Dice
Emmanuel Macron, el Ministro de Economía francés, reconociendo que en el
proceso de convergencia hacia la moneda única las economías europeas “se han
distanciado, al igual que nuestros pueblos”, que “si no actuamos rápido, la zona
euro dejará de existir en diez años”… y puede que lleve razón dicho ministro.
La crisis griega, que no es la primera crisis ni será la última, pone de
manifiesto la debilidad, cuando no la impotencia, de las instituciones europeas
y de los gobiernos nacionales (en este caso el griego) para resolver un asunto
que, al final, perjudica a todos, aunque a algunos más que a otros. Si sólo el
desafío de un gobierno populista, cuyo país representa sólo el 2% del PIB de la
UE, pone en jaque a todo el sistema del euro ¿qué sucedería si un gobierno semejante actuara como el griego en cualquier
otro país mucho más fuerte económicamente hablando? Seguro que no podría
resistir el envite. Y no vale ahora con que Europa se planteé aliviar las
condiciones de la deuda griega, tras la, al parecer, inevitable “bajada de
pantalones” del fanfarrón gobierno de Tsipras, asumiendo ahora un ajuste más
duro incluso del que le exigían, antes de convocar el referéndum con el único
objetivo de su refuerzo personal a nivel interno; no vale que ahora, a cambio
de un tercer rescate de 50.000 millones, ofrezca reformas por un montante de
12.000 millones tocando pensiones, el
impuestos de Sociedades y el IVA, tras negarse demagógicamente a hacerlo con
una resistencia numantina por ir contra su pueblo semejantes medidas cuando todos
sabemos que por mero sentido común bajar las pensiones y alargar la edad de
jubilación, por ejemplo, como hace el resto de socios es inevitable. Con este
irresponsable modo de actuar, que distancia a los pueblos, en un contexto de
instituciones europeas que se mueven a medio camino entre un estado europeo
federal y una coyuntural asociación de intereses, confundiendo así los deseos
con la realidad, o se actúa urgentemente, como dice Macron, o ni siquiera
llegaremos a los diez años, que augura el ministro, para asistir al ocaso
definitivo de la eurozona.
Y, mientras los
latinos ya son mayoría en California, al superar los hispanos por primera vez a
los blancos (aunque nada tenga que ver los EEUU con la UE, casi en nada), no
hay que olvidar que en la vieja Europa, un escenario de confrontación y
desencuentro supondría un panorama sombrío de cara al futuro de nuestros hijos
y nuestros nietos. Sin ir a mayores tragedias, que todos recordamos, baste
citar que en estas fechas se cumplen 20 años del intolerable genocidio en
Bosnia: un convoy lleva al cementerio los restos de 136 de los 8.000 bosnios
ejecutados en 1995, quedando aún más de 1.000 por localizar. Algún medio titula
el acto como el penúltimo viaje de los muertos de Srebrenica… esperemos que por
muchos años sea el último sangrante suceso que tengan que recordar los europeos
a sus hijos y nietos.
En España, mientras
Rajoy anuncia que en la Conferencia Política impulsaran “un amplio proyecto
social para los más vulnerables” y el PP estudia limitar los mandatos a ocho
años, en la izquierda una nueva lista desafía a Pablo Iglesias, ya que sectores
críticos de Podemos se unen a IU y Equo para crear la candidatura Ahora en
Común y competir con el líder podemita, una candidatura de unidad popular como
las que ganaron en Zaragoza, Madrid y Barcelona. Por otro lado se conoce que
Carmena, entre 1993-94, elevó de una a doce las comisiones de lanzamientos,
alardeando, como era su obligación siendo jueza decana de Madrid, de haber
duplicado los desahucios, pues cuando llegó al Decanato había una comisión
judicial para ejecutar los lanzamientos y ella, con buen proceder para aplicar
la Justicia, creó once más y logró tres desalojos diarios; lástima que su
campaña electoral, que la aupó a la alcaldía de Madrid con el apoyo del PSOE,
se basara en una política antidesahucios que utilizó como argumento estrella,
manteniendo que “ahora Madrid ha de ser una ciudad libre de la lacra de la
pobreza y de los desahucios”… esperemos que si algún otro juez pretende ser tan
eficaz como fue ella no sea objeto de crítica por cumplir y hacer cumplir la
legalidad.
En cuanto a otros
asuntos cabe destacar el homenaje etarra en Pamplona con un acto en plenos
sanfermines de apoyo a los ex presos navarros de ETA, excarcelados por la
“doctrina Parot”. Y destaca especialmente que el FMI prevea un crecimiento
récord en España y que Grecia no le va a contagiar, con lo que España se coloca
a la cabeza en creación de empleo, siendo el país de la OCDE que más empleo
creará en 2015 y 2016, que permitirá que la tasa de desempleo baje por fin del
20%.
Y en deportes,
mientras Casillas quiere cobrar todo, frenando su traspaso al Oporto al pedir
más dinero al Real Madrid, en tenis, Muguruza se
convierte en la primera española en disputar una final de Wimbledon desde 1996,
se enfrentará a Serena Willians, pentacampeona del torneo, que ya consiguió
Conchita Martínez en 1994 y que Arantxa Sánchez-Vicario no pudo conseguir en
1996 frente a Steffi Graf… dice Muguruza, a quien deseamos suerte, que “a
Serena no le gusta jugar contra mí”, esperemos que siga pensando igual tras el
partido.
Jorge Cremades Sena
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