A la polémica
desencadenada por Tsipras con Rajoy, que le contesta que él no es el
responsable del incumplimiento de su programa, reprochándole que es muy feo “el
truco de buscar fuera un enemigo” ya que él no es “culpable” de la frustración
que Tsipras ha creado a los griegos, sólo le faltaba que entrara en liza el
autoproclamado Jefe de la Oposición en España, Pablo Iglesias, quien,
obviamente desaprueba la contestación pública que hace el Presidente del
Gobierno español, a las acusaciones que le hace Tsipras de pretender “derribar nuestro gobierno –el griego-
antes de que cale el ejemplo” en España. Y el ejemplo de Tsipras y de Syriza en
España es precisamente Iglesias y Podemos, que al igual que ellos, ya ha ido
rebajando sustancialmente su inicial propuesta antisistema y, por tanto, antiUE,
con el único objetivo de engañar concienzudamente a los españoles con el
objetivo de ganar o, al menos, obtener un buen resultado electoral, tal como en Grecia ha sucedido, para que después salga el sol por
Antequera. ¿Qué enemigos se inventará Iglesias para achacarles que pretenden
derribar su hipotético gobierno y eludir ante los españoles, como hace Tsipras
con los griegos, su incapacidad para materializar sus inasumibles propuestas
electorales? Esta es la cuestión. Pero ya ven, la caótica situación griega y de
su gobierno, es culpa de Rajoy y, si en vez de mejorar empeorara, sin lugar a
dudas, Rajoy sería el responsable (junto a otros gobernantes europeos) porque
no le perdonó la deuda para que cada uno de los españoles apechugara con la
parte que le corresponde. ¿Acaso no era Tsipras quien dijo a los griegos que
jamás toleraría una prórroga del rescate, que haría una quita de su deuda y
tantos otros qués impresentables? ¿Por qué se ha plegado a las condiciones de
la Troika (perdón, con el nuevo nombre de instituciones europeas), comenzando
por la asunción de cumplir con los compromisos adquiridos por los anteriores
gobernantes griegos? ¿No sería él quién ahora debiera explicarle a los griegos
su giro copernicano? En fin, sin comentarios; las preguntas se contestan por sí
solas…
Entretanto,
se publica que, sobre los millones de euros que Venezuela abonó a Podemos que,
según la oposición venezolana, es alrededor de unos 14 millones, se da una
curiosa coincidencia, consistente en que Monedero creó su empresa cuando Chávez
empezó a pagar a la fundación de Podemos; en 2004 el Gobierno chavista firmó
los primeros contratos con el Centro de Estudios Políticos y Sociales, y ese
mismo año Monedero registró su consultora “Motiva 2” que derivó al final en “Caja
de Resistencia”. No piensen mal, hay casualidades en la vida que, por increíbles
que parezcan, son eso, casualidades. El pueblo venezolano lo tiene bien claro,
pero, en fin, casualidades. Y otro gran pueblo, el ruso, parece que tienen bien
claro que no hay trigo limpio en el asesinato del opositor Nemtsov, con lo que
la oposición a Putin gana fuerza con una gran marcha de protesta de decenas de
miles de personal en Moscú contra dicho asesinato, sobre cuyos autores no hay
pistas.
Ya en España, mientras
empresarios independentistas promueven una “Caja Catalana”, el peligro
yihadista amenaza a Cataluña, al extremo de que los servicios de Inteligencia
sigue en dicha comunidad a cinco organizaciones islamistas que podrían ser
caldo de cultivo de radicales.
Finalmente, se publica
que los alumnos de Religión serán evaluados de “comprensión del origen divino
del cosmos”; y que González, el Presidente madrileño, pidió ayuda a policías
para ocultar el caso de su ático, ya que tres meses después de iniciarse la
investigación, en una reunión con dos mandos solicitó que “no trascendiera que
era inquilino de una sociedad off shore”, según consta en informe policial,
como que González “no recordaba el nombre del arrendador ni la cantidad que
abonaba” por el supuesto alquiler. Cómo ven, excesivas amnesias.
Y demasiados errores
de un Real Madrid al que un gran Villarreal sorprende en el Bernabeu empatándole
el partido, 1-1, y poniendo de nuevo la Liga al rojo vivo con un Barça que le
persigue a sólo dos puntos de distancia.
Jorge Cremades Sena
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