Parece ser que, al final, Yanukóvich claudica
ante una imparable protesta de buena parte de los ucranianos que al grito
“estamos dispuestos a morir” dejan bien claro hasta donde están dispuestos a
aguantar mientras decenas de sus compañeros son abatidos delante de sus
narices. Tras las últimas jornadas sangrientas, la noticia de última hora de
una especie de acuerdo para celebrar elecciones anticipadas antes de finalizar
el año, para volver a la anterior Constitución que limita los poderes del
Presidente y, entretanto, para formar un gobierno de coalición, es un alivio
sin duda no sólo para los ucranianos sino también para la comunidad
internacional que contemplaba atónita el germen de una guerra civil. Toquemos
madera, pues, a pesar del anunciado acuerdo, los intereses en juego son tales
que al menor descuido puede regresar de nuevo la violencia. Nadie se fía de
nadie, otras treguas de estos días han sido incumplidas, mientras se sacaba el
ejército a la calle para reprimir al pueblo a pesar de las advertencias de EEUU
y la UE de que el conflicto había que zanjarlo con medidas políticas y no
violentas. Si Yanukóvich desencadenó el conflicto al no querer firmar el
esperanzador acuerdo (al menos para los ucranianos occidentales) con la UE y
claudicar ante los intereses de Rusia, contentando a los ucranianos orientales
(prácticamente rusos culturalmente y por intereses económicos), el conflicto
civil estaba cantado. Ahora queda por ver cuál será su desenlace tras las próximas
e inminentes elecciones.
Asimismo en Venezuela se viven momentos difíciles. Obama,
al igual que con Ucrania, pide a Maduro que libere a los detenidos en las
manifestaciones y que atienda a las necesidades de su pueblo, resolviendo los
problemas mediante el diálogo. La militarización del Estado de Táchira y el
reconocimiento de Maduro de las dificultades que tiene para controlar el orden
público, aconsejan más que prudencia si se quiere evitar un baño de sangre que
desgraciadamente ya ha provocado las primeras víctimas. La amenaza de Maduro de
imponer el estado de excepción, de mantener presos a líderes de la oposición o
de cualquier otra medida represora, sólo puede empeorar la situación en una
Venezuela dividida entre los partidarios del chavismo y una oposición a la política
populista que Maduro pretende perpetuar, dictada, según él, desde la ultratumba
por el mismísimo Chávez que le envía mensajes a través de un pajarito y se le
aparece donde menos te lo esperas. En fin, un verdadero drama que en cualquier
momento puede convertirse en tragedia.
En cuanto a España se refiere, Gobierno y oposición
siguen enfrascados en las refriegas derivadas de los sucesos de Ceuta. Pero no
para intentar aportar soluciones conjuntas a la tragedia de la inmigración (Ver
artículo “Inmigración, SOS” en Blogs Ojo crítico, http://jcremadesena.blogspot.com.es/,), sino
para saber quién de los dos gestiona peor y de forma más inhumana, es de lo que
se acusan, la protección de la frontera. Mientras el Gobierno del PP defiende
la actuación de la Guardia Civil, el PSOE y el resto de la oposición, sin
criminalizar a la Benemérita (sería demasiado), se enredan en lenguajes
confusos y culpan a los responsables políticos que dieron la orden de usar
material antidisturbios, incluidas las pelotas de goma. Los voceros de unos y
otros se posicionan en este interesante debate sobre las “pelotas” (que si los
inmigrantes fueron tiroteados en el agua, que si sólo fue con efectos
disuasorios y al agua, que si la Guardia Civil ocultó en sus informes los
disparos, que si rescató a 9 inmigrantes…..), para que el colofón sea la
publicación de un informe del anterior gobierno socialista (exigido seguramente
por los que entonces eran oposición) que, sobre otro incidente fronterizo, dice
textualmente “las Fuerzas del Cuerpo tuvieron que emplear material
antidisturbios –pelotas de goma y defensas- llegando al contacto físico en
numerosas ocasiones, debido a la actitud de resistencia y desobediencia de los
inmigrantes”. Fin de la cita, como diría Rajoy, que demuestra la invalidez de
este debate absurdo sobre “las pelotas” para mayor gloria de las opciones
políticas minoritarias que todavía no han gobernado, pero que tampoco dicen
cómo resolverían un asunto tan complejo en caso de que gobiernen. Mientras
tanto, justo hoy se publican las grabaciones de los incidentes para
tranquilidad de todos, así como la noticia del rescate por parte de la Guardia
Civil de diez inmigrantes a punto de morir ahogados al intentar entrar en
Melilla. Entretanto, secuestro total de un debate público y serio sobre
inmigración; a lo sumo, las nuevas propuestas del Gobierno de reforzar la
frontera, de extender el espigón algunos metros más, de legalizar la devolución
de inmigrantes a Marruecos en caliente y poco más, para que, en
definitiva, todo siga igual….o peor.
También se han hecho públicas las declaraciones que hizo
la Infanta Cristina ante el juez Castro, destacando varios centenares de
respuestas evasivas, como es su derecho, como imputada desde el punto de vista
penal. Cuestión distinta es la variable social en la que cada cual opinará,
según sus entendederas y sus intereses, como le venga en gana. Entretanto su
padre, el Rey, mediando ante su amigo, el rey de Arabia Saudí, para disipar las
inquietudes sobre el retraso de las obras del AVE a La Meca, por la que tanto
intercedió Juan Carlos para que se la adjudicaran a empresas españolas, un
gesto, sin duda, que agradecerá la ministra Pastor. Y, su hermano, el Príncipe Felipe,
invita a Mas a cenar en Barcelona, aprovechando su estancia para reunirse con
empresarios que respaldan el “no” al soberanismo; un gesto valiente, criticado
por unos y alabado por otros, pues como dice el refrán “lo cortés no quita lo
valiente”. Además en el Congreso, ocho de cada diez diputados, han votado en
contra del plan secesionista de Cataluña, incluido Rubalcaba, aunque avise
después que no lo volverá a hacer pues la fórmula no es presentar una serie de mociones
como la de UPyD, disimulando así la rebeldía del PSC que de cara a las europeas
contempla el “derecho a decidir” poniéndoselo cada vez más complicado a
Valenciano como cabeza de lista.
Y en Euskadi se escenifica lo que para unos es una farsa
y para otros un nuevo capítulo del desarme de ETA. Los “verificadores”
internacionales que, según el Gobierno, maldita falta hacen, harán pública una
propuesta de desarme de ETA, que hará un comunicado al respecto. Algunos ya
especulan que exigirá entregar las armas en un país neutral y a cambio de impunidad;
otros que lo hará de forma unilateral y sin condiciones, mientras los ministros
de Interior francés y español exigen la disolución de la banda y punto, concluyendo
el español que “el Gobierno no contribuirá al teatro de ETA”. Mientras tanto,
el ex etarra Wily dirige las reuniones para desestabilizar el gobierno de UPN
en Navarra, mientras la efímera comisión de investigación constituida al efecto
agota los escasos días que le han dado para que haga un dictamen exhaustivo
sobre los presuntos delitos cometidos por la vicepresidenta. Todo un récord sin
precedentes.
Y, por supuesto, es un récord histórico la vertiginosa rapidez del senador y diputado madrileño popular, Paco Granados, de
dimitir de sus cargos y dejar la actividad política tras publicarse la
existencia de una cuenta en Suiza a su nombre, mientras, al parecer, Hacienda
ya está investigando el asunto. Tras admitir la existencia de la misma, aunque,
según él, con dinero conseguido antes de estar en política, ha bastado un
debate de dos días sobre fechas de la vigencia de dicha cuenta, para que
Granados, famoso político y, si cabe, famoso tertuliano televisivo, abandone la
política, desencadenando un océano de especulaciones. Como dice él, si te
quedas, malo, si te vas, peor ya que muchos lo achacarán a que se declara
culpable. No sabe que lo malo y lo peor es tener la cuenta en Suiza y, a la
vez, ser un cargo político. En todo caso estamos tan poco acostumbrados a
conjugar el verbo dimitir en España que hay que agradecer a Granados que lo
haya conjugado tan rápido y conciso. Un acierto sin lugar a dudas. Ahora sólo
queda que la Justicia siga su camino y aclare lo sucedido para exigir las
responsabilidades pertinentes. Las políticas ya las ha saldado.
Jorge Cremades Sena
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