Al
estilo de Artur Mas, con sólo siete meses de polémica gestión, Tsipras, el
populista Primer Ministro griego, dimite y, probablemente, provoca la
convocatoria de nuevas elecciones anticipadas, tras reconocer que “no logramos
todo lo que prometimos al pueblo”, aunque lo más acertado sería decir que no
lograron nada de lo que le prometieron, una entelequia demagógica inviable,
para acabar haciendo precisamente todo lo contrario tras varios meses de
intentar imponer su locura populista y llevar a Grecia desde la crisis a la
ruina más absoluta. En todo caso, Grecia inicia ahora una nueva andadura con el
tercer rescate y este barniz de realismo de Tsipras, quien anuncia que se
presentará a las elecciones de nuevo para que los griegos decidan “quien debe
negociar” con Europa “a partir de ahora” en un claro desafío a los díscolos de
su propio partido que se negaron a respaldar el tercer rescate, mucho más duro
que el que antes el propio Tsipras había instado a rechazar en referéndum para
claudicar después y actuar contra lo que el pueblo griego a instancias suyas
había decidido. Así, con la dimisión, Tsipras mata dos pájaros de un tiro; de
una parte, una vez consolidado el rescate, pretende liderar su gestión viable
como Primer Ministro ya que los partidos tradicionales tienen pocas
posibilidades de ganar las elecciones por el desprestigio acumulado; y, de otra
parte, pretende hacerlo presidiendo un gobierno fuerte, incuestionado por su
propio partido, mediante el lógico reforzamiento de su liderazgo interno frente
a los disidentes que quedarán relegados como reliquias de la inviabilidad
política gubernamental. Tsipras, de forma astuta, dimite y no tiene reparos en
reconocer de algún modo el fracaso del populismo griego e incluso europeo ante
la rebelión interna de su propio partido e incluso se permite sentirse
“orgulloso” de las condiciones del rescate porque “han salvado a Grecia” y al
final “hemos hecho lo que hemos podido”. Atrás, muy atrás, quedan las
demagógicas propuestas con que ganó Syriza las elecciones; se las deja a los
disidentes como Varoufakis y compañía.
Y
ya que estamos en asuntos del exterior, cabe destacar además que China admite
que en Tianjin hay 365 veces más cianuro que lo normal; que Rumanía adelanta al
lunes la vista para la extradición de Sergio Morate, presunto asesino de Marina
y Laura; y que cuatro hermanas sufren una ablación al ir de vacaciones a Mali,
por lo que Fiscalía de menores del País Vasco, donde residen, investiga los
hechos denunciados por la mayor de ellas de tan sólo 14 años.
En
cuanto a noticias en España destaca mediáticamente la muerte de Lina Morgan en
Madrid a los 78 años, tras estar casi dos convaleciente; descanse en paz.
Asimismo cabe destacar que el Gobierno alerta a las CCAA que dan sanidad a los
sin papeles, por lo que amenaza con multas la restitución de la asistencia en
cuatro de ellas: Aragón, Comunidad Valenciana, Baleares y Cantabria; que el
cantante Diego El Cigala en su noche más amarga emociona en un concierto horas
después de la muerte de su mujer, tal como ella quería; que Rajoy asume
finalmente el fracaso de Wert y corta las ayudas al castellano en Cataluña; que
el testaferro de Rato vuelve a prisión ante el peligro de que elimine pruebas;
y que la asistencia a los toros repunta un 4% en pleno acoso de los radicales.
Entretanto, Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, dice que “si el TC
estima el recurso, reformaremos la Ley del Aborto”, la cuestión es ¿qué hace el
Constitucional sin pronunciarse de una vez por todas sobre asunto tan importante?
Jorge Cremades Sena
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