Con total
seguridad, tal como está cantado, Artur Mas pondrá hoy mismo punto y final a
una corta y fallida legislatura que, salvo el ruido soberanista, ha servido
para bien poco ya que, lo que se dice gobernar y administrar los recursos en
beneficio de los ciudadanos españoles, en este caso los catalanes, se ha hecho
bien poco. Mas convoca hoy mismo unas elecciones autonómicas, como es su
competencia democrática, que pretende utilizar como un plebiscito
antidemocrático, como es su costumbre, mientras que en este segundo mandato no
ha logrado un solo traspaso de competencias ni mejorar un ápice la situación
social y económica de los catalanes. Y, rota la histórica coalición de CiU,
mientras su partido, Convergencia, llama a una participación masiva para forzar
a Europa a intervenir, Ramón Espadaler, candidato de Unió a la Generalitat,
afirma rotundo que “no se puede negociar con una declaración de independencia
en la recámara” y que “Unió no votará una declaración de independencia”. Sin
embargo al president, que ni siquiera encabeza la lista unitaria plebiscitaria,
todas estas cuestiones le traen sin cuidado, acostumbrado a que el Tribunal Constitucional
le haya tumbado un decreto soberanista cada mes y medio, es decir, acostumbrado
a gobernar (o mejor desgobernar) al margen de la ley como si de un político
totalitario se tratara, pues éstos son quienes suelen convocar plebiscitos, no
legales en los países democráticos como es el caso. No obstante Artur Mas, que
sabe perfectamente lo anterior, se cuidará en la convocatoria de hacer
cualquier mención a su pretendido plebiscito (que no referéndum, usado para
asuntos puntuales, pero no para elegir representantes democráticos), recurriendo,
una vez más a la trampa y al engaño a los ciudadanos como viene haciendo a lo
largo de toda su trayectoria política. Por ello, dicha lista unitaria
plebiscitaria, es atípica de arriba abajo, encabezada no por quien supuestamente
se convertiría en president futuro de la Generalitat, que, al parecer, le han
prometido a él, que ocupa el número cuatro de la misma, y compuesta por un
heterogéneo abanico ideológico (desde la izquierda radical a la derecha
conservadora) que sólo tiene en común el objetivo de proclamar la independencia
de forma unilateral y antidemocrática, ya que les sería imposible hilvanar un
mínimo proyecto social y económico viable para el inmediato futuro de Cataluña
que, como ven, es lo que menos les importa. En fin, la lacra separatista sigue
su curso.
También sigue su curso
el “caso Rato” del que el Director General de la Agencia Tributaria confirma
que ha enviado otro informe al juzgado mientras investigan miles de documentos,
afirmando, por si había alguna duda, que “por supuesto que Hacienda se ratifica”
en dicho caso ya que han trabajado “en este asunto desde hace mucho tiempo”,
que “no hubo precipitación” y que lo hacen “con independencia y profesionalidad”.
Y para desmentir a quienes apuntaban a una especie de inquina especial contra
las malas prácticas de Rato por parte de sectores contrarios a él dentro del
propio PP y de la administración, el Director añade que “en el registro, la
Jefa de la Oficina Antifraude ofreció a Rodrigo Rato que no bajara porque había
muchas cámaras” y que “fue él quien decidió hacerlo”, lo que, de ser cierto,
desmentiría la versión de quienes mantienen que a Rato se le hizo una especie
de encerrona, con luz y taquígrafos, en vez de una investigación en toda regla
de sus supuestas turbias andanzas. En todo caso, esperemos que la Justicia caiga
con toda contundencia contra este tipo de personajes, al margen de su currículo
personal y profesional, para que paguen por las supuestas irregularidades o
actividades delictivas en las que hayan podido incurrir. Al final, esto es lo
realmente importante, al margen de las circunstancias coyunturales que se
puedan dar durante la investigación judicial o de los intereses que tengan unos
u otros en magnificar o empequeñecer cada uno de estos intolerables supuestos
casos de corrupción.
E intolerable es la
situación que sufren demasiadas mujeres a consecuencia de la violencia de
género, poniendo los pelos de punta la publicación de lo sucedido a Sara que al
final acabó con un “suicidio de género”. La citada víctima escribió, antes de
tirarse por la ventana: “Mi vida estaba en sus manos, señora jueza. Hace tres
meses lo intenté con pastillas y hoy espero irme de verdad. Christian me robó
todo. Él ganó”…. Todo ello tras 19 denuncias, dos órdenes de protección, nueve
meses de cárcel de su agresor y miles de mensajes de acoso. ¿No es
espeluznante? Algo, como decía ayer a propósito de este asunto y refiriéndome a
las victimas menores de violencia de género a manos de sus padres, algo debemos
estar haciendo muy mal. No vale la excusa de que contra un loco poco se puede
hacer, lo que no deja de ser en parte cierto, y, de ser así, habría que
legislar de forma rotunda sobre el destino de semejantes monstruos. Y luego nos
quejamos, por ejemplo, de la prisión permanente revisable que, supuestamente,
estrenará el monstruo que acaba de degollar a sus dos hijas de cuatro y nueve
años mientras disfrutaban (es un decir) con su padre gracias al régimen de
visitas establecido y, finalizado el periodo de estancia con él, debía entregar
a las niñas a su madre.
Y una noticia curiosa,
los 26.000 teléfonos públicos que quedan en España (quién lo diría) comenzarán
a desaparecer el próximo año, con lo que la última cabina de España está al
caer. Para quienes tenemos ya cierta edad no deja de ser una noticia, además de
curiosa, interesante ya que, como otras tantas sobre otros asuntos, pone en
evidencia los cambios experimentados en nuestro país a lo largo de nuestra
existencia personal.
En cuanto a noticias
del exterior cabe citar que el buen tiempo intensifica la presión migratoria
sobre Europa (sin que se establezca un plan global para afrontar el problema);
que Obama lanza un plan más audaz contra el cambio climático y EEUU impondrá
por primera vez límites a las emisiones contaminantes de plantas energéticas
(ya era hora); que los moderados de Israel se levantan contra los radicales (la
lucha eterna y eternamente perdida mientras la comunidad internacional no
intervenga de forma contundente); y que en Caracas, según ha experimentado un
periodista a propósito entre amenazas de los chavistas, hay que dedicar once
horas para comprar carne, hacer colas interminables ante farmacias y
supermercados vacíos… en tanto que la oposición (menos la que está presa por
razones políticas) convoca una marcha contra el hambre (y todo ello en un país
rico pero pésimamente gobernado).
Por lo que se refiere
al deporte, mientras Nadal se impone a Fognini en una dura batalla y logra en
Hamburgo su tercer título del año, la sombra del dopaje acecha al atletismo
mundial, ya que más de cien medallistas olímpicos están bajo sospecha a menos
de tres semanas del Campeonato del Mundo.
Jorge Cremades Sena
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