Tal cual.
La geta impresionante con la que Artur Mas declara ante el TSJC por el
antidemocrático asunto del famoso 9-N no tiene desperdicio. Como si se tratara
de una corrida de toros, prohibidos por cierto en Cataluña, declara quien en su
día fuera Molt Honorable (al igual que su antecesor en el cargo Jordi Pujol y
su predecesor Puigdemont, que “nos atrevimos a tirar para adelante y completar
la faena” ya que “nuestra principal preocupación era hacer algo serio” pues “nos
jugábamos nuestro prestigio como país”, mientras reconoce que “es evidente que
la Generalitat proveyó de materiales y servicios” y que “ahí no nos podemos
esconder”, para finalizar diciendo “no quiero que se atribuyan
responsabilidades más allá de mí mismo; tenía que tomar decisiones políticas”. Fin
de la cita, que diría Rajoy. En definitiva, sabiendo que estaba prohibido por
el TC y, como gobernantes, estaban obligados no sólo a cumplir sino además a
hacer cumplir la ley, más que atreverse, osaron en tirar adelante con su
decisión totalitaria y, por tanto, antidemocrática. Es más, su principal
preocupación no hacer algo serio para el prestigio de su país, España, sino a
desprestigiarla ante los ciudadanos y a nivel internacional, desacatando la
legalidad que les garantiza sus altas responsabilidades como gobernantes. Y por
si lo anterior fuera poco, como es evidente que hizo uso del cargo y del dinero
público proveyendo desde la Generalitat de materiales y servicios para realizar
semejante felonía, tiene la cara dura de reconocer que en tan incuestionable
evidencia no se puede esconder, reconociendo implícitamente, que esconderse y
utilizar de forma torticera sus decisiones son las argucias habituales que vino
utilizando para su siniestro proyecto. Y remata pidiendo otra ilegalidad para
que no se atribuyan responsabilidades a sus colaboradores, vamos, como si el
asesino pidiera que a sus cómplices se les dejara vivitos y coleando. En fin,
juzguen ustedes el proceder de semejante personaje. Y, ya de paso, juzguen
también el proceder de Urkullu (no ya el de los abertzales) que como
lehendakari, y como candidato a seguir siéndolo en las próximas autonómica,
salta ahora reclamando la soberanía compartida para Euskadi, mediante la
fórmula de la confederación de Estados Vascos con lo que me imagino que los
franceses ya estarán temblando por lo que toca a la zona vasca al norte de los
Pirineos, aunque me temo, que la propuesta de Urkullu quedará restringida al sur.
En fin, con tales mimbres imagínense el cesto.
Y en este cesto, ya
ven, cabe casi todo. Entre otras cosas que mientras los vecinos y turistas de
Palma sí reciben a los Reyes de España con vítores a la Familia Real en la
tradicional misa de Pascua, ninguno de sus representantes gubernamentales,
tanto autoridades locales como autonómicas, les acompañara en tan tradicional
evento; es la nueva política, por lo visto. Y ya que hablamos de la nueva
política, es curioso que Podemos justifique que un diputado no votara por
atender a la TV y por tanto no sancionará a Ramón Espinar, diputado en la
Asamblea de Madrid y portavoz en el Senado, a pesar de ausentarse en una votación
en el parlamento regional para salir en directo en la televisión, donde por
cierto, el periodista Inda, a quien pretendió darle lecciones de honestidad, le
recordó que su padre, otrora líder socialista y otras tantas cosas, está
investigado por usar presuntamente de forma fraudulenta las tarjetas black por
las que Fiscalía solicita cuatro años de cárcel. En fin, lo de la televisión se
entiende que sea prioritario a las votaciones, pues no en vano, gracias a
determinadas televisiones y a su constante machaconeo en favor de Podemos,
tanto Espinar como sus coleguitas están en buena parte hoy donde están. Lo de
la tarjeta, supongo que también cabria explicarlo por aquello de que cabe
siempre una oveja negra en la familia… ¿o no? Todo sea por esta nueva forma de
hacer política.
Y,
ya ven, en esta nueva forma de hacer política o de politiqueo, como prefieran,
los partidos llegan bastante debilitados y desacreditados a la recta final de
la investidura. Podemos aprovecha las fisuras internas en el PSOE para forzar a
Sánchez a un pacto de izquierdas, que numéricamente no da; y viceversa, pues el
PSOE aprovecha los líos en Podemos para que Iglesias se baje del burro, y
permita finalmente despejar la incógnita de Sánchez: el ser o la nada.
Entretanto queda en el aire si Sánchez y Díaz quieren disputarse ya el
liderazgo socialista y aunque ninguno de los dos renuncia al Congreso del PSOE
en mayo, haya o no elecciones, me temo que sí se aplazará, tal como quieren
algunos barones, en tanto que Ferraz acusa a la andaluza de poner en peligro
alcanzar La Moncloa frustrando el deseo desorbitado de Pedro por ser al menos
reina por un día. Por su parte Rajoy, sale del ostracismo y rompe el bloqueo,
pidiendo una reunión a Sánchez y Rivera. Y entretanto, según NCReport, en su “tracking”
electoral, vaticina que en caso de elecciones, hoy por hoy, los resultados
serían PP el 29´4% y entre 126-128 escaños; C´s el
15´3% y 43-48; PSOE el 22% y 87-89; y Podemos el 19´4% y 63-65), en fin, sólo
son encuestas.
En cuanto a otros asuntos cabe
destacar que a pesar de esta nueva política, ya materializada en autonomías y
ayuntamientos, las eléctricas cortaron la luz a 506.000 casas por impago en
2015 (lo que no puede ser no es y además es imposible: si no pagas…); y que los
diputados ocultan a quién deben el 25% de sus préstamos, pues las declaraciones
de bienes de los parlamentarios están plagadas de imprecisiones y nadie en las
Cortes las somete a una supervisión efectiva.
Por lo que respecta al exterior cabe
destacar que, mientras una masacre en Pakistán, ataque suicida en la ciudad de
Lahore, deja al menos 69 muertos y 290 heridos, en Bruselas la ultraderecha
enturbia una concentración espontánea y pacífica contra el terror, por lo que
la Policía ha tenido que desalojar con cañones de agua a un grupo de extrema derecha
que irrumpió en la Plaza de la Bolsa donde se desarrollaba la concentración
contra el terror y en homenaje a las 31 víctimas mortales, que ya son algunas
más, por lo que los neonazis, en esta espiral de violencia, rentabilizan el
miedo, en esta ocasión han sido alrededor de unos 450 individuos quienes
revientan la concentración al grito de “¡esta es nuestra casa!”
Jorge Cremades Sena
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