Mientras, al parecer, la UE amenaza con
sanciones a España por la tragedia de Ceuta, ahondando en las discrepancias
incomprensibles del Ministro de Interior y el Director General de la Guardia
Civil a la hora de explicar lo acaecido en la frontera, concluye la vicepresidenta
del Gobierno, Santamaría, que “se está aplicando la Ley de Extranjería, pero
ésta tiene deficiencias”, cuando el ministro, acuciado para que explique si fue
legal la expulsión instantánea de los que lograron llegar nadando a la costa,
dice que “de haber creído que estaban en España se habría aplicado la Ley de
Extranjería”. Como ven un guirigay que no hay por dónde cogerlo, por lo que toda
la oposición, con razón, exige explicaciones más convincentes de unos sucesos
trágicos que jamás debieran haber sucedido. En todo caso, al margen de que se
exijan las responsabilidades pertinentes, convendría que, tanto gobierno como
oposición llegasen a un acuerdo para corregir urgentemente las deficiencias
legales a las que se refiere Santamaría, así como las carencias de la UE a
todos los niveles para afrontar un gravísimo problema, la inmigración, que ya
no es un asunto meramente fronterizo sino algo mucho más complejo que no se
resuelve sólo con medidas disuasorias en las fronteras. Menos aun cuando en
Europa algunos estados, como Suiza, cada vez están más reticentes a ser
generosos con la inmigración de europeos y otros, incluso miembros de la UE, como
Reino Unido, que ponen trabas a la libre circulación, uno de los pilares
básicos de la Unión, mientras Bruselas advierte de los riesgos que se corren si
se resucitan las viejas fronteras para el futuro de Europa. Por todo ello,
liquidar el incidente puntual de Ceuta con meras exigencias de responsabilidades
al Gobierno por parte de la oposición resulta insuficiente a todas luces y
guardarse ases en la manga al respecto para justificar la demagogia es
totalmente irresponsable. El objetivo no puede ser sólo mirar al pasado para
señalar culpables, sino mirar al futuro para mejorar las condiciones e instrumentos
que impidan hechos tan lamentables.
Entretanto socialistas y abertzales andan entre desmentidos
sobre el papel que están desempeñando en Navarra. Mientras éstos afirman que
están manteniendo contactos con todos los grupos de oposición al gobierno
navarro, incluido el PSN, para “lograr” el objetivo de que haya elecciones
anticipadas, los socialistas se han apresurado en desmentir a Bildu, que da por
hecho que habrá elecciones el 25 de mayo para echar a Barcina, quien, ante la
situación, decide definitivamente que no dimite ni convoca elecciones, retando
al PSN a que lidere la anunciada moción de censura con Bildu y compañía. Se
vislumbran, salvo que el PSN cambie de estrategia, turbulencias políticas peligrosas,
para unos más que para otros. De entrada, se publica que documentos de Sortu
revelan que la estrategia del PSN, por más que Oscar López lo desmienta, pasa
por negar en público los contactos con los abertzales.
En otro orden de cosas el controvertido ministro Wert
plantea que Google pague a los editores por sus contenidos, endureciendo con la
nueva Ley de Propiedad Intelectual la piratería, poniendo fin así al “gratis
total” en Internet al acorralar a los negocios “pirata”. Una ley necesaria y,
para algunos, insuficiente que, sin duda, ocupará la atención de muchos en el
futuro. Como también lo hará la decisión de Hacienda de elevar el “bonus” de
los inspectores que más fraude destapen, lo que, de entrada, es una buena
noticia.
No es tan buena noticia que, tras el folklore político
organizado en Italia, el todopoderoso Berlusconi, paradigma del populismo más
rancio, vuelva a tener un protagonismo político tras haber sido expulsado del
Senado por corrupción. La ronda de conversaciones para la elección del nuevo
primer ministro así lo exige. Todas las apuestas se dirigen a Renzi que por su
populismo cada vez más claro ya se está ganando el seudónimo de Renzusconi,
aunque ideológicamente nada tenga que ver con el ex primer ministro.
Y, para terminar, dos encuestas más o menos
sorprendentes. De una parte, parece que los españoles se decantan
mayoritariamente por una ley del aborto de “supuestos” y no de “plazos” ya que
la mitad de los votantes socialistas están contra la norma de Zapatero que
permite el aborto libre en las primeras catorce semanas. De otra parte, si
hubiera en estos momentos elecciones en Andalucía el PP las perdería, aunque
por muy poca diferencia, gracias al “efecto Susana”, aunque con una abstención
del 47´1%. En fin, encuestas y sondeos, aunque la verdadera encuesta y la
definitiva sea la de las urnas en su día.
Jorge Cremades Sena
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