“Grecia
capitula”, “crisis política en Grecia”, “Europa rescata a Grecia”, “el abismo
de Tsipras”… son algunos de los titulares con los que en portada recogen los
principales periódicos el acuerdo al que finalmente ha llegado Grecia con la
Unión Europea. Atrás quedan las chulerías del gobierno griego, sus
irresponsabilidades, el inútil referéndum, las amenazas y el órdago fallido a
la UE que, como era previsible, ha puesto encima de la mesa un paquete de
medidas, aceptado por Tsipras, con muchas más condiciones y mucho más severo
que el rechazado por el pueblo griego a instancias del mismísimo Tsipras. Por
tanto, cada uno de los citados titulares, recoge, con mayor o menor énfasis,
alguna de las consecuencias derivadas del rotundo fracaso del gobierno de
Syriza, cuyo líder afronta ahora la oposición de un sector importante del
propio partido y la frustración de todo un pueblo, el griego, que se siente
vilmente engañado por el Gobierno que dirige. Las concesiones de Tsipras a
Europa, consideradas por él como perversas e inaceptables para los griegos,
hunden en el abismo su estrategia política con una capitulación contundente
que, vista su trayectoria como gobernante, debiera ir acompañada de una
dimisión inmediata y la convocatoria de nuevas elecciones generales. No en vano,
el rescate supone la aceptación del citado duro paquete de medidas que incumple,
una tras otra, todas sus promesas electorales, incluso aquellas edulcoradas
tras convertirse en presidente de gobierno. En cuanto a la soberanía se
refiere, Grecia habrá de pedir autorización a los acreedores para poder cambiar
sus leyes; en cuanto a las privatizaciones, habrá de transferir 50.000 millones
en activos públicos a un fondo tutelado por la Troika; y, en cuanto a las
reformas, deberá inmediatamente retrasar la edad de jubilación, congelar las
pensiones, incrementar el IVA y endurecer el mercado laboral. Si además Syriza
se divide peligrosamente, apuntando a un más que probable adelanto electoral,
no es descabellado pensar que la extrema derecha recoja buena parte de los
frutos de tan deplorable e irresponsable gestión, sembrando de más nubarrones
aún el cielo de Grecia. Por lo que respecta a España, el acuerdo supondrá la
aportación de 10.000 de los 86.000 millones de ayudas.
Por otra parte, ya que
estamos en asuntos de la UE, finalmente De Guindos no presidirá el Eurogrupo,
ya que el holandés Dijsselbloem mantendrá el cargo que ya ostentaba. Al parecer
es la venganza de Grecia, cuyo voto decanta de alguna manera la reelección del holandés
frente al español, dejando a España sin peso en la UE al quedarse sin ningún
puesto de relieve en las instituciones europeas. Y, como se esperaba, el asunto
de De Guindos desencadena toda una refriega entre el Gobierno de Rajoy y los
partidos de la oposición, especialmente del PSOE de Sánchez que, al margen de
la postura de Grecia, se acusan mutuamente de ser responsables de tamaña
decisión en Europa.
Y ya en asuntos
caseros, mientras Susana Díaz respalda por primera vez la candidatura de Pedro
Sánchez de forma pública, clara y contundente, la ex mujer de Juan Fernando
López Aguilar acusa ahora al ex ministro y líder socialista ante la Policía de
haberle dado un puñetazo; mientras intelectuales de izquierdas presionan a
Podemos por una lista única, Monedero advierte de que no se puede “juntar el agua
y el aceite”; mientras Carmena golpea al turismo de Madrid, pretendiendo cobrar
una tasa a los visitantes, sus homólogos radicales de La Coruña suspenden las
corridas de toros. Entretanto, mientras un jeque de Qatar compra el 10% de El
Corte Inglés, pagando 1.000 millones y entrando así en su Consejo, Artur Mas y
Junqueras deciden finalmente concurrir juntos el 27-S, al ceder el izquierdista
y aceptar una lista con el derechista y el resto de entidades independentistas,
aunque no sabemos si se trata de la famosa lista “sin políticos” que proponían
hace unos días… no obstante, tratándose de los independentistas catalanes,
hasta es posible que una lista encabezada por Mas, seguido de Junqueras, puede
ser considerada y vendida como “lista sin políticos”, basta que así lo vean tan
eminentes personajes, como ya vienen haciendo desde hace algún tiempo en otros
tantos asuntos. Este es el país y los políticos que tenemos.
Jorge Cremades Sena
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