jueves, 27 de marzo de 2025

PRESUPUESTOS, UNA PÉRDIDA DE TIEMPO

 

                        Tiro de hemeroteca y leo que en 2018 por estas fechas, ante las dificultades del entonces Presidente del Gobierno Mariano Rajoy para aprobar unos Presupuestos, el entonces Jefe de la oposición, Pedro Sánchez, le exigía no sólo que presentara las Cuentas en el Parlamento sino incluso que las aprobara, porque, según decía literalmente, “un Gobierno sin cuentas es tan útil como un coche sin gasolina” y le exigía además que cumpliera “su principal y primera obligación” constitucional que es aprobar unos Presupuestos Generales pues “vivir de la prórroga es prorrogar los problemas de la gente”, le afeaba que “elude sus responsabilidades ante las instituciones”, le acusaba de “no querer hacer nada” por no presentar las cuentas y añadía que “la reflexión que deberíamos compartir, y que debería hacerse el Presidente, es que un Gobierno que no tiene Presupuestos es un gobierno que no puede gobernar, que  no puede hacer nada”, elevando la exigencia a Rajoy de que si era incapaz de presentar de inmediato los Presupuestos ni de “contar con una mayoría parlamentaria para aprobarlos” (ambas cosas) debería convocar a los españoles a las urnas “para que se pueda construir una mayoría distinta”, reprochando que un Ejecutivo no puede prorrogar una y otra vez “su ley fundamental” porque “lo que no se merece España es un Gobierno que aspire únicamente a prorrogar unos Presupuestos ya prorrogados porque quien prorroga una prórroga lo que hace es prorrogar los problemas reales de los ciudadanos”, planteando la disyuntiva de “o Presupuestos o Elecciones”, ya que “tanto el PP como Ciudadanos tienen que poner a un lado sus diferencias, más electoralistas que ideológicas, y decir si va a haber o no Presupuestos” y “si no son capaces, que dejen que los españoles acudan a las urnas para permitir que otra mayoría resuelva los problemas de la ciudadanía”. Este acertado discurso lo repitió Sánchez hasta la saciedad en aquella época insistiendo en la “parálisis” de la acción legislativa con un Gobierno, el de Rajoy, que es “un Gobierno dividido, agotado en cuanto a su impulso político, asediado por los casos de corrupción y de brazos cruzados ante los problemas que afectan al día a día de las personas de a pie”…… así llegábamos al 5 de marzo de 2018 y Sánchez reprochaba al entonces Presidente del Gobierno que a esas alturas “no conociéramos aún la propuesta presupuestaria del señor Rajoy” por la supuesta guerra fría en aquel momento entre el PP y Ciudadanos, dando Sánchez el ultimátum de que “si Rajoy no aprueba los Presupuestos y no anticipa las elecciones, lo que le exigiremos es que, por obligación con la ciudadanía de este país y por responsabilidad constitucional, tendrá que someterse a una cuestión de confianza”. ¿Les suena a algo este acertado discurso? A mí me parece que, cambiando los papeles, se podría aplicar al actual gobierno de Sánchez y con creces. Y, siguiendo con el relato, al final, el uno de junio de 2018, cuando ya Rajoy se disponía a presentar los Presupuestos, que por fin había conseguido pactar con el PNV, prosperaba una moción de censura, presentada por Sánchez, gracias a la traición de los peneuvistas que la apoyaron con lo que el Sánchez Jefe de la Oposición se convertía en el Sánchez Presidente del Gobierno que hoy, tras haber prorrogado ya los Presupuestos de 2023, pretende volver a prorrogarlos de nuevo y a estas alturas ni siquiera los ha presentado en el Congreso, como es su obligación constitucional, se aprueben o no, defendiendo ahora que presentar unos Presupuestos en las Cortes sin poder aprobarlos es una “pérdida de tiempo”, aunque nada de convocar nuevos comicios, ni presentar una moción de confianza, ni nada de nada, evidenciando que lo que decía en 2018 era pura demagogia para conseguir el poder que entonces habría de aplicarse a Rajoy pero ahora no a él. Es Sánchez en su más pura esencia.

            Y mientras el Gobierno de Sánchez renuncia en principio a los Presupuestos porque no tiene mayoría y “es una pérdida de tiempo, reconociendo que su “realidad parlamentaria” le impide hacerlo (ignora que la obligación constitucional es la de presentarlos, se aprueben o no), Sánchez se inventa ahora que prorrogar los ya prorrogados es un “ejercicio de realismo”, y no de totalitarismo, cuando expertos legales advierten que “gobernar así es una ficción jurídica”, mientras el PP exige “formalmente” los Presupuestos y Sumar, socio gubernamental de Sánchez, pide que al menos los presente. Entretanto la “soledad” de un “presidente zombi” es más que preocupante, pues a la exigencia de presupuestos que le pide el PP “como es su deber constitucional” se añade la presión que comparten los socios de Moncloa con Sumar a la cabeza, dejándolo solo como líder de medio gobierno, cuando tres vías permiten incluso llevarle al Tribunal Constitucional por los Presupuestos, pues la prórroga de las cuentas de 2023 puede ser recurrida por omisión de una ley obligatoria, por conflicto de atribuciones del Senado o con una demanda de amparo. Cuestión distinta es lo que decida el Tribunal Constitucional de Conde-Pumpido con mayoría progresista (tiene gracia esto de las mayorías en asuntos de Justicia en vez de la investigación objetiva de los hechos), pues bastaría con acogerse a los argumentos de Sánchez en 2018 para intuir una lógica decisión, ya que son los mismos que ahora a él le exige el PP y buena parte de sus propios socios. Un Pumpido que, por cierto, lleva al TC al límite para blindarse frente a Europa con los ERE y con la Amnistía, pretendiendo impedir que los jueces españoles pueda acudir al TJUE cuando no estén de acuerdo con un fallo adoptado por el Alto Tribunal, y activando así las vías para ejecutar la rebaja de las condenas por los ERE, pues cree que la Audiencia de Sevilla esquiva la jurisdicción del TC; en definitiva, jueces del TC ven tras la “vía Pumpido” un blindaje a la amnistía y creen que el objetivo es impedir una cuestión prejudicial del Tribunal Supremo y al efecto “prepara el terreno para la amnistía” ante la posibilidad de que el TS, si es que el TC avala su constitucionalidad, decidiera acudir al TJUE por los mismos motivos que lo hace la Audiencia de Sevilla. Un Supremo que, por cierto, da al Gobierno diez días de plazo para que se haga cargo de más de mil menores inmigrantes, cuya distribución por las CCAA ya ha pactado Sánchez, sin contar con ellas, con el prófugo Puigdemont.

            Entretanto Sánchez y su actual Gobierno, que rabasa con creces todas las carencias o anomalías democráticas que tenía el de Rajoy en 2018 y que tanto criticaba, comparece por fin en el Congreso de los Diputados para explicar el incremento del gasto en Defensa que exige la UE, pero que prácticamente ninguno de sus socios, tanto de gobierno como de investidura, avala, mientras él intenta jugar con eufemismos y evitar el vocablo “rearme” para intentar hacerlo más digerible a sus colegas. No obstante el Consejo de Ministro aprueba una subida de sueldo de 200 euros mensuales para los militares que conforman unas Fuerzas Armadas faltas de recursos y de personal, mientras anda buscando mover fondos no ejecutados de otras carteras y mientras Feijóo quiere que le explique a los españoles con claridad y con todas las consecuencias cuánto, cómo y de donde saldrán los fondos que exige Europa, en tanto que Sumar y Podemos redoblan las críticas con la deriva de Sánchez pretendiendo gobernar sin las Cortes Generales. En fin, una patética comparecencia de Sánchez en el Congreso en la que no explica nada, salvo que el incremento de gasto no afectará al gasto social y punto (palabrita de Presidente Sánchez, cuya solvencia es proverbial); inútil comparecencia de la que sale sin apoyo alguno, pues sus socios critican su no propuesta y le instan a que España abandone la OTAN, mientras la oposición del PP de Feijóo le deja claro que no apoyará “la nada”, pues la cruda realidad es que Sánchez ha acudido al Congreso sin un plan de Defensa y se ha limitado a decir que no recortará “ni un céntimo de gasto social”, para volcarse, como hizo con Rajoy en 2018, en atacar a Feijóo quien le exige, como hacía él entonces, “someterse a las Cortes o a las urnas”, mientras Sumar pide irse de la OTAN, Junts reclama que Cataluña salga beneficiada y Podemos llama a salir a la calle para protestar. Un “no” rotundo a Sánchez en toda regla; pero él ni se inmuta, descubriendo que puede gobernar sin el Parlamento ya que, a diferencia de lo sucedido con Rajoy, ahora todos los apoyadores de Sánchez, aunque no le apoyan, no están por bendecir una hipotética moción de censura ni exigirle que presente una moción de confianza convencidos de que en ese caso se les podía acabar el chollo que ni ellos ni Sánchez quieren perder. Pero, en fin, no pasa nada, Puigdemont y Otegi, socios de Sánchez en la investidura, se reúnen mientras tanto en Waterloo nada menos que para debatir sobre el “futuro de la UE” (¡apaga y vámonos!) y se comprometen a “trabajar sin descanso para que los derechos políticos, culturales y lingüísticos  del pueblo vasco y del catalán sean reconocidos y garantizados”; por su parte Vox enfría el pacto de los Presupuestos en Murcia con sus líneas rojas, avisa de que “todo sigue igual” y no replica la vía Mazón, mientras PSOE y PP no se ponen de acuerdo ni para sacar adelante los asuntos de Estado. Con semejantes mimbres ya ven qué cesto se puede tejer.

            En cuanto a otros asuntos, citar que Montero y Díaz negocian una salida a la crisis por el IRPF del salario mínimo; que la ex consejera de Mazón imputada por la dana se considera “cabeza de turco”; que la factura de las pensiones se ha disparado un 50% desde que Sánchez gobierna; que el Congreso da un emotivo despido a Esteban portavoz del PNV que deja el cargo tras 21 años como diputado para asumir la presidencia de su partido; que María Tato, directora del Mundial de Futbol de 2030 deja el cargo tras el escándalo del amaño de sedes para sacrificar Vigo y elegir Anoeta; que el PSOE maniobra para favorecer a los okupas en una ley antifranquista colando el fin de los juicios rápidos por allanamiento y usurpación; que el Gobierno fuerza por primera vez a las escuelas a regular el uso de pantallas; que la temporalidad ganó a los contratos indefinidos en 2024; que la Airef plantea un traspaso de mutualistas paulatino a la Sanidad Pública; y que los embalses ya acumulan el equivalente al consumo urbano de año y medio, pues, tras los destrozos de las borrascas, las reserva hídricas han crecido hasta el 71%, cifra récord en esta época.  

            Y del exterior destacar que Bolsonaro irá a juicio por encabezar un golpe pe Estado en Brasil (esperemos que a diferencia de España el Gobierno no le conceda una amnistía si es condenado); que se desata la ira y la represión en Turquía tras el encarcelamiento del Alcalde de Estambul, principal opositor a Erdogan; y que Bruselas pide a los europeos que guarden suministros de emergencia ante el “deterioro de las perspectivas de seguridad”, mientras Kiev y Moscú aceptan una tregua parcial y limitada a la red energética y al Mar Negro, prometiendo Washington ayudar a Rusia a reactivar sus exportaciones agrícolas….(ya ven, la pela es la pela, que dirían los catalanes; las vidas humanas importan menos y pueden esperar).

                                                Fdo. Jorge Cremades Sena        

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, gracias