Por fin
llegó el día del discurso de investidura de Pedro Sánchez y, como era de
esperar, ante su falta de apoyos en la Cámara para ser investido, el candidato
socialista dedica el discurso, más que a hacer propuestas de Gobierno (muchas de
ellas que España necesitaría, imposibles de llevar adelante incluso si
consiguiera la investidura hoy o en segunda vuelta) a señalar y buscar
culpables del fiasco político en el que estamos. En su empeño enfermizo anti-PP
defiende que el cambio es echar a Rajoy como sea “y se puede hacer la próxima
semana”, dando ya por hecho su fracaso, salvo milagro, y, para ello, arremete
contra Podemos obligándole a escoger entre él o Rajoy, como si la democracia
fuera un paisaje en blanco y negro en el que no cabe ninguna gama de grises,
por lo que lo lógico es que Iglesias le conteste que es Sánchez quien tendrá
que elegir entre él y Rivera, lo que le plantearon desde el primer día de
negociación. El PP por su parte, tras el discurso, acusa al candidato de
convertir la investidura en un mitin de campaña, al dedicar su discurso, vacío
de propuestas, a atacar a Rajoy y a responsabilizar a Podemos del fracaso de un
“cambio”, al que apeló 57 veces en el discurso, pese a reconocer que “la
izquierda no suma” (y la izquierda progresista, menos aún), lo que todo el
mundo con sensatez ha dicho desde el 20-D, apelando al “mestizaje ideológico”
para justificar, ante su electorado, su insuficiente pacto con Ciudadanos,
mientras que, para justificar su osadía ante todos los ciudadanos, asegura que
ha “cumplido” un “deber ineludible” con el Rey, en vez de reconocer que la
propuesta jamás le hubiese sido encomendada si, como hizo Rajoy, él le hubiese
planteado al Monarca con absoluta sinceridad que no tenía los apoyos necesarios
para ser investido y que la investidura de un Presidente era imposible y, en
todo caso, no recomendable, desde el momento en que él mismo se negó a hablar
con Rajoy y con el PP, partido vencedor en las elecciones, guste o no guste a
unos u otros. Esta es la realidad de las cosas que hoy se pretende vender como
todo lo contrario. En fin, con semejantes mimbres, con semejante
irresponsabilidad en quienes quieren presentar lo negro como blanco, sin ningún
otro matiz, el PP mantiene que votará en contra y, desde Podemos, Errejón
desdeña la oferta tras el discurso: “Sánchez no ha sido presidente ni por un
día”. El callejón sin salida en que la irresponsabilidad de Sánchez ha metido
al PSOE hace cada vez más probable un fracaso rotundo sobre una investidura
que, guste o no guste, pasaría por una gran coalición PP-PSOE, y quienes
quieran sumarse, tal como se hace en varios países europeos por mera
responsabilidad y bienestar de sus ciudadanos.
En cuanto a otros
asuntos, destacar que el PP de Valencia, según los investigadores, cobró
comisiones a hospitales, pues creen que las finanzas ilegales incluyen a
centros de salud; que Otegi dice a la salida de la cárcel que su prioridad es
la independencia y que terrorismo es lo que hizo Fraga en Vitoria, siendo recibido
como un héroe, mientras Iglesias celebra su excarcelación porque “estaba preso
por sus ideas”, olvidando ambos que llevamos casi cuarenta años de democracia
en España, homologable al reto de democracias europeas; y que seis de las diez localidades
con más paro de España están en la provincia de Cádiz.
Y entretanto, Trump y
Clinton avanzan hacia el duelo definitivo para su candidatura definitiva a la
Presidencia de EEUU.
Jorge Cremades Sena
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