Mientras los
cuatro partidos con ciertas posibilidades de ganar las próximas elecciones del
20-D (PP, PSOE, C´s y Podemos) pugnan por conseguir el voto de centro, que
siempre ha propiciado la gobernabilidad de España, los dos tradicionales, PP y
PSOE, escenifican ante la ciudadanía una unidad irreal en medio de graves
disputas internas. En el PP se preguntan “¿cómo hemos llegado hasta aquí?”, al hacer
balance de una “semana negra” en la que pareció estallar todas las
discrepancias internas (crisis en el PP vasco, rifirrafe entre Montoro y
Margallo…), en tanto que otros ministro y líderes del PP defienden “el legado
de Rajoy” en medio de estas luchas internas, al extremo de que el Presidente ha
tenido que abroncar a sus ministros, advirtiendo que “estamos aquí para
trabajar”, apelando en Toledo a la unidad del partido frente a las
discrepancias manifiestas y asumiendo personalmente todo el peso de la campaña
ante el desánimo de los populares, por lo que tendrá actos públicos todos los
fines de semana mientras responde a sus detractores que “hemos cumplido y
podemos afirmarlo con orgullo”, echando mano de su gestión gubernamental como
principal argumento para que los ciudadanos le den la confianza para un segundo
mandato. Y en el PSOE, tras el polémico fichaje personal de Irene Lozano por
parte de Pedro Sánchez, que ha levantado con razón todo tipo de críticas
internas (no hay que olvidar que hasta hace cuatro días como miembro de UPyD
era el azote del bipartidismo y del partido socialista al que acusaba de forma
virulenta como un partido corrupto), desatando una verdadera tormenta política
en el partido al extremo de ausentarse los socialistas andaluces de la votación
para no apoyarla (Juan Cornejo, número dos de Susana Díaz, afirma con razón: “No
puedo votar a quien ha insultado a Andalucía y a miles de socialistas”), la
necesidad de demostrar a la opinión pública sensación de unidad posibilita que
Pedro Sánchez consiga finalmente en el Comité Federal el apoyo a su lista
electoral, tragándose los críticos sus razonables críticas, aunque,
soterradamente le acusen de blindarse en las listas por si pierde las
elecciones, con el argumento de que “el partido no es exclusivamente de los
militantes”, sin que nadie entienda qué aporta Irene Lozano, desplazando de las
candidaturas a otros socialistas que a las duras y a las maduras trabajan para
que su mensaje cale en el electorado, mientras tienen que soportar las
explicaciones de la tránsfuga de UPyD: “mi fichaje es la demostración de que el
plan de cambio del PSOE es real”… ya sabemos pues el motivo de su fichaje por
parte de Sánchez, la regeneración del partido que, sin personajes como Lozano
era imposible por lo visto.
Entretanto, mientras
el PP vasco ratifica por unanimidad a Alonso, que defendió un proyecto de “largo
alcance” desde la centralidad, tras los elogios habituales a su predecesora
Quiroga (cuestiones de cortesía), buena parte de militantes cualificados de
Podemos (aunque no el partido como tal) se suman a la marcha para pedir la
libertad de Otegi, quien prepara su candidatura manifestando que “necesitamos
un proyecto independentista nuevo, Cataluña nos está dando una lección de la
hostia”, con un proyecto consistente en copiar a la ANC y en la agitación
juvenil, por lo que pide seguir sus pasos: “Hay que coger a EIA, hay que coger
a los universitarios, hay que coger a su puta madre y decirles mirad chavales,
nosotros estamos aquí y vamos a empezar”. Es obvio que el impune proceso de
golpe de Estado catalán va calando en el resto de dirigentes políticos
totalitarios en otros territorios españoles, conscientes de que, como dicen los
líderes de la CUP, para conseguir sus objetivos antidemocráticos hay que “montar
un pollo” al Estado democrático. Por su parte Rajoy valora suspender la
autonomía de Cataluña por el pulso de Mas, contemplando el Gobierno la
posibilidad de activar el art. 155 de la Constitución para atajar “la
barbaridad” del “president” y estimando legal aplicarlo con la Diputación
Permanente del Senado. Ya ven, o se ponen en marcha todos los resortes que
tiene la democracia para su propia defensa o, al final, serán los
antidemócratas quienes impondrán por la fuerza sus proyectos totalitarios sin
lugar a dudas y hacerlo, con todas las consecuencias, antes de que sea
demasiado tarde es vital para la salud de nuestro Estado de Derecho.
En cuanto a otros
asuntos cabe destacar que el Supremo retira la patria potestad a un maltratador,
siendo la primera vez que el alto tribunal priva a un condenado por intentar
asesinar a su pareja de la autoridad sobre la hija en común (ya era hora de que
surgieran semejante tipo de sentencias); que los bancos tendrán que devolver
las comisiones de cajeros (ya era hora de que se limite el abuso); que un juez
permite abortar a una chica de 15 años sin permiso de los padres, pues la ley
lo permite “por interés de la menor” y, al parecer, así lo aconsejaba el
entorno familiar desestructurado de la chica; y que un autista adolescente
encuentra en el boxeo la ayuda necesaria para que relacionarse con el mundo no
sea un obstáculo para él.
Y en el exterior,
mientras la agresión xenófoba a la aspirante a la alcaldía de Colonia, herida
en un ataque con un cuchillo, agita en Alemania la crisis de los refugiados, en
Israel el ataque a un santuario agrava la tensión, agudizando la crisis
palestino-israelí al extremo de que la profanación de la Tumba de José, un
santuario judío, desata el temor a la guerra religiosa mientras el “viernes de
la ira” incendia Israel. No le falta razón al Papa Francisco cuando afirma que “debemos
proteger al hombre de su propia destrucción”, mientras minimiza el papel de la
santa sede en el deshielo entre EEUU-Cuba diciendo “Hemos fomentado el diálogo
y, sobre todo, hemos rezado”…. Sin embargo, ya ven, para resolver los graves
conflictos, nacionales e internacionales, no basta con rezar y fomentar el
diálogo.
Jorge Cremades Sena
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