a los sondeos, pero, ya saben, sólo son sondeos, aunque estos sean
los del CIS del mes de julio, unas terceras elecciones apenas variarían el
resultado del 26-J con lo que, si se celebrasen, no sólo avalaríamos nuestro
fracaso político global, sino que además, no resolveríamos nada, absolutamente
nada de cara al futuro. Ya sé que sólo ha pasado un mes desde el 26-J y todavía
es pronto para saber lo que piensan los españoles sobre las distintas
estrategias post-electorales de los diversos partidos políticos, especialmente
de los cuatro principales que tienen en sus manos la responsabilidad de
conformar un gobierno lo antes posible. En efecto, el barómetro del CIS refleja
que nuevas elecciones no resolverían el actual bloqueo si estos partidos
mantuvieran las posturas actuales, ya que, de nuevo ganaría las elecciones el
PP con el 32´5% de los votos (bajaría 0´5 puntos), seguido del PSOE con el
23´1% (subiría 0´5 puntos), como tercero quedaría Unidos Podemos con el 19´6%
(bajaría 1´5 puntos) y cerraría el cuarteto Ciudadanos con el 12% (bajaría 1
punto). Estos leves cambios respecto al 26-J apenas variarían la conformación
del actual arco parlamentario: el PP seguiría como ganador a gran distancia de
los demás; el PSOE, único que subiría levemente, se mantendría a unos 10 puntos
como segundo; Unidos Podemos, desde las elecciones desaparecido en combate,
sería quien más votos perdiera y, eso sí, se alejaría de su ansiado “sorpasso”,
mientras Ciudadanos sería el segundo perjudicado en votos. Esperemos que los
actuales movimientos de los distintos grupos políticos varíen la situación de
cara al siguiente barómetro del CIS que también refleja la creciente preocupación
de los españoles por la incertidumbre política. Entretanto, el popular Hernando,
saliendo al paso del principal argumento esgrimido por los demás para
justificar su rechazo a pactar con el PP, dice “ya pedimos excusas sobre la
corrupción y los españoles se han pronunciado en dos elecciones”, mientras que
la socialista Batet sostiene que “la renuncia de Rajoy sería una muestra de
responsabilidad y generosidad”, retomando la ya descartada propuesta de
Ciudadanos de poner como condiciones para pactar la renuncia de candidatos
opositores, lo que, a mi juicio, generaría un precedente peligroso de cara al
futuro (salvo que se tratase obviamente de imputaciones judiciales personales)
y socavaría la legítima capacidad de los militantes de los partidos de elegir
sus liderazgos.
Y
mientras la agencia de calificación Moody´s alerta de que la falta de Gobierno
lastra la recuperación económica afirmando que los partidos “son incapaces de
resolver sus diferencias” y que “las luchas políticas suponen un riesgo para el
consumo y la inversión” (dos obviedades evidentes), España, a pesar de todo,
recupera el crédito y, por primera vez, el interés del bono a diez años cierra
por debajo del 1%, justo cuando la UE ratifica la nueva senda fiscal española y
los dos años adicionales para cumplir el déficit. Basta echar un vistazo a la
evolución de las cifras macroeconómicas entre el verano de 2012 y este verano
de 2016, para entender la evolución positiva de nuestra economía, pues, según
se publica hoy mismo, la prima de riesgo pasó del 636 de entonces al 106
actual, el bono a diez años del 7´26% al 0´99%, el déficit público del 4´04% al
1´9%, el PIB del 0´4% al 0´7% y el paro del 25´1% al 20%. ¿No son razones
suficientes para ponerse a negociar el mejor aprovechamiento social de tan
positiva evolución? Tirar por tierra determinados logros simplemente porque
algunos árboles, que los hay, no nos dejan ver el bosque, en vez de
contemplarlo en su total dimensión y trabajar para mejorarlo es una
irresponsabilidad imperdonable en perjuicio del conjunto de los españoles.
En
cuanto a otros asuntos, destacar que un informe estatal pide a RTVE un plan
para superar la crisis; y que Colau alienta a que se delate a los vecinos que
alquilen su casa a turistas.
Y
en el exterior tres asuntos de interés. En Japón los ciudadanos asisten a la
segunda aparición televisiva de su emperador, desde su acceso al trono en 1990,
confirmando Akihito su voluntad de abdicar, procedimiento que la ley no
contempla, lo que supone un gesto histórico sin precedentes. En EEUU el candidato
republicano, Trump, a quien le ha salido un disidente, Evan McMullin, que se
lanza a las presidenciales, se presenta como “salvador” de la clase obrera y,
ante la tendencia a la baja que le dan las encuestas, promete una verdadera “revolución
fiscal” consistente en una espectacular bajada de impuestos, buscando así el
candidato multimillonario relanzar su campaña a base de un impreciso programa
económico y marcadamente populista. Y en Turquía prosigue la
represión de Erdogan, deportando a una española por “tuitear”, pues Beatriz
Yubero, que así se llama la víctima, ha sido expulsada del país sin explicación
alguna, tras pasar 36 horas retenida y amenazada con ser trasladada a la
frontera siria.
Jorge Cremades Sena
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