Justo
cuando finaliza a nivel nacional la legislatura más difícil y complicada de
toda la democracia probablemente, en la que España cambió de Rey, superó la
quiebra económica, vio emerger nuevas opciones políticas y no cedió al desafío
soberanista, Artur Mas, acorralado judicialmente por su presunto ilegal
proceder en el falso referéndum y por la presunta corrupción del famoso 3% en
el seno de CDC, que dirige, ofrece a la CUP, con tal de salvarse de la quema,
un “pacto por la rebelión”, consciente de que su situación política personal
está al límite del desastre total. Antonio Baños, número uno de la CUP, decía
hace unos días que “para obtener la independencia hay que montar un pollo
político y judicial” y desde su desvarío totalitario no va desencaminado ya que
es lo normal en cualquier proceso independentista unilateral que atente contra
la legalidad democrática establecida en el Estado de Derecho al que pertenezca
dicho territorio. En todo caso Baños no va desencaminado ni sorprende a nadie
ya que la CUP, antisistema y anti UE, tiene bien claro que sólo mediante
“pollos” de todo tipo, siempre convulsos y violentos, puede mantener su
totalitaria opción política en ámbitos democráticos como es el caso de España o
de Europa. Quien va desencaminado es Artur Mas, representante del Estado
Español en Cataluña, lo que le convierte en el primero en pagar el pato (los
demás no son gobernantes y, por tanto, no se convierten en traidores), y además
representante también, supuestamente, de una derecha liberal catalana, capitalista
y emprendedora pero genuinamente democrática (electorado al que traiciona de
forma torticera), al aliarse con la ERC de Junqueras, opción de izquierda
radical e independentista, y, por si tales contradicciones no bastasen, optar
suplicante ahora a un pacto del diablo por la rebelión con la CUP, es decir, un
plan de rebeldía planteado en tres fases concretas: desconexión con el Estado
Español, desobediencia a la legalidad democrática establecida y refundación de
CDC, supuestamente contaminada hasta las trancas por la corrupción. Una especie
de borrón y cuenta nueva con tal de salvaguardar su fracaso personal y el de su
esquizofrénico proyecto político totalitario. Pacto por la rebelión que la CUP
no está dispuesta de momento a suscribir con Artur Mas a la cabeza, pues si ERC
ya se ha contaminado suficientemente con la corrupción que políticamente
representa Mas y su partido sin decir esta boca es mía, la CUP no está
dispuesta a semejante contaminación y menos aún bajo el liderazgo de un Artur
Mas ya amortizado para los planteamientos independentistas totalitarios, por lo
que desde tan antidemocrático mundo sólo desean ya darle las gracias por los
servicios prestados.
Y como la realidad es
tozuda, por si alguien tiene la tentación de olvidarlo, la investigación del
“caso 3%” sigue dando sus frutos con nuevos descubrimientos. Hoy mismo se
publica, sin que nadie lo desmienta categóricamente como en todos los
anteriormente publicados, que son un montón, que un alto cargo de Artur Mas dio
obras con un sobrecoste de hasta el 80% o más; se trata, por ejemplo, de Josep
Antoni Rosell, uno de los detenidos por el 3%, que otorgó un proyecto de 1.100
millones a una empresa que después dirigió él mismo: se trataría del Canal
Segarra-Garrigues cuya adjudicación diseñó Rosell antes de dirigir el proyecto
desde la empresa privada. Y los sobrecostes a pagarlos el común de los
mortales, pues desde la famosa ocurrencia de aquella ministra socialista, de
cuyo nombre no quiero acordarme, de que “estamos manejando dinero público, y el
dinero público no es de nadie”, todas las tropelías que se hagan con lo público
a nadie hay que achacárselas ya que, ya ven, a nadie perjudicarían. En fin, sin
comentarios.
Entretanto Rajoy
vuelve a confiar en su gurú Arriola para el 20-D, tras haber sido relegado en
las autonómicas y en las municipales, pues el Presidente ha dado orden de que
se incorpore a la planificación de las elecciones generales y ayude al Director
de campaña Jorge Moragas. Por su parte, y siguiendo con la corrupción, dice
Alfonso Alonso, Ministro de Sanidad y nuevo líder de los populares vascos, que
“los casos de corrupción del PP son de épocas del pasado”, que “el Gobierno no
está dividido; el desgaste del PP es porque asumimos nuestras
responsabilidades” y que “sería absolutamente inaceptable que Rivera exigiese
la cabeza de Rajoy para pactar tras las generales”. Cierto que la corrupción es
del pasado lo que simplemente la convierte en añeja, pero no exenta de que sus
responsables paguen por ello, sean quienes fueren; como, al menos, Alonso ni
desmiente la corrupción ni achaca la investigación a un complot contra España,
como hace Mas en Cataluña, ni afirma que el dinero público no es de nadie y,
por tanto, alguien habrá sido perjudicado por su malversación, simplemente que
la investigación siga su curso y que los culpables, sean del pasado o del
presente, paguen por ello si se demuestra su culpabilidad, como cualquier hijo
de vecino. No tan cierto que el Gobierno sea una piña, al menos últimamente, ni
que el desgaste se deba, aunque también, exclusivamente por asumir
responsabilidades que, en todo caso, se podían haber asumido de otra forma o
haber explicado hasta la saciedad las razones por las que se asumían así, tanto
en lo que respecta a las medidas gubernamentales como a las que afectan a casos
de corrupción. Y más que cierto que sería inaceptable si gana Rajoy las
elecciones que nadie exija su cabeza para pactar posteriormente un gobierno popular,
no lo entendería absolutamente nadie, cuestión distinta es que se exijan
asuntos de ámbito programático a cambio de una gobernabilidad pactada.
Y mientras Defensa
busca en el mar a la desesperada a los militares desaparecidos tras el
accidente del helicóptero que tripulaban y Morenés informa a sus familias de
que los buzos no les encuentran, aunque tampoco se descarta un secuestro,
España pone fin a 14 años de misión militar en Afganistán, por lo que la
Vicepresidenta Sáenz de Santamaría recibe de manos del coronel García Parra, en
la localidad afgana de Herat, la bandera arriada después de tantos años de
participación española en la coalición liderada por la OTAN y EEUU contra la
guerrilla talibán.
Destacar además que el
fiscal del “caso López” denuncia una farsa judicial y huye de Venezuela; que
Argentina se dispone a elegir en las urnas al sucesor del kirchnerismo; y que
la Iglesia abre la puerta a estudiar caso por caso que los divorciados puedan
comulgar.
Jorge Cremades Sena
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