Tras algunos
meses de cierto sosiego, después de la mascarada del falso referéndum
independentista de Artur Mas, de nuevo resurge la pesadilla independentista
catalana con la nueva hoja de ruta pactada por el President de la Generalitat y
ERC, que, según Unió “no va a ninguna parte”. Y no le falta razón al socio de
CDC que, aunque tarde, reacciona ante la antidemocrática iniciativa
independentista, que, en todo caso, promoverán más de 700 alcaldes de la
Asociación de Municipios por la Independencia, apostando por el Estado Catalán
el 24-M, para ir calentando motores ante las previsibles elecciones catalanas
del 27-S, en las que si ganan los defensores del independentismo, aunque sea
por un voto, tal como dice Junqueras, se ejercería la independencia desde “el
primer día”. Ordeno y mando. Para ello, esta Asociación de Municipios por la
Independencia, que representa al 36% de los catalanes, propone jurar fidelidad “al
Parlament” para “ejercer la autodeterminación” (a la que ni nacional ni
internacionalmente tiene derecho Cataluña, como otras tantas regiones europeas),
lástima que no propongan jurar fidelidad, como demócratas, a las Cortes
Generales y al resto de instituciones del Estado de Derecho Español, que
amparan, entre otras cosas, la autoridad municipal y no precisamente para ir a
ninguna parte o directamente al caos. Y, para que no falte de nada, Urkullu
está decidido a reinsertar a los etarras sin necesidad de arrepentimiento
alguno, a lo sumo, sólo una especie de “autocrítica”, que las víctimas tachan
de “locura” y piden que no se premie a los verdugos. En efecto, el plan de
Urkullu contempla ayudas legales y subvenciones a la vivienda (en definitiva,
casa y trabajo a los etarras) una vez que abandonen la cárcel, una especie de
plan de reinserción de presos pese a no tener competencias para ello el
Gobierno Vasco, por lo que el Gobierno de España avisa al lendakari de que no
puede conceder ningún tipo de beneficio penitenciario. Todo un ejemplo, tanto
lo de Cataluña como lo del País Vasco, de lo que no se puede, ni se debe hacer
en un Estado de Derecho democrático… pero, ya ven, España es diferente.
Y en esta España
diferente Rajoy convoca al PP en pleno para hacer frente a las dudas sobre su
estrategia, ya que la Dirección Nacional, es decir, los 600 dirigentes de la
Junta Directiva popular, se reunirá por primera vez en dos años para reforzar
la estrategia electoral tras la debacle en Andalucía, pues como admiten algunos
de ellos, como Núñez Feijóo, por ejemplo, el partido “debe hacer autocrítica”,
siendo obvio que algunas cosas se han hecho bastante mal. Entretanto se aplaza
el juicio a la cúpula de la Gürtel hasta después de las municipales, lo que no
le viene nada mal al PP, al igual de lo que sucedió al PSOE andaluz con la
convocatoria por parte del Supremo a Chaves y Griñán para después de las
andaluzas. En fin, casualidades de la vida, ¿o no?
También cabe destacar
que Jordi Pujol Ferrusola es el “gestor en la sombra” del Puerto de Tarragona
(una cosa más del controvertido personaje); que la Generalitat de Cataluña
quiere vender los datos sanitarios de los pacientes de la sanidad pública
catalana (manifiesta polémica sin lugar a dudas); y que se dicta prisión para
la madre de los gemelos yihadistas, que serán internados seis meses, mientras
que se crean escuelas de imanes para frenar la yihad mediante un programa
formativo a líderes religiosos musulmanes moderados en España (el problema no
es el islamismo, como cualquier otra religión, sino el fanatismo religioso). Y,
a pesar de todos los pesares, en esta España diferente el sector turístico
confía en batir su récord durante este puente festivo, favorecido por la mejora
del clima económico interno (así como el atmosférico) y la seguridad que ofrece
nuestro país frente a las turbulencias del norte de África (en fin, no hay mal
que por bien no venga).
En cuanto a noticias
del exterior, las sanciones complican el pacto de EEUU con Irán en el último
minuto, siendo prorrogadas de nuevo las negociaciones sobre un esperado acuerdo
histórico EEUU-Irán para frenar el programa nuclear iraní, lo que tiene a todos
los ojos del mundo puestos sobre Lausana, lugar donde se desarrollan las
esperanzadas negociaciones. Además, mientras Palestina ingresa en la Corte
Penal Internacional y amenaza con denunciar a Israel, el Estado Islámico toma
un campo de refugiados palestinos a las puertas de Damasco. Y, entretanto, los
directivos de Lufthansa se niegan a responder sobre la depresión del copiloto,
el Vaticano levanta el secreto bancario como ejercicio de trasparencia, y,
mientras la UE pide más reformas a Grecia, los griegos protestan en la calle
por las promesas incumplidas por el Gobierno de Tsipras.
Jorge Cremades Sena
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