Es la frase mediáticamente protagonista que
cierra la Convención del PP celebrada en Valladolid. La ha pronunciado Rajoy en
la clausura de la misma y va dirigida a Rubalcaba. La frase completa es
lapidaria: “Tú, que llevaste a España a la ruina, o te calla o reconoces el
mérito” que, con el esfuerzo y sacrificio de la gente, viene a decir, ha
posibilitado una serie de logros económicos, al menos en el terreno macroeconómico,
durante el periodo en que el PP de Rajoy asumió el gobierno y que, tanto el
PSOE en general como Rubalcaba en particular, se niegan a reconocerle. La frase
de la clausura, después de haber conseguido que, al menos de puertas a dentro,
el PP salga de la reunión de Valladolid dando la sensación de unidad (puesta en
cuestión antes de comenzar el evento) ante las elecciones europeas, que cada
vez están más cerca, y tras saciarse de proclamar por activa y pasiva que,
resuelto el caos macroeconómico heredado, ahora toca la bajada sucesiva de
impuestos como recompensa a los sacrificios realizados, supone un acierto
político que, guste o no, hay que reconocerle. En efecto, la Convención, si
ceñimos el asunto al plano meramente político-partidario, ha sido un éxito para
la cúpula popular dirigida por Rajoy. Si además, según una encuesta de
NC-Report, el PP ganaría las europeas con un 30´1% de votos, frente al 28´1%
del PSOE, el que tiene un serio problema es Rubalcaba, incapaz de remontar con
todo lo que ha caído y, como sea cierto que el gobierno consiga al fin rebajar
los impuestos y mantener la inversión de la tendencia del desempleo, el
problema hasta puede convertir en tragedia lo que para los socialistas ya es un
verdadero drama. En todo caso nadie debiera echar las campanas al vuelo, las
mismas encuestas que, por cierto, dan a Vox y a Ciutadans un escaño en Europa,
apuntan que se puede obtener el dramático record de un 58´4% de abstención,
evidenciando hasta qué grado está harta la gente de los partidos políticos, de
sus cúpulas dirigentes y de su forma de hacer política.
Y entretanto las “movidas” en la calle. Las protestas por
la ley del aborto que propugna Gallardón han llegado incluso a las puertas de
la Convención para que el ministro les diga que “Ni un grito me hará abdicar”,
al tiempo que incluso algunos barones peperos han manifestado sus discrepancias
con dicha ley, mientras que varias activistas de FEMEN con su pechos al
descubierto se presentan ante Rouco diciendo que “el aborto es sagrado”, lo
que, al margen de lo que piense cada uno, demuestra la intolerancia de
semejantes activistas y sus pretensiones desorbitadas ya que, elevar a “sagrado”
el aborto no entraría dentro de sus competencias, usurpando así la de quien,
como miembro de la Iglesia, tendría en todo caso, en el ámbito de la misma, la
potestad de hacerlo.
Quien sí tiene la competencia de entender sobre el
indulto de Garzón es la Fiscalía, que se opone al mismo (como debiera oponerse
a casi la totalidad de los que lo solicitan) por considerarlo injusto y además
ver “muy bien fundamentada” la solución del Supremo que lo condenó por
prevaricación.
Y para terminar, el problema ucraniano cada vez se pone
más complicado ya que Rusia no tiene reparos en manifestar sus discrepancias
con EEUU y la UE, mientras que el mismísimo Kerry, que, por cierto, presiona a
Israel para que avance en el proceso de paz en Oriente Medio, dice ver
oligarquías corruptas en el Este. Al final el pueblo ucraniano a pagar los
platos rotos. Todo ello mientras que actas secretas del FMI desvelan que tanto
Berlín como París incumplieron sus promesas sobre el rescate de Grecia.
Menos
mal, diría Rajoy, que pudimos salir de la amenaza de rescate y pude impedir que
me lo impusieran sí o sí, mientras todos esperaban que se produjera de un
momento a otro. Tal como dejó Zapatero el tema….. Y Rubalcaba le contestaría
que Rajoy no ha impedido nada, ni es mérito suyo, ya que ha sido la evolución
de la política monetaria europea la que ha venido a salvar la situación y a
Rajoy. Juzguen ustedes quién tiene razón, pues siempre las medias verdades
suelen ser peor que las mentiras. Por lo menos son más hipócritas.
Jorge Cremades Sena
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