Nada peor
para los partidos políticos que dar una imagen de división interna ante la
opinión pública, pues, al fin y al cabo, los ciudadanos, que han de votarles,
dudarían al hacerlo, pues, si son incapaces de arreglar sus propios problemas
internos, cómo pueden ser capaces de arreglar los problemas de los ciudadanos.
Por ello precisamente, Felipe González, consciente de la imagen de división que
da el PSOE, en la clausura de la Conferencia Municipal socialista, celebrada en
Madrid, tras reconocer públicamente ante Pedro Sánchez que no le apoyó ni le votó
en las primarias, le expresa ahora todo su apoyo y respaldo por “la cultura de
partido”, es decir, por un principio
básico consistente en que, siendo lícita la lucha democrática interna, una vez
elegidos democráticamente los proyectos, los programas, los liderazgos y los
candidatos, lo que procede es que todos los militantes, absolutamente todos
(desde el más conocido y popular hasta el que acaba de llegar y nadie le conoce),
se pongan a trabajar y arrimen el hombro para convertir dicho proyecto en
ganador y dicho liderazgo en consistente y sólido para dirigirlo. Bien pues por
Felipe por este gesto. “Apoyaré a Pedro Sánchez hasta el final”, que muchos
interpretan como un mensaje a Susana Díaz, es lo que, de momento, han de hacer
todos los militantes y por ello, Felipe, además de prestarle su incondicional
apoyo, pide un cierre de filas en el PSOE, para que se una en torno a su
Secretario General. Nadie pone en duda que, desde hace ya demasiados años, las
luchas cainitas entre los socialistas son una de las causas de su penosa
situación actual y por ello, el gesto serio de Zapatero, que no fue invitado a
subir a la tribuna para hablar en dicha clausura, se me antoja poco acertado; y
eso que es pública y notoria mi discrepancia casi absoluta con la trayectoria
de ZP, con sus ocurrencias y despropósitos y con su ceguera en la torpeza a la
hora de elegir a sus colaboradores (a las pruebas me remito), pero lo cortés no
quita lo valiente y hoy, todos los zapateristas, debieran volcarse públicamente
con Sánchez para superar los difíciles retos que el PSOE tiene por delante.
Entretanto, mientras
todos los partidos apuestan por sus líderes para intentar romper el empate
electoral que vaticinan las encuestas, Alberto Núñez Feijóo, Presidente de la
Xunta de Galicia, dice, refiriéndose a su partido, el PP, que “estamos pagando
los errores que hemos cometido”, lo que, no está nada mal, pues lo peor que
puede suceder a cualquier partido es no hacer autocrítica. Y eso que Draghi, el
Presidente del BCE, pone como ejemplo las reformas de España, ensalzando las
medidas ante grandes ejecutivos europeos, en tanto que hay un clamor de los
empresarios contra la rigidez del mercado laboral. Y, hablando de la UE, Rajoy
ya ha cerrado que Guindos presida el Eurogrupo, cuyo nombramiento se materializará
en junio, antes de las vacaciones, estando mientras tanto el Presidente español
negociando que pueda seguir como ministro hasta acabar la legislatura, que, en
todo caso, sería lo más sensato por el poco tiempo que queda para el inicio de
la siguiente legislatura.
En cuanto a otros
asunto se refiere cabe destacar que Interior, por alerta yihadista, blinda la
ciudad de Barcelona ante la cumbre antiterrorista que se celebra en la Ciudad
Condal; y que el juez Ruz inicia su última semana en la Audiencia donde deja
una profunda huella por su labor, pero el magistrado ha de regresar a su plaza
en Móstoles. Por cierto, ya que hablamos de jueces, no puede faltar mencionar
asuntos de corrupción, que en el día de hoy, les toca a los Pujol, pues, mientras
Hacienda ve delito en Oleguer por su fortuna en Andorra, considerando que
defraudó más de 120.000 euros al tener un “incremento de patrimonio no
justificado”, se publica que su hermano Jordi, entre sus otras supuestas
fechorías, medió ante el Secretario de Artur Mas en favor de una empresa y la
Generalitat adjudicó a la sociedad un contrato de 44.625 euros. En fin, nuevos
capítulos de la interminable saga familiar.
Y en noticias del
exterior, cabe destacar que Hillary Clinton aspira de nuevo a ser la presidenta
de EEUU, siendo ya la favorita entre los demócratas, y arranca su carrera a la
Casa Blanca, manifestando como candidata por su partido: “Yo quiero ser la
defensora de los americanos”. Como contraste, otra mujer no atraviesa sus
mejores momentos; se trata de Dilma Rousseff, la Presidenta de Brasil, cuyos
compatriotas vuelven a las calles protestando contra sus políticas.
Por lo que respecta a
los deportes, mientras Marc Márquez comienza su recital, firmando la primera
exhibición del año en MotoGP, y Hamilton reina en Fórmula 1 con su segundo
triunfo en tres carreras, el mejor tenista español de la Historia, Rafa Nadal,
confía en superar su actual bache deportivo, aunque lleva toda la razón cuando
manifiesta “debo estar tranquilo, mi carrera ya está hecha”; en efecto, una
carrera brillante se mire como se mire.
Jorge Cremades Sena
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