“Con la
cifra de paro en España, no podemos dar la crisis por acabada” dice Juncker,
Presidente de la Comisión Europea, y no le falta razón. Ningún país puede
presumir de no estar en crisis cuando tiene más de un 20% de paro, lo que
supone, además de un gasto descomunal para aliviar algo dicha situación, una
desesperada existencia de demasiadas personas que no pueden tener esperanza
alguna en el futuro. Y esto lo dice Juncker después de que en los últimos doce
meses el desempleo haya bajado nada menos que en 300.333 personas y la
contratación indefinida encadene ya trece meses consecutivos de subidas.
Precisamente España acaba de crear 97.000 empleos en el mejor mes de febrero
desde inicios de la crisis, cayendo así el desempleo como no lo había hecho
desde hace catorce años y con la construcción y la industria volviendo a tirar
de la creación de empleo con bastante fuerza. Por tanto, todo este conjunto de
signos positivos, aunque insuficientes, debe valer para tener cierta esperanza
en que, de seguir en esta línea, la crisis, que no está acabada, pueda estar
llegando a su fin. Ya sabemos que a todo lo anterior se puede hacer todo tipo
de críticas sobre la calidad del nuevo empleo, su estabilidad, etc etc aunque
todos los analistas mantienen que la vuelta a la bonanza anterior a la crisis
es algo prácticamente imposible y que habremos de acostumbrarnos a vivir y
entender la situación laboral en España de forma bien distinta a como la
entendíamos anteriormente. En todo caso, bienvenida sea esta nueva noticia, una
más, de la evolución del empleo en el pasado febrero, esperando que siga así la
evolución en los meses venideros. La creación de empleo ha de ser hoy por hoy
el esencial objetivo tanto del gobierno como de la oposición y no sólo a nivel
nacional, sino a nivel autonómico y local. Tal como dice Albert Rivera, el
líder de Ciudadanos, aunque se refiera a otros asunto, “hay que poner de moda
la solidaridad entre españoles”, apostando por “reformar sin romper ni dar
gritos” en una nación que “necesita cuidarse”, pues la principal solidaridad
entre españoles es el apoyo a que cualquier ciudadano pueda vivir con dignidad
y ello requiere poder ganarse el sustento honradamente y en este aspecto España
necesita cuidarse con esmero.
También necesitan
cuidarse los diferentes partidos en este año electoral. Mientras Podemos
rechaza un pacto con Tania Sánchez en Madrid, el PP ve como candidatas a
Cifuentes en la Comunidad y a Aguirre en el Ayuntamiento, que están pendientes
de lo que finalmente decida Rajoy. En cuanto se refiere a Podemos, Montoro
investiga si se financió con 14 millones de Venezuela, ya que los opositores
han remitido una carta al Ministerio de Hacienda aportando pruebas sonre
contratos que recibieron sus líderes, cuando la Ley de Partidos en España no
permite que un gobierno extranjero financie a partidos políticos. En cuanto se
refiere al PP, Hacienda deja en evidencia al juez Ruz y, reprochándole que
intente imponerle “criterios predeterminados”, no hará un tercer informe de las
donaciones recibidas que le solicita Ruz. Sin embargo otros asuntos turbios no
dejan de inquietar a la formación popular.
En efecto, se conoce
que Granados ganó tres millones de euros en un solo día en operaciones
inmobiliarias, según sumario de la Operación Púnica y que el cerebro de la red
blanqueó 4´4 millones con facturas falsas. Y, por si fuera poco, continúan el “caso
del ático” de Ignacio González, en el que Cerezo, el Presidente del Atlético de
Madrid, también reclamó a la Policía que se tapara el asunto, al ofrecer, a través
de una persona próxima al comisario Villarejo, retirar una acusación en el
juzgado 47 de Madrid contra otro policía a cambio de que se cerrara la investigación
sobre el dúplex de González, manteniendo Villarejo la denuncia al presidente de
la Comunidad de Madrid e implicando en la operación al Presidente del Atlético
de Madrid, sin duda un feo asunto que puede dar al traste con la candidatura de
González a la Comunidad.
Y, para finalizar,
cabe destacar que Competencia multa con 88 millones de euros al “cartel de la
leche” por pactar precios (hace unos días eran las empresas petroleras); que el
Estado perderá 1.000 millones con la liquidación de Martinsa (al final a pagar
siempre los mismos); y que nuestros menores empiezan a fumar porros antes que
tabaco (en fin, de mal en peor).
Jorge Cremades Sena
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