La celebración
de comicios locales y autonómicos, cada vez más cercana, apenas deja tiempo a
digerir los resultados de las recientes elecciones en Andalucía a los
diferentes partidos políticos que, con sus penas y alegrías, intentan mejorar
su imagen pública de cara a los retos que se avecinan. Entre ellos, como
paradigma del éxito y el fracaso, cabe citar al PSOE y a UPyD, en los que dos
mujeres, Susana Díaz y Rosa Díez, muy próximas, ideológicamente hablando,
juegan un papel importante en el devenir futuro de sus respectivos partidos,
que, hoy por hoy, representan la cara del éxito y la cruz del fracaso reciente
en Andalucía, obligadas ambas, como los dirigentes de otros partidos, a
solucionar con urgencia los problemas internos de sus respectivas formaciones
o, al menos, no agravarlos para ofrecer a los ciudadanos una imagen de unidad
que les garantice mayores cotas de credibilidad. Por eso, Susana ofrece al PSOE
su triunfo territorial como ejemplo para ganar las municipales, aparcando sus
diferencias con Pedro Sánchez, quien, por su parte, dice “Susana Díaz no es una
china en mi zapato, no saltará a Madrid”, mientras ella, que no se refiere para
nada a él y exhibe, desde su éxito, su “divorcio” con el Secretario General y
se declara “neutral”, no lo cuestiona en absoluto, aparcando ambos cualquier
división hasta los comicios de mayo. Y por eso Rosa, cuestionada por los
críticos (no sólo los anteriores, sino los de última generación), adelanta el
Congreso Extraordinario, aunque para después de las elecciones de mayo, para
conseguir que el Consejo Político de UPyD la confirme como líder hasta entonces,
con lo que la ex socialista gana tiempo y aplaca a los críticos, que pedían su
dimisión, mientras el partido relega su más que probable ruptura entre
partidarios y contrarios de pactar con Ciudadanos, aunque, en todo caso, la
situación de UPyD, hoy por hoy, no sólo consiste, como dice Rosa Díez, en que “el
problema es que creamos un partido para Dinamarca y estamos en España”. Por
cierto, Ciudadanos, que no tiene este tipo de problemas internos, cuenta con
que les votaría el 13% de los electores del PP en 2011 y del 7´6% de los del
PSOE, mientras que los populares los sitúan a la izquierda del PP y los
socialistas, sin embargo, los sitúan a la derecha del PSOE, un espacio político
disputado tradicionalmente por los protagonistas del bipartidismo que ahora se
cuestiona; no en vano el PP buscará el cuerpo a cuerpo con Rivera en las
municipales y autonómicas.
Respecto a la noticia
que conmociona estos días a la opinión mundial, el piloto que estrelló el A320
en los Alpes temía perder la licencia de piloto por sus problemas
psiquiátricos, pues debía renovar su permiso de vuelo en tres meses y, como
premonición, ya había dicho a una ex novia que “un día todos sabrán mi nombre”,
lo que lamentablemente se ha hecho realidad. Frank Woiton, otro piloto que vive
en el mismo pueblo de Lubitz y que realizó el trayecto Barcelona-Düsseldorf,
que nadie quería hacer el día después del siniestro, presumiendo de que “yo
piloté el vuelo que no pudo hacer mi amigo Lubitz”, tras conocerse las causas
de la tragedia, se refiere al suicida como a “este tipo”. Entretanto, mientras
Lufthansa prevé afrontar indemnizaciones “ilimitadas”, Germanwings golpea pero
no frena el modelo de “low cost”, que mueve al año la mitad de los habitantes
de la UE.
Y mientras Pau Gasol
dice que “la imagen de España en el exterior es la de un país con una gran
calidad de vida, que todos quieren visitar” (lo cual es cierto) y que “en EEUU
es inconcebible que se pite al himno” (lo que no sólo es cierto, sino que es
normal en cualquier país medianamente civilizado), España toca el cielo del
patinaje artístico, ya que Javier Fernández gana el Mundial, campeonato
celebrado en Shanghai, y se suma a la lista de pioneros ilustres del deporte en
algunas modalidades. ¡Enhorabuena!
Jorge Cremades Sena
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