Ahora
resulta que colocar imágenes del Jefe del Estado, es decir el Rey, en lugar
preferente en los ayuntamientos, tal como dice la ley, democráticamente
establecida, es simplemente un asunto de decoración de los mismos. Es lo que se
deduce tras la caprichosa retirada, por orden
de Colau, del busto de Juan Carlos I y del retrato de Felipe VI,
posteriormente colocado en el Salón de Plenos por el portavoz del PP, ya que
Podemos defiende semejante actuación con el argumento de que la alcaldesa
“decore el Ayuntamiento como quiera”, mientras ella argumenta que lo hace por
sus “convicciones republicanas”. En fin, simplemente un tema de decoración,
como si se tratara del salón de su domicilio. La miopía política y el sentido
patrimonialista del poder que tienen semejantes personajes les incapacita para
entender que los símbolos de la Corona, porque así lo han decidido los
españoles, trascienden las convicciones personales de cada uno, incluso la
figura concreta de este o aquel rey, sino que representan a todos los españoles
y su unidad, como sucede en cualquier Jefatura de Estado de cualquier estado
democrático. Dicho de otra forma, Colau y su pandilla, puede tener a nivel
personal las convicciones que le venga en gana, tan respetables como otras
cualesquiera, pero como alcaldesa de todos los barceloneses (de todos, que no
sólo de sus partidarios) está obligada a cumplir la ley y respetar al resto de
instituciones que democráticamente los españoles, incluidos los barceloneses,
se han dado. ¿Es tan difícil de entender? Lo triste es que retirar el retrato
del Rey sólo conlleva, además de la reposición del mismo, una multa como
sanción administrativa de hasta 1.500 euros, que esperemos se imponga a la
citada alcaldesa. Lo grave es que no se trata de una mera ignorancia, sino de
una estrategia de los grupos antisistema, tanto independentistas como radicales
izquierdistas y populistas, para derribar el “régimen del 78”, comenzando por
eliminar los símbolos de la Monarquía de los ayuntamientos donde gobiernan. No
en vano, lo de Barcelona no es un asunto aislado, también sucede en Cádiz y
otras ciudades, como Zaragoza, quitando el nombre de Príncipe Felipe al
principal pabellón deportivo de la ciudad, o Montcada, retirando los símbolos
monárquicos, en tanto que, en Baleares (donde el catalán vuelve a ser
obligatorio para los funcionarios),
Armengol pide que se abra al público Marivent… En fin, cualquier cosa con tal
de menoscabar la Jefatura del Estado que representa, entre otras cosas, la
unidad de todos los españoles. Entretanto, según el euskobarómetro, los vascos
quieren seguir en España con Urkullu al frente, pues una mayoría rechaza tanto
la independencia como el gobierno de Rajoy, ya que las alternativas sobre la
forma de Estado son para ellos: independencia, para un 25%; federalismo, 29%; autonomía,
35%; y centralismo, 7%.
Y mientras, un año
después de la confesión de su fortuna oculta Pujol “huye” a su refugio del Pirineo “muy dolido con Mas”; por otro lado,
según el sumario del “caso Púnica” se conocen más detalles del turbio asunto.
Resulta que el socio de Granados cobró diez millones de euros por servicios no
prestados y que unos cinco millones de sobornos se pagaron en comisiones
ilegales a políticos de una decena de ayuntamientos; según conversaciones
interceptadas a David Marjaliza se destapa así su plan para financiar
irregularmente la campaña del PP en Valencia a cambio de contratos públicos en
Calpe y Elche; el juez cree que Marjaliza obtenía adjudicaciones a cambio de
pagar la campaña autonómica popular valenciana, que había sobornos en cuatro
comunidades, incluyendo joyas, vacaciones y obras de Chillida, quedando
implicados un consejero de Cifuentes, un diputado regional del PP en Madrid y
otra de Ciudadanos… baste el ejemplo de que un ex diputado dijera a Marjaliza:
“Me voy de vacaciones, prepárame pasta” (Y se quedó tan pancho).
En cuanto se
refiere a noticias del exterior cabe destacar el viaje oficial más emotivo que
Obama comienza en Kenia, mientras Turquía entra en guerra contra el IS en Siria
y persigue, por otra parte, a los kurdos en su territorio. Por otra parte, el
grupo Nikkei, el diario que tiene casi 140 años, tres millones de suscriptores
y el liderazgo de la información económica en Japón, da el salto internacional
comprando el Financial Times, que le catapulta de líder en Japón a protagonista
global.
Jorge Cremades Sena
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