Es obvio que la
democracia, la seguridad y la defensa de cualquier país no se dan por
generación espontánea ni aparecen por arte de magia, pues, frente a las
idealistas tesis de ideologías pacifistas angelicales, que todos podríamos
suscribir a nivel teórico, aunque no sea realista, la cruda realidad es que o
tienes medios para defenderte o eres víctima de aquellos que, lamentablemente,
tienen como objetivo imponerse por la fuerza. Basta dar un repaso a la Historia
de la Humanidad para constatar esta cruda realidad y, por ello, desde la
democracia y su esencial confrontación de ideas, imprescindible para garantizar
la libertad y el pluralismo ideológico, no se debe caer en el grave e ingenuo
error maniqueo de que quienes optan adecuadamente por invertir en Defensa y en gasto
militar son unos peligrosos belicistas (de izquierdas, de derechas o medio
pensionistas) frente a quienes optan por un pacifismo mal entendido, angelical
y beatífico, que durará justo lo que quieran o les interese a los verdaderos
belicistas totalitarios y antidemocráticos, quienes en ese momento contarán con
todo a su favor ante la debilidad defensiva de quienes precisamente cometieron
el grave error de no haberse preparado para defenderse contra sus hipotéticos
agresores. Es lo que precisamente sucede hoy en Europa (y por tanto en España),
machacada por dos veces atrozmente en el siglo pasado y amenazada ahora por el
belicista ruso totalitario, Putin, tras la traición a la UE (y por tanto a
Europa) de EEUU, cuyos mandatarios, democráticamente elegidos, no olvidaron
jamás que invertir en Defensa, además de un negocio, era imprescindible para
garantizar las libertades de sus ciudadanos si llegase el caso, mientras una
Europa (y por tanto una UE acomodaticia) olvidaba su defensa y la dejaba en
manos de EEUU y la OTAN, que casi vienen a ser lo mismo en términos decisorios,
mirando impotente para otro lado cuando Putin decidió invadir y anexionarse
Crimea, amputando ilegalmente a su favor el territorio de Ucrania que,
precisamente, para evitar semejante felonía buscaba formar parte de esa UE y
OTAN, inoperantes, ante la agresividad del mandatario ruso quien, envalentonado
pero insatisfecho, volvía a invadir territorio ucraniano en 2022, desencadenando
la actual guerra en suelo europeo que hoy amenaza el sistema de libertades de
sus ciudadanos. Ante esta cruda realidad, hoy la necesidad obliga y la Europa
libre y democrática, simplemente para defenderse y no porque sea belicista, se
ve obligada a acordar un plan de rearme urgente para hacer frente al belicismo
de Rusia, aprobando un proyecto que implica nada menos que un gasto militar de
800.000 millones en cuatro años, dejando con el culo al aire a quienes en democracia
defendían irresponsablemente el desarme en la UE y criticaban el alineamiento
con EEUU, quedándose sin respuesta ante el belicismo de Putin y desacreditados
ante Trump, el único que, ante tamaña irresponsabilidad, tiene la fuerza
suficiente para afrontar el conflicto si quiere o le interesa hacerlo, pero que
con Trump ha decidido que la UE sea capaz de defenderse por sí misma. Así las
cosas, Macron alerta de la amenaza de una posible guerra con Rusia y como
presidente de la única potencia nuclear de la UE se pone como paraguas nuclear
para defender Europa; Alemania dice adiós a la contención y asegura que
“haremos lo que haga falta, son tiempos extraordinarios”; la UE plantea enviar
a Ucrania misiones militares y civiles para garantizar la seguridad de cara a
un futuro pacto de paz con Rusia, y Hungría, partidaria de Putin, se opone a
esto, aunque los 26 países restantes de la UE, más Reino Unido, siguen adelante
con este imprescindible rearme para afrontar la situación: la necesidad obliga.
En cuanto a España se refiere, como miembro
de la UE y la OTAN, siendo uno de los países que menos viene invirtiendo en
Defensa al estar obligado su Gobierno minoritario por sus propios socios, dice
ahora que sí invertirá en Defensa el 2% del PIB al que se había comprometido y
que lo hará incluso antes de 2029…ya ven, circunstancias mandan, a pesar de la
oposición rotunda al incremento de gasto militar de sus propios socios
gubernamentales y aliados de investidura que son incapaces de dar una respuesta
viable para afrontar el belicismo de Putin, como le sucede a Orban en Hungría.
En efecto, la UE empuja al gobierno de Sánchez, reticente a invertir en
Defensa, a subir el gasto militar, sí o sí, y cuanto antes, tras acordar los
Veintisiete un histórico plan de Defensa para rearmar a Europa y que pueda
pintar algo en el nuevo orden internacional que se avecina, aunque Hungría se
desmarque sobre Ucrania y de alguna forma se posicione a favor del agresor
Putin. Además Sánchez pide incluir la defensa del flanco sur, de donde nos
viene la amenaza directa a los españoles, tras haberse posicionado a favor de
Marruecos y EEUU en el asunto del Sahara y contra el pueblo saharaui, y, ahora
sí, dice estar dispuesto a hablar con Feijóo por primera vez en quine meses, ya
que ha decidido hablar con todos los grupos parlamentarios, excepto Vox, aunque
el líder del PP considera un “apartheid” que no reciba a los de Abascal cuando
son obvias las reticencias de algunos socios del PSOE a gastar más y sí van a
ser convocados a las conversaciones. Por su parte, militares y diplomáticos
alertan del efecto anti-Trump de Sánchez sobre Ceuta y Melilla, pues la buena
sintonía de EEUU con Rabat y el rearme de Marruecos pueden afectar a dichas
ciudades autónomas, que no están bajo el paraguas de la OTAN. En fin, un cambio
radical en la política de defensa y seguridad pero no por convencimiento sino
porque las circunstancias mandan, mientras el Gobierno minoritario busca vías
para incrementar el gasto sin Presupuestos y Sánchez espera que la UE haga
transferencias directas y no sólo préstamos y Feijóo le reclama un informe
previo a su próxima reunión con él en la que le pedirá que no se comprometa con
Europa más allá de 2027 porque “sería ilegítimo”. La cruda realidad es que los
socialistas han de afrontar las reservas al gasto militar de sus propios socios
de izquierdas y dependen, sí o sí, del PP para sacarlo adelante, al extremo de
que el Gobierno incluso contempla la posibilidad de imponer con “decretazos” el
gasto militar y maneja planes para evitar unos Presupuestos de Defensa
recurriendo a la vía que ya utilizó durante la pandemia, pues sus socios, de
momento, descartan apoyarlo y Podemos incluso ya le llama demagógicamente “el
señor de la guerra”.
Entretanto, mientras el BCE vuelve a
bajar los tipos de interés al 2´5%, Bruselas paraliza el plan para sacar a
Gibraltar de la lista de paraísos fiscales, pues el Partido Popular Europeo,
Patriots y parte del grupo parlamentario de Meloni tumban el intento de la
Comisaria portuguesa de favorecer al Peñón, Emiratos Árabes y Panamá. Por su
parte Putin compara a Macron con Napoleón y amenaza a Europa diciendo que
“saben cómo terminó” el militar francés, mientras enviados de Trump se reúnen
con rivales de Zelenski para ver si se pueden adelantar comicios tras un alto
el fuego y amenaza ahora a Rusia con sanciones para forzar a Putin a negociar
la paz con Ucrania (algo es algo) pero dice que “es más difícil tratar con
Kiev”. Y mientras Putin ve el “paraguas nuclear” de Francia como una amenaza y
la UE se apoya en Reino Unido, Canadá, Turquía y Noruega, el primer ministro
polaco, Tusk, dice que “Europa ha perdido mucho tiempo, pero todo puede cambiar
hoy”…..¿Será capaz Europa de avanzar en el añorado proceso de conformar un
Estado Federal Europeo con su Gobierno democráticamente elegido, su propio
ejército y su propia Constitución elegida en sufragio directo por los
europeos?, esta es la cuestión clave, mientras tanto a lo que las
circunstancias manden y decidan los demás.
En fin, y volviendo a España, la
Caixa vuelve a Cataluña, pues la Fundación y su brazo inversor, Criteria, dejan
Palma y consideran que “ya no se dan las circunstancias” de su “salida
temporal” por el procés, aunque la sede de CaixaBank se mantiene en Valencia.
Fainé, coincidiendo con Illa y con Moncloa da por buena la “normalización” ocho
años después, mientras Junts, sostenedor de Sánchez, pretende fijar por ley el
grado de “catalanidad” de los nuevos inmigrantes y trabaja ya en la
financiación singular para Cataluña y la gestión tributaria, pues Sánchez e
Illa han allanado el camino por el traspaso de impuestos y el refuerzo de la
Hacienda catalana, mientras las CCAA anuncian que irán al Constitucional por el
pacto sobre inmigración ya que “no somos el patio trasero de Cataluña”. Un
pacto sobre el que Podemos dice a Junts que no apoyará y que el socialista Page
califica como racista….por tanto, ni PSOE ni socios, la realidad es que Sánchez
se queda solo ante su último trágala con Puigdemont asumiendo el marco “racista”,
mientras, según SigmaDos, el electorado del PSOE se parte en dos, el 65% de
españoles rechaza la delegación de competencias a Cataluña y el 52% rechaza el
despliegue de los mossos en la frontera, mientras nadie entiende si en esa
capacidad de expulsar de territorio catalán, que no español, a inmigrantes que
se delega a la Generalitat ésta podrá decidir si es conforme a que salgan hacia
otras CCAA. En todo caso, acertado o no, Sánchez busca en Cataluña, Andalucía y
Valencia dar la vuelta a unos sondeos que vaticinan su derrota. Y ya que
estamos con sondeos y con SigmaDos, añadir que sólo el 50% de los votantes de
Vox apoyan el plan de Trump para Ucrania, la mitad de los españoles respalda
incrementar el gato militar frente al 35% que se opone, y los votantes de
Sumar, cogobernante con Sánchez, son los que más rechazan la inversión en
Defensa con un 62%. Ya ven, parece que los españoles van por un sitio y quienes
les gobiernan van por otro.
Y mientras Rajoy dice en la Comisión
del Congreso de los Diputados que nunca tuvo “conocimiento” de las maniobras de
Interior y niega la guerra sucia, el Gobierno de Sánchez abandona
definitivamente a Ábalos, quien fuera “número dos” del sanchismo, y decide
investigar a fondo a su expareja Jessica Rodríguez, pues la Sepi reclama
conocer los “criterios de capacidad y mérito” por los que fue contratada,
mientras en el PSOE dicen que “en Ferraz hay cero miedo por la manta”, es
decir, que descartan que el mérito de Jessica sólo fuera ser la novia del ex
ministro; Fiscalía anticorrupción por su parte vincula el piso de Jessica con
un cohecho de Ábalos y habla de “delitos de indiscutible gravedad” poniendo el
foco en la casa que pagó la red de Aldama… y el juez da validez a la palabra
del empresario en pleno cerco al PSOE por el “caso Koldo”, pues los tentáculos
de Aldama ya acechan a cinco ministerios (el de Ábalos, Planas, Montero, Maroto
y Ribera) por el “caso Koldo” y la “trama del fuel”. En fin, mientras tanto,
Pumpido se encargará de tumbar la reforma que frenó la amnistía en el Senado,
mientras la ponencia del ex ministro Campo rechaza la demora y allana el camino
a la “ley Begoña”.
Entretanto el feminismo, dividido,
se moviliza en el 8-M, Día Internacional de la Mujer, con movilizaciones y
marchas separadas evidenciando su maléfica división interna, aunque la ministra
de Igualdad, Ana Redondo, pasa de estas pequeñeces y va a sendas
manifestaciones haciendo doblete…y todos contentos, la manifestación
tradicional y la anti-trans. La realidad es que una izquierda, cómplice de abusos
sexuales en los caos de Monedero y Errejón llegó tocada al 8-M, pues pone en
tela de juicio el feminismo del que siempre ha presumido Podemos; y en Mas
Madrid, que también conocía una denuncia contra Errejón, Yolanda Díaz no lo
consideró impedimento para nombrarle portavoz del grupo parlamentario. Es obvio
que la crisis de credibilidad afecta a ambas formaciones y a sus respectivos
electorados, lo que unido a la lluvia ha provocado un cierto fracaso de
participación en las divididas manifestaciones… y mientras, Podemos aprovecha
para arremeter contra el Gobierno de Sánchez, y el PP destaca la “farsa” porque
“la lucha feminista ha sido dinamitada” con Sánchez.
Y entretanto, eso sí, el Gobierno
dedicará un total de 20.391.229 de euros a conmemorar que Franco se murió en su
cama hace cincuenta años…. En fin, sin mas comentarios.
Fdo.
Jorge Cremades Sena
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