Después de tres años de la retirada de las
tropas norteamericanas de Irak Obama bombardea de nuevo el territorio iraquí.
En efecto, aviones de EEUU atacan objetivos yihadistas en el norte del país. Es
la primera operación militar de EEUU en Irak desde 2011, con el resultado de 45
yihadistas muertos, y, según las declaraciones del presidente norteamericano,
no será la última operación ya que el problema del levantamiento yihadista “no
se puede resolver en unas semanas”. Por tanto, el asunto va para largo y Obama
lo justifica como prevención de un “genocidio” y como protección de minorías
religiosas acosadas por los radicales islamistas, afirmando tras el ataque que
“no vamos a dejar que los yihadistas creen un Califato en Siria e Irak”. Más
bien cabría decir que no consentirán que lo consoliden, pues, lo que se dice
crearlo, ya lo han creado en terrenos sirios e iraquíes, desestabilizando más
aún la ya desestabilizada región. Entretanto, tras la estela del bombardeo, los
kurdos emprenden una ofensiva contra los yihadistas del Estado Islámico, recién
autoproclamado Califato, confirmando además la llegada de nuevo armamento para
hacerles frente pero sin detallar la procedencia del mismo. Y mientras, Obama
reitera la denuncia del citado “genocidio” contra los yazidíes, un pueblo al
que el nuevo estado islámico tiene en el punto de mira por considerarlo
“adorador del diablo”. Como ven, los diablos campan sueltos a sus anchas y la
yihad o guerra santa avanza, no sólo en Oriente Próximo, demostrando su
intransigencia e intolerancia infinitas y usando incluso como esclavas sexuales
a las mujeres que recluta en otros países, como en España, para ser enviadas a
las zonas de conflicto. Y mientras, la niña yihadista detenida hace días junto
a otra joven ya mayor de edad, justo cuando se disponían a partir a las zonas
de conflicto, sin chat ni velo integral inicia en España un programa de
reeducación, única forma de arrancarle los diablos de su mente, que es donde
realmente están.
En cuanto al escándalo de los Pujol, sigue avanzando la
investigación. La juez le reclama el testamento de su padre (que desconocía
hasta la propia hermana del ex president) y pide a Andorra y Suiza los datos
bancarios de la familia, mientras Hacienda le cita para que le dé explicaciones
y ERC, desmarcándose hábilmente del tema, le insta a que comparezca para darlas
en el Parlament, en sintonía con la oposición en su conjunto. Crudo lo tienen
los Pujol a pesar de que Mas, que manejó más de 2.000 millones de obra pública
a las órdenes del patriarca, no diga ni esta boca es mía y lo circunscriba todo
a un mero asunto familiar. Por lo demás, mientras la banca europea está alerta
por el empecinamiento independentista catalán, manejando informes sobre el
“boicot popular” y la “fuga de depósitos” que sufrirían las entidades de
Cataluña y temiendo el colapso financiero por la falta de crédito, Vargas Llosa
afirma rotundo que “no hay una mayoría de catalanes que quiera separarse”. No
lo sé, pero, en todo caso, y según las encuestas, de ser mayoría, se trataría
de una mayoría claramente insuficiente para apostar sólidamente por un
independentismo aunque éste, como en Escocia, fuese legal y posible desde el
punto de vista constitucional. ¿Dónde quedarían los derechos de la inmensa
mayoría de los españoles y de la mitad de los españoles catalanes?
Entretanto
el Banco de España, que cede soberanía al BCE, mantiene sus estructuras, pues
la reestructuración del sector financiero le ha pasado de largo. Y, hablando de
financiaciones, Rajoy descarta, en pleno guirigay soberanista, la reforma de la
financiación autonómica: “Ahora no es posible cambiar la financiación
autonómica”, dice rotundo tras la Audiencia con el Rey en Mallorca. A buen
entendedor con pocas palabras basta y, obviamente, pensará Rajoy, en tiempos de
tribulación no hacer mudanza.
En todo caso, sobre las posibles mudanzas, nada mejor que
ir pulsando la opinión de los españoles, quienes, en definitiva, deciden al
final cuales debieran aplicarse y quienes deben hacerlo. Al menos que, cuando
llegue el momento de decidir, no les pille de sorpresa a los candidatos. Y hoy
por hoy, según la encuesta de Metroscopia, hay una mayoría de ciudadanos que ve
en Podemos un verdadero cambio pero no una alternativa real de gobierno, aunque
quedaría catapultada como tercera fuerza política con el 10% de los votos,
igual resultado que la encuesta de hace dos meses de NCReport, que ahora
sostiene que, en todo caso, sólo el 18´7% de los españoles quiere que Podemos
llegue al Gobierno, que menos de la mitad de los votantes conoce su programa
(yo diría que el suyo y el de los demás partidos) y apenas un tercio de los
encuestado defiende las recetas que propone. Se entiende que la portavoz de
Podemos, Carolina Bescansa, diga que “estamos condenados a entendernos y crear
una mayoría política”, refiriéndose a “todos los que están contra la política
de recortes, contra seguir a pies juntillas a la Troika y contra la impunidad
de los corruptos”. Es decir, contra la UE, la globalización y las corrientes
económicas que practican los países más desarrollados del mundo, para
apuntarnos a una autarquía que nos llevaría inevitablemente, en caso de ser
viable, a la miseria y la ruina, eso sí, muy repartida entre todos, salvo la
parte del león reservada a la “casta” dirigente, amparada por el control de la
libertad y la información, como ha sucedido y sucede en determinados modelos de
estados presentes y pasados. Parece más factible que la alternativa, cuando
toque, como en el resto de países desarrollados y de mayor bienestar social (a
pesar de todas las dificultades), se estructure en torno al nuevo PSOE,
regenerado y renovado con Sánchez (si es que va en serio) que, según un sondeo
de Metroscopia, remonta en intención de voto hasta conseguir un empate técnico
con el PP (32´3% para populares y 31´7% para socialistas) y que los demás (IU
con el 4´9%, UPyD con el 3´3%, en caso de que se confirmaran dichos resultados)
concierten con cualquiera de ellos una gobernabilidad tranquila, viable y sin
aventuras que sólo conducen al caos. A pesar del varapalo al bipartidismo,
entre todos los demás partidos ni siquiera suman los apoyos de cualquiera de
los partidos que han gobernado y liderado el periodo democrático con todas sus
luces, que son muchas, y con todas sus sombras, que también las hay.
Y en el asunto de la epidemia de ébola, lamentar el
fallecimiento de la hermana Chantal en Monrovia. El problema es bastante serio
y la OMS ha declarado la emergencia mundial y, como en otros países, en España
se han activado todos los protocolos de seguridad en puertos y aeropuertos para
prevenir contagios del virus, en tanto que en los países afectados, como en
Sierra Leona, los enfermos evitan los hospitales ante el miedo a contagiarse.
Aquí, los médicos ya disponen del “suero milagroso” estadounidense para tratar
al sacerdote ingresado en el Carlos III. Cada uno afronta el problemón con los
medios a su alcance y, por supuesto, con sus diferentes formas de entender la
vida, como quienes, a pesar de las carencias, deciden voluntariamente hacerle
cara con valentía extrema, como el agustino José Luis Garayuna, dedicado como
tantos otros a ayudar a los más necesitados, que dice desde Sierra Leona: “Me sentiría
un traidor si abandonara por el ébola”. Para que algunos, en caso de que se
contagiara como sucedió a Miguel Pajares, critiquen de forma indecente su
hipotética repatriación para ser atendido o escatimen en gastos para
conseguirlo.
Y, para finalizar, ya que estamos refiriéndonos a
determinadas miserias humanas (y no precisamente a las económicas), tres
asuntos repugnantes. El primero, la corrupción de los cursos de formación en
Andalucía, destapado a raíz de la denuncia de una deuda de sólo 50 euros
(bendita denuncia) interpuesta por una docente, poniendo al descubierto una
trama corrupta de cuidado que llega, de momento, hasta la imputación del ex
consejero Ojeda, cuyas empresas, muchas de ellas sin actividad, recibieron, en
sólo cuatro años, nada menos que 48´5 millones. El segundo el salvaje homicidio
de la arqueóloga y directora del museo de Nerja a manos de su novio, quien,
tras haberle dado 20 cuchilladas salvajes, tiene el cinismo de manifestar que
lo ha hecho en “defensa propia”. Y el tercero, aunque acaba con final parcialmente
feliz, el salvaje comportamiento de la dictadura argentina, como el de las demás
dictaduras, que ha tenido, entre otras, a la presidenta de la asociación
Abuelas de la Plaza de Mayo durante 36 años, buscando a su nieto, desde el
instante en que los militares asesinaron a su hija e hicieron desaparecer a él;
casi cuatro décadas de angustia y desesperación que finalizan con el
reencuentro entrañable entre nieto y abuela, desgraciadamente otras abuelas
tendrán que seguir indagando dónde llevaron a sus nietos, tras haber asesinado
a sus hijos.
Jorge Cremades Sena
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