Es la
noticia nacional e internacional sin duda. Un Airbus 320 de la aerolínea
alemana “low cost” Germanwings, que volaba de Barcelona a Düsseldorf con 144 pasajeros y 6 miembros de la tripulación, se estrella en los Alpes franceses
causando la muerte de las 150 personas. Una trágica noticia, como suelen ser
casi todas las protagonizadas por accidentes aéreos, que, siendo el medio de
transporte más seguro y el que menor tasa de mortalidad produce, causa una gran
alarma social y todo tipo de especulaciones. Entre los pasajeros, la mayoría
alemanes, figuraban 49 españoles, provocando numerosas escenas de dolor en el
aeropuerto de El Prat, dónde se concentraron familiares y amigos de las
víctimas. El Gobierno español ha decretado tres días de luto. Inmediatamente se
ha procedido a la búsqueda e identificación de los cadáveres, así como de las
cajas negras, iniciándose una exhaustiva investigación sobre las causas del
accidente, tareas complejas si se tiene en cuenta las dificultades orográficas
y meteorológicas del lugar del siniestro. En todo caso, a nivel mediático, es
inevitable un cúmulo de especulaciones sobre los vuelos de bajo coste que,
según los expertos, en nada se diferencian de los otros en temas de seguridad.
Extraña, de entrada, que el avión se precipitara sobre los Alpes sin enviar señal
de alarma, pues en sólo ocho minutos, sin que se sepa la causa, el aparato
perdió más de 7.200 metros de altitud en un “descenso brusco” inexplicable,
apuntando todo a un posible fallo mecánico como causa del accidente. Por lo
demás, al margen de anécdotas y detalles sobre los fallecidos, entre ellos un
grupo de alumnos alemanes de secundaria que regresaban tras disfrutar un
periodo de intercambio con familias catalanas, sólo resta desearles que
descansen en paz, dar las condolencias a sus familiares y amigos, con la
esperanza de que pronto se esclarezcan los hechos que siempre ayudarán a evitar
o disminuir accidentes en el futuro.
En cuanto a otros
asuntos se refiere, no puede faltar el capítulo de la corrupción, pues, nada
más acabar el escrutinio de las elecciones andaluzas, dos delegados de la Junta,
junto a otros catorce ex altos cargos, han sido detenidos por los famosos “cursos
de formación”. Según grabaciones intervenidas por la jueza Alaya, la ex
delegada o ex directora de Empleo en Jaén, Irene Sabalete (una de las
detenidas) conminó a sus trabajadores a hacer campaña por el PSOE en las
elecciones de 2012 “como testigos de Jehová” (es decir puerta por puerta y a
todas horas), advirtiéndoles que “si no ganamos las elecciones no vais a seguir
trabajando en la Junta de Andalucía”. ¡Menuda forma de “comprar” votos! Si en
aquella ocasión el PSOE perdió las elecciones, aunque supongo que los citados
trabajadores seguirían trabajando en la Junta (de haber sido funcionarios en
vez de nombrados a dedo todo hubiera sido más seguro, independiente y normal),
ahora las acaba de ganar a pesar de todo lo que ha sucedido en Andalucía…
Seguramente los andaluces esperan que este tipo de conductas no se vuelva a
repetir, aunque muchos nos preguntamos si la forma más directa de conseguirlo (no
sólo en Andalucía, sino en cualquier otro territorio gobernado por quien sea)
no sería dejar de apostar por quienes las protagonizan. Seguramente, a tenor de
lo sucedido recientemente en Andalucía, y antes en la Comunidad Valenciana, por
ejemplo, quienes pensamos así estamos en un error. Las clientelas son las
clientelas. Por cierto, al parecer, Esperanza Aguirre tuvo en su campaña al
ayudante que el PP colocó en el “caso Gürtel”, otro asunto que apesta.
Y, mientras la
protesta contra la reforma universitaria del ministro Wert paraliza los campus,
Mariano Rajoy se acercará más a la calle en la campaña de las municipales con
una especie de “caravana” presidencial (algo habrá aprendido tras el
estrepitoso fracaso en Andalucía), en tanto que UPyD se parte en dos ante la
negativa de Rosa Díez a impulsar la fusión con Ciudadanos (algunos por lo visto
son incapaces de aprender).
Para finalizar, los
medios destacan dos noticias. La primera, que el régimen de Venezuela, como era
de esperar, trata de frenar la intervención de Felipe González en la defensa de
los presos políticos que injustamente siguen en las cárceles. La segunda, que
Angelina Jolie, tras su voluntaria mastectomía completa de ambas mamas, se
somete ahora, estando sana, a una extirpación de ovarios con idéntica finalidad:
esquivar el cáncer (sin comentarios).
Jorge Cremades Sena
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